“Falta un cuarto para las doce y, el año va a comenzar, me voy corriendo a mi casa a abrazar a mí mamá…”, y a decirle que si hay elecciones presidenciales y, Nicolás Maduro, el autobusero, es el candidato de la revolución: le vamos a cortar el bigote y, ¿saben por qué? Porque él sin bigote es menos agresivo y lo podemos derrotar, fue lo que respondió, Antonio Ledezma, en la plaza Brión de Chacaíto, sacando a flote el “paquetazo electoral” que para la próxima semana está preparando el Gobierno Nacional y que al primero que consultaron fue a él por ser el alcalde metropolitano.
Además del “paquetazo económico” que es obra y acción de Maduro que sin ser nos quiere reventar cómo será si es y, por eso se debe luchar a brazo partido sin volverse loco y, desde ya, se debe reunir la MUD con una sola ambición y objetivo principal que es, nombrar al candidato que nos tiene que sacar las patas del barro de donde nos metió Capriles con su autobús del futuro que se atolló a medio camino que nunca oteó –fue lo que se le ocurrió a Ledezma inventariar entre tantas peroratas políticas a que nos tiene acostumbrados.
Y cerca de él –andaba- el brinca talanquera que como traidor a la revolución es Ismael García quien, mientras Antonio hablaba él acariciaba su bigote y no sabemos si es que viene una guerra oposicionista hacia el bigote y, sin contemplación alguna, solamente dijo, Antonio Ledezma es nuestro candidato, pero para la reelección a la alcaldía y desde ya, puede contar con nuestro apoyo, lo que dio motivo pulsativo que Antonio, lo viera con una cara de pichón argentino y se lo comiera sin morderlo de la arrechera que le entró por lo que dijo, Ismael que, de una vez lo tiraba al cesto de la retaguardia que en suma se encuentran en la MUD.
El día en sí estaba radiante y, caliente de alegría opositora en que un centenar de fanáticos levantiscos y agresivos promotores de las dificultades que sólo ellos ven en las políticas que dentro del Estado se desarrollan y que van en provecho del pueblo venezolano, no así, para PJ y demás apéndices partidistas que hacen vida opositora en la MUD que no anda como en sus mejores tiempos en sus relaciones internas de vida política.
La ansiedad electoral ha abierto una andanada de críticas entre los partidos que piensan escoger al candidato que los representará en la posible elección que –según ellos- viene en camino y, más cuando el secretario de la OEA en Europa soltó: unas declaraciones sobre la situación venezolana por el regreso del presidente Chávez (que fueron tergiversadas por la canalla) les abrió el apetito de competición hacia el poder de su locura.
Entre los presentes al acto de calle en Chacaíto que comienza a calentar las calles como inicio de confrontaciones que vendrán al tomarse ellos la decisión nada oportuna de que Chávez no existe al no estar presente en nada a lo sartreano que no es y, es Nicolás Maduro el que les preocupa y dentro de esa preocupación de una vez se proponen cortarle el bigote que lo conecta y, lo mete de lleno al pueblo chavista y no chavista y, como tal hay que comenzar a “deshuesarlo” políticamente antes que el mundo ilusorio se les venga encima y los agarre desamparados sin unidad que les dé el calor necesario como para dar la pelea democráticamente.
Otro que vimos fue a Leopoldo López como siempre envalentonado aleteando de agresividad provocativa de lo ensartado que está por unos hechos que ahora la Fiscalía General de la República retomó en averiguar y llevar adelante con respecto a él y su mamá, lo mantiene en las calles en una “agitación de conciencia” que ellos no tienen y se perdió con la gritería que salía de algunos con una particularidad de auxilio: Capriles, Capriles y, ¿Capriles, dónde está? Y, él como siempre cuando es requerido no está, porqué, porque está volando y, bien bajo.
Y, en la acera opuesta dentro del corazón de la Patría del amor y la alegría gritaban: Maduro, Maduro, pégales duro.
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