Capriles se la comió de vivo con una sutileza católica que no escapa a su publicidad política y, es que con una acción práctica dentro de su agenda oculta se vino a la isla de Margarita y de inmediato se fue a la isla de Coche en busca de un milagro fecundo que en vez de reproducir o multiplicar peces para los pescadores cochense: lograr sumar muchos votos a su candidatura, pero como siempre: se hizo acompañar de los suyos que llegaron a Coche en ferry a apoyarlo con la buena intención de reforzar su presencia y, a la vez contaminar las playas de esa pequeña región y, éste a sabiendas que de allí no sacaría ni un guamo de mar se regresó a pernoctar en la isla de Margarita con la bien planificada y argumentada situación de quedarse hasta el otro día -8 de septiembre- en que en el Valle del Espíritu Santo se celebraría el 101 aniversario de la coronación de la Virgen del Valle.
¡Qué espiritualidad! ¡Qué profundidad! ¡Una sombra política llena de esperanza!
Y enseguida comienza el juego de cámaras del canal Globovisión en plena misa: -primero enfocan la imagen de la Virgen e inmediatamente al candidato Capriles que se hace acompañar por el papá y la mamá y a su lado el excelentísimo Morel Rodríguez como gobernador del estado y, enseguida algunas palabras bien adornadas de efusividad por la locutora sobre el candidato plácidamente entregado a su devoción pastoril y de momento en pantalla: la Virgen del Valle solemne -quizás entretenida- por el show que está montando Globovisión con el candidato de la oposición en la isla y en la iglesia con y, por el canal algunas frases cargadas de mucho amor salen a flote con la pasión pura de la encargada de darle rienda suelta a su imaginación entre Capriles y la Virgen del Valle con media docena de padres que giran y danzan sutilmente dentro de su oficio frente a ella, pero no descubrimos y esperamos que ustedes tampoco: ¿qué es lo más importante para ese canal si la misa de la Virgen del Valle o, la presencia del majunche? Y, así se van corriendo los minutos y el acto continúa con todo el esplendor que le da la cámara que sin mucho egoísmo se ve preocupado más por el candidato que por la misa que esconde dos momentos que, se hace uno: la fiesta de la patrona de oriente.
Y, los miles de asistentes quemándose por los rayos del sol, sentados y, parados como en cualquier playa de Margarita. No así Capriles que resguardado por la sombra de la afectividad de su presencia se está comiendo la misa con una entrega de inocencia nada desordenada que el más incauto de los presentes no se imagina: ¿qué estaría pensando él? –quizás en cantar fraude de una vez o, tranquilamente, ni sabrá qué pensar- que para él lo mismo da, ya que su preocupación será otra que ni la Virgen del Valle se habrá dado cuenta y, más bien dirá por voz de muchos: hoy te saliste con la tuya Caprilito y, dale que unas son de cal y otras de arena y, él dirá que en río revuelto …, ya veremos si tu carita de sacristán mentiroso el 7-O en la noche será igual a la de hoy, después que, el CNE lea el veredicto del pueblo venezolano, a lo mejor te recuerdas de todo ese montón de porquerías que en la campaña le metiste y estás metido o, quizás regreses a la isla a pedirle perdón a la virgencita por tanta ofensa junta o, quizás los demonios de tu imaginación te lleven de nuevo a recorrer el país y, decirle y aclararle a viva voz el conjunto de oprobios en que te empecinaste en lanzar sin medir lo dañino de sus consecuencias para la patria.
Y, otra vez la cámara, esta vez con Capriles besando la efigie de la Virgen con una imbecilidad sin argumentos como un juego propio de un ensueño frustrado que devora lo inmediato de un político flojo que en vez de estar en la pelea callejera ofreciendo que: “existe un camino” o vendiendo baratamente la idea que, él tiene la llave del futuro y como consecuencia inmediata él iluminará el porvenir, entonces, se venga a vestir de ciudadano devoto, jugando con la solemnidad de un acto que envuelve tradición y fe de tanto feligrés que envuelve a un pueblo que quiere y admira a “Vallita” como cariñosamente se le dice a la Virgen del Valle.
Capriles y Globovisión no ganan una –ambos son tan falsos- que por más que se disfracen siempre se les ve el bojote y, en Margarita: ellos los de Globovisión y él Capriles como candidato pensarán que se la comieron como el que se come un menú de tripas de perlas servida con el condimento de la pasión política oculta de la iglesia católica margariteña.
¡Buen provecho!
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