13 de Septiembre 2012, 71 años de la fundación de la organización política que en el Siglo XX tuvo mayor influencia en Venezuela, por el número de militantes y Presidentes de la República electos constitucionalmente. Cumpleaños de Acción Democrática el llamado “partido del pueblo”, devenido cuando se le dio la aspiración de regir los destinos del país, en una organización embarcada en el hedonismo de sus altos funcionarios, pésimos ejemplos, atraso ideológico y lacayismo pitiyanqui, por miedo a que EE UU volviera a derrocarlos como lo hicieron en 1948, expulsando nada más y nada menos que al digno escritor Rómulo Gallegos, quien señalaría amargamente para la historia días más tarde del golpe de estado, “a mi me derrocó el gobierno de Washington”. Ante el aniversario de AD y a manera de opinión, me parece pertinente contarles que nací el mismo año que Acción Democrática, en Mérida, la ciudad de las Cinco Aguilas Blancas de Don Tulio Febres Cordero, “ciudad de los caballeros” como también se conoce la localidad sede de la ULA -Universidad de los Andes-. Desde mi niñez oí que militantes y simpatizantes acciondemocratistas eran descalificados por la gente de COPEI -Comité Organizado Para Electores Independientes-, partido que recibía ayuda de la Iglesia católica. A la gente de AD les decían “alpargatúos”, pretendiendo excluirlos de la sociedad civil preparada y descalificando las simpatias que tenían en el colectivo popular, pues el mensaje inicial del partido blanco color emblemático de AD, era recibido por la colectividad como símbolo de emancipación al grito “Por Una Venezuela Libre y de los Venezolanos”. En la acera de enfrente estaban los copeyanos de Rafael Antonio Caldera, a quienes seguía un sector de integrantes de una militarada proestadounidense, así como la jerarquía eclesiástica conservadora y profascista, que una vez llegado al poder el Dictador Pérez Jiménez quien gobernó hasta 1958, ayudó a bautizar a los adeístas o acción democratistas como AD-CO, es decir adecos-comunistas. Transcurrido el contubernio disimulocrático blanquiverde 1959 a 1999, llegó al poder por decisión mayorítaria la revolución bolivariana encabezada por Hugo Chávez, la oposición que aspira derrotarlo elige un candidato colocado a la diestra de Copei que fue su antigua casa y emulando el trato que les daban a sus contrincantes adecos el siglo pasado, esta ultraderecha conservadora financiera, explotadora de las ganancias petroleras durante décadas y que utilizó al pueblo con elecciones engañosas cada cinco años obedeciendo consignas, piticos y pendejadas con gobiernos que prometían cambiarlo todo pero no cambiaban nada, encontramos que la oligarquía económica, las castas de la clase alta prepotente y arrogante, hoy aspiran llegar directamente a la Presidencia de la República, proponiendo un ciudadano marioneta, solterón, cuarentón y de escasa formación intelectual, porque el fascismo quiere imponerse para vender de nuevo al país, así sea vejando a sus aliados de AD, sin consideración por la trayectoria política de 71 años blancos. AD resulta víctima y su gente es marginada, atropellada y humillada. Qué pensarán los adecos cuando estén el 7-O frente a la máquina de votación, ¿irán a depositarle el sufragio a quienes los despreciaron y los desprecian?, ¿favorecerán a ese candidato disimulócrata y burgués, o preferirán abstenerse?, quizá incluso prefieran votar por el candidato Chávez, porque en honor a la verdad se parece mucho la actual política nacional a aquella consigna del otrora partido del pueblo olvidada y pisoteada. “por una Venezuela libre y de los Venezolanos”. Citando la estrofa del himno adeísta: “adelante a luchar milicianos”, no es peregrino pensar que lo harán sin vender la conciencia antimperialista, que orgullosamente presentaron en su fundación, pero lamentablemente la “extravió” el comportamiento de sus “líderes”.

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