El mito burgués de la “alternabilidad en el poder” es la manera de acogotar a las masas con la cantaleta de la democracia representativa: la abyecta dinámica de franquicias políticas turnándose “al bate” es la hueca consigna de la derecha para justificar su “amplitud” de opereta. Según este principio, es obligatoria la “rotación” en las posiciones dirigentes –como la Presidencia de la República- con el fin de garantizar el Estado de Derecho.
De acuerdo con el “opinador sin oficio”, Juan Páez Ávila, en el ¿artículo? “Alternabilidad en el poder”, publicado el 28/08/2012, página 38, en “Últimas Noticias”, el concepto de marras es el tótem incuestionable del sistema de la plusvalía: “(…) En nuestro país, aunque la CRBV establece que el gobierno es alternativo, federal y democrático, el presidente saliente (¿?), Hugo Chávez [y sus aliados] (…) pegan el grito en el cielo y amenazan con una guerra civil cuando escuchan que existe la posibilidad de que el candidato de la Alternativa Democrática (…) gane las elecciones (…)”. Como apreciamos, Páez Ávila nunca puso atención a la magistral explicación del fallecido profesor y abogado constitucionalista, Carlos Escarrá, al hacer referencia al vocablo “alternativo” que no tiene nada qué ver con “alternabilidad”. En este caso, lo de “alternativo” se refiere a la opción que debe tener todo ciudadano de elegir -entre diferentes “ofertas”- el gobierno que desea para sí. ¿Será que la “oh-posición” es tan idiota que no acaba de comprender lo de “alternativo” en nuestra Constitución? Por el contrario, lo de la “alternabilidad” (*) es un invento de los adecos y copeyanos que, imitando a demócratas y republicanos, quisieron imponer la tesis de “un ratico yo y otro ratico tú”, como la quintaesencia de lo que debe ser el gobierno de la gente.
En el Estado burgués, la “alternabilidad” es la trampa para hacer creer que cualquiera puede ostentar el poder, cuando en realidad no es así; solamente los peones de la plutocracia están destinados a ocupar las altas esferas y fungir de títeres del Gran Capital. Verbigracia, el bipartidismo en Estados Unidos es una clara muestra: republicanos y demócratas se adjudican la Oficina Oval cada cuatro u ocho años, pero ambos gobiernan para una única organización, el complejo militar-industrial. En México el PRI estuvo por siete décadas, le prestó “el juguete” por 12 años al PAN y sigue mandando la “odiocracia” de Televisa, la mafia de los empresarios. En Venezuela, adecos y copeyanos se cedieron “la silla” por 40 años en el régimen de “la guanábana” y los Amos del Valle. Entonces, ¿de cuál democracia platicamos, míster Páez Ávila?
En los procesos revolucionarios –como el bolivariano- el partido único e indivisible es el pueblo, la masa obrera y campesina, por lo cual éstos no responden a las fases artificiales de “alternabilidad” de los ideólogos capitalistas. De este lado hay un proyecto de país y un líder: Hugo Chávez Frías. En cambio, el candidato del Comando “Triloco” es oligarca, torpe y cachorro del Pentágono, así le duela a Juan Páez Ávila. Como guinda de la “torta” argumentativa, este “opinador sin oficio” desliza al final de su ¿ensayo? una frase cursi y falaz hasta el hartazgo: “(…) Acusar a Capriles de oligarca o de derecha no le quita su vocación de servicio [¡!]”. Sí, su vocación de servicio a la plutocracia y al imperialismo yanqui. Casi nada. ¡Chávez los tiene locos!
elinodoro@yahoo.com
@rpkampuchea
(*) Nos llama la atención que en la versión impresa del DRAE que tenemos no aparece el vocablo “alternabilidad” pero sí el de “alternancia”, que en Guatemala y Nicaragua significa “cambio de gobierno”. En la página de internet de la Real Academia de la Lengua Española, la infructuosa búsqueda reza así: “La palabra ‘alternabilidad’ no está registrada en el Diccionario (…)”. Ofrece como sugerencia “alterabilidad”. ¿Será que Páez Ávila abre el “mataburros” con frecuencia?
P.D. Expresamos nuestro más profundo pesar por los trágicos hechos acontecidos en Amuay y por las pérdidas humanas que éstos ocasionaron. Nuestras condolencias a la Guardia Nacional Bolivariana, a PDVSA y a los habitantes de las zonas afectadas.
