No lo cree. Nosotros tampoco. Pero Capriles sí.
Como para él el Presidente “Chávez está muerto y nadie se los va a devolver”. Él piensa –si es que piensa- que no puede ser que todos esos votos sean para Nicolás Maduro, el chofer de autobús. ¡Qué horror! ¡Qué ofensa! ¡Eso jamás!
Y revisa el guion de JJ Rendón y, se da cuenta que eso mismo tenía que decir y, tenía que hacerlo con bastante agresividad y énfasis peculiar y, después, se le exige que juegue en cada caso a tratar con su lengua con satisfacción como un camaleón lastimado y, trata, sigue la frase en lo escrito, con calma de ver para ambos lados de donde estés y si puedes: hazlo hacia arriba que, eso te compromete como una fiera enjaulada que quiere escapar de su encierro y mueve también las manos con un dedo como en acción a disparar y, habrás cumplido a cabalidad como lo que se te ha escrito que está subrayado en rojo no rojito que sólo ellos lo saben distinguir.
Él sigue leyendo y observa que dice en una parte del párrafo donde está metido que, debe jugar con candela sin que se queme, así que le piden que incendié al Gobierno Nacional en todo lo que pueda con su verbo encendido de pasión burda y, que lo simple le dará mejor resultado y, que con insultos cargados de rabia fina invisible lo meterán en el aparato de partida de brincar de primero y, quién sabe si también llegar de primero. Quizás al infierno de su descanso –pensamos.
Le aconseja JJ Rendón en el documento-guion que ataque a Maduro a toda hora del día y de él di todo lo que quieras que ese es tu enemigo, desprestígialo sin piedad, desnúdalo, avergüénzalo, contamínale con medias verdades los días que lleva en el gobierno como vicepresidente y, ahora como presidente encargado que lo fastidie y lo desmoralice en lo que ha hecho: verdades o mentiras da por igual, acósalo de incapaz, de meter cobas y rétalo a un debate todos los días y refriégaselo al igual que tu jefe de campaña y, no dejes de decir que todo lo que hacía Chávez tú lo harás.
Recuerda –le dice, JJ Rendón- que tú eres en este momento el abogado del diablo –aunque saliste bien mal parado con las notas como estudiante, eso no es mayor problema- y, desayuna, almuerza, merienda y cena recordándole sin parar la inseguridad en que vive el país que, ese es el talón de Aquiles del Gobierno, no declines Capriles, le aconseja JJ Rendón.
En otro párrafo le dice: ataca duro al CNE y al TSJ, desguázalos de injusticias a tu modo: siempre poniendo en duda la actuación de los rectores y de los magistrados y haz ver que son apéndices del Gobierno. Ataca que el que no ataca en política no sirve de líder y tú eres lo máximo, por lo que tienes que actuar como un alka seltzer rencoroso y vanidoso de aspaviento: saca los malestares a flote. Ellos que se la arreglen desmintiendo la siembra de tus dudas y señalamientos y, no te des por vencido que habrá lugar para cantar el fraude que es a será tu gran misión a futuro y después te irás a descansar a tu apartamento en Nueva York como un rey del ajedrez político venezolano que ama la buena vida con dólares ajenos. Dale Capriles que vas en subida y, cuidado con una vaina de los yanquis que son traicioneros y, algún día te van a joder.
Capriles, está claro bien claro dentro de su lógica euclidiana que asocia y beneficia el triángulo de sus neuronas en la geometría de su desespero político como aspirante a presidente que, por reducción al absurdo: como abogado simplón que, si los votos de los chavistas no son para Nicolás Maduro, tal cual, orden de nuestro presidente Chávez el 8 de diciembre. Entonces, necesariamente tienen que ser para él y, sólo para él. ¿Y cómo es eso –se preguntarán muchos ingenuos? Fácil bien fácil, pues Capriles no es tipo de palabra, sino un provocador que, dice lo que dicen que diga.
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