Se nos fue el gato sin decirnos adiós

¡Bendito sea el señor de los afanes que Caicara dejó escapar al gato Briceño!

Se fue buchón comió a su antojo y no fueron ratones ni ratas ni alimentos holísticos.

Cómo será el desastre económico que deja que sin que le develaran en cuerpo y alma su escandalosa administración: lo que hizo a costa de la revolución y después como traidor a la calladita se nos fue a pedir asilo en Costa Rica –cuna de un premio nobel de la paz que nunca nos querido dar su paz conciliatoria.

¡Qué gato tan inteligente! –diría alguien de la oposición- para justificar su cobarde decisión y, que en resguardo de su familia que merece con mucha razón oculta, defender a ese patrimonio humano que a futuro debe formar parte de la oposición valiente del país que no le tienen miedo a los chavistas, pero sí a los cubanos, pero se van sin decir adiós.

Me voy y no me quejo –dijo, el gato Briceño- ya que mis cuentas están bien claras, pues yo con lo ajeno no me meto y como político honesto mejor es prevenir que lamentar y no vaya a ser que mañana me inventen una tracalería que me deje al igual que el “burro” Martínez que renunció y se fue y después volvió.

Se fue triste o se fue alegre –nadie lo sabe ni lo sospecha-, pero liso no se fue salió muy mal en varias materias políticas como gobernador y como no supo arroparse con la colcha revolucionaria, la mayoría de ese pueblo lo derrotó a favor de una mujer que no es monaguense, pero que hará más por Monagas que el gato que a decir de allegados –él- piensa unirse en sociedad económica con Morel que anda perdido con sus gallos y una gallera en Costa Rica los atraerá como buenos y desinteresados personeros del mundo libre que siempre han vivido de su modesto sueldo.

Recordar es vivir, pero el gato Briceño, en estos momentos no recuerda nada, sino solamente que han amenazado a su familia y como buen calculador y pensador, mejor es pasar la raya amarilla y acogerse al calor de otra patria, amplia y generosa que lo acoja sin recelos ni acosos retaliativos y, no se meta con su pequeña fortuna de emprendedor en lo adelante.

Se dice que el consejo de irse con la cabuya política de su perdición fue dada por la MUD que siempre pica adelante y, en eso de aconsejar a los buenos políticos es cosa de viejos vicios y de viejos líderes que se agolpan en su mayoría en ese resguardo oposicionista en donde fecundan los principios morales sin lucidez que han hecho de sus subterfugios una manera de pensar abiertamente a las órdenes de la oligarquía apátrida.

Como un forajido apátrida más se fue y quién sabe si detrás también se irán Pablo Pérez y César Pérez Vivas como buenos contertulios de la modestia lógica de saber administrar las finanzas de sus respectivos estados donde la oposición los puso a gobernar, uno con nóminas paralelas dentro del desastre económico que dejó en el Zulia y el otro dejando que sus compañeros más cercanos se robaran todo lo que estaba a su alcance y además le abrió las fronteras al paramilitarismo colombiano con toda su mala intención dentro de la inseguridad fronteriza de esa región.

Que dios cuide al gato Briceño y le dé mucha vida para que disfrute sin molestia alguna lo que se llevó sin haberlo producido y como la impunidad es su recreación que se fortalezca y hable como el político que fue y, además hay que respetarle su sana creencia que, nadie es profeta en su tierra y, el gato sabe más por gato que por diablo y, además a lo Ibseano sabe que: “Solo poseemos eternamente lo que hemos perdido”.

¡Bravo Gato!

estebanrr2008@hotmail.com


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Esteban Rojas


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