Ahora finalmente tenemos la explicación clara y definitiva de cómo el régimen piensa cometer el gran fraude electoral de 2012, gracias a Teodoro Petkoff y Rafael Poleo, que la publicaron en TAL CUAL y EL NUEVO PAÍS, Veamos:
1) Todas las máquinas de votación tienen adentro un transmisor miniatura indetectable que transmite directamente a:
a) Una sala de totalización secreta situada en el sótano del cabaret “Tropicana” de La Habana.
b) Una sala de totalización secreta situada en la Universidad Bolivariana de Venezuela (UBV), manejada por cubanos.
c) Una sala de totalización secreta situada en Fuerte Tiuna y manejada por militares pro-cubanos.
d) Una sala de totalización situada en el CNE.
2) Cuando los cubanos y los militares chavistas reciben (por cable submarino y satélite Simón Bolívar operado por comunistas chinos) los datos de cada votante a partir de sus huellas digitales en la máquina capta-huellas, envían una señal de confirmación a los bombillos ahorradores espías del domicilio particular del votante (que consta en su inscripción en el patrón electoral) y si no hay retratos de Chávez en ninguna de las habitaciones de su casa, el voto es invalidado.
3) Una vez los votos válidos seleccionados, los datos de cada mesa pasan al CNE para su contabilización; si ésta no es favorable en un mínimo de 60% a Chávez, se dispara una alarma y la composición de cada caja es alterada hasta que cumpla con los parámetros del fraude. Si los operadores del CNE ya han registrado los datos, no importa: las máquinas totalizadoras tienen otro dispositivo secreto e indetectable que cambia los resultados y retransmite la data falsificada a Cuba, Fuerte Tiuna y la UBV, de donde regresa con un algoritmo (con algo de ritmo pero no mucho) y corrige la información del CNE.
4) Este cruce de datos, por satélite y cable submarino, prepara la fase más crítica de la Operación: las auditorías. En efecto, a partir de los totales se seleccionará un 55% de las cajas para ser auditadas manualmente y cotejar los papelitos de votación con los resultados electrónicos. En el momento de sortear las cajas que van a ser abiertas, las máquinas de totalización emitirán una señal de altísima frecuencia (VHF+) que induce un trance hipnótico en los operadores del CNE que han de leer los números de las cajas que serán abiertas, orden que (subconscientemente) se les transmite desde La Habana, Fuerte Tiuna y la UBV. Sin darse cuenta leerán los números que se les indique.
Los demócratas venezolanos debemos agradecer el desenmascaramiento de este fraude electrónico a la actriz María Conchita Alonso y a Eduardo Semtei, quienes lo detectaron en un seminario sobre “Espiritismo y Cábala bajo Influencia de Psicotrópicos” patrocinado por la Fundación Cubano Americano de Miami. La maniobra fue dada a conocer al mundo por las periodistas Marta Colomina, Patricia Poleo e Ibeyise Pacheco en las prestigiosas páginas de EL NACIONAL, TAL CUAL y EL NUEVO PAÍS.
Queda sólo una incógnita: ¿Cómo es que los funcionarios del CNE no se dan cuenta? Muy sencillo: porque “no hay peor ciego que el que no quiere ver” y en el caso del rector opòsitor Vicente Díaz porque está vendido a los petrodólares de Chávez o es un tonto útil manipulado por el castro-chavismo.
Sólo así se explica que la mayoría decente y pensante de Venezuela haya perdido todas las elecciones desde 1998 y que siempre gane la chusma limosnera engañada por la demagogia de Chávez que, como todos sabemos, no es ni siquiera venezolano.- En efecto, Hugo Chávez fue adoptado por su familia de Barinas pero nació en Cuba y fue introducido a Venezuela de contrabando vía Machurucuto por Ilich Ramírez alias El Chacal, tal como lo relata Rocío San Miguel en su libro “De Rommel a Rosendo: mi vida en los cuarteles”. Pero no todo está perdido: la victoria aplastante de Capriles Radonski acabará con esta falsa democracia del fraude y volveremos al fraude de la democracia donde todos éramos felices pero no lo sabíamos.
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