Este cardenal de las trincheras apátridas que no pierde tiempo en ser más reaccionario que Lucifer: cada día que pasa se enfurece más con los chavistas, porque éstos tienen a Chávez como su santo patrón y, no le rezan a Capriles que hizo el milagro de producir apartamentos a su alcance en Nueva York y, transformó ranchos en ranchos para los pobres en Miranda y, además tiene el visto bueno de todos los santos que han salido del Vaticano, por lo que éste (el cardenal) no encuentra como excomulgarlos y mandarlos de una vez al paredón celestial por profanos ex propesos.
Y, es tanta su alteración espiritual que no la esconde frente o fuera del altar y, no encuentra cómo condenar la altivez desmesurada de esa gentuza descarriada, para la que el látigo de su furia mediática no se hace esperar y lo suelta tan rápido que sueña con ser un defensor inclemente a tiempo completo contra los violadores chavistas que han violado los principios de su iglesia y, como pobres quieren alzarse con voz y voto en el santuario de su alejamiento.
Y con esa terquedad desplegada de Padre celestial de turno: el cardenal ha tragado más hostias hostiles de lo habitual y, el agua bendita que sacude a su paso martiriza de rabia a quien ose llevarle la contraria dentro de su lógica nada común en los mortales que el combate y, no acepta pecadores tan ufanos en su presencia que le ensucien su templo de su consideración en que los ricos pueden entrar al reino de los cielos, no así los pobres que son bien pobretones de razones espirituales para ese reacomodo que él defiende a escapa y espada con su Cristo acuesta.
¡Dios perdónalos que no saben lo que hacen! Es la consigna que despliega el cardenal por donde pasa y a chavista que cargue a Chávez encima, aunque sea arraigado en su pensamiento como estandarte de fe hacia Chávez le molesta y, lo transforma a él en un energúmeno culto que se place de blandir su tristeza mal puesta como cólera nada oculta y, siempre que puede recorre los diez mandamientos con una velocidad que atina a dar con el castigo que se debe aplicar al desliz como si de una bofetada a traición se tratara.
Esta Semana Santa que acaba de pasar lo ha dejado tan exhausto que quisiera que el 14-A no llegará, para seguir dándole castigo verbal a esos salvajes indigentes que como judas se multiplican de maldades que ofende a su Señor: el eterno dios como su Jesucristo que le cede el pan ázimo de su bendición que lo reparte como oraciones de regaños bien concebidos que debería hacer en lo adelante efectos secundarios, ya que no tiene forma de meterlos presos en el calabozo de su desespero violento.
A quién se le ocurre semejante blasfemia de comparar a un ex gobernante con nuestro amo Señor: dejó oír el cardenal cuando arrodillado en su súplica nocturna de acaparamiento dogmático dejaba peregrinar sus ideas en busca del consuelo inmediato de poner a los chavistas en el lugar de su preferencia de escarmentados pacíficos que los prive de la libertad de opinar en público y de manifestarse a su libre albedrio.
Dios salve al cardenal Urosa Savino de sus adversarios y lo bendiga con un rosario de felicidad que lo cubra hasta que lo hagan santo apostólico y romano del Paraíso terrenal que lo eternice por sus flagrantes ideas de apartar a los ricos de los pobres chavistas que con sus malvadas estupideces rojas-rojitas de irracionalidad les quieren meter a un santo que no es ni será de su devoción ni mucho menos de su iglesia que no le perdona ser hijo del pueblo e implantar la justicia social en Venezuela, lo que no lo justifica para que se alce con la limosna papal y conflagre la libertad neoliberal que debe reinar de la mano de los poderosos del mundo. Y, el cardenal sabe que para ellos ese santo está muerto y que jamás dejaron de crucificarlo a su manera y por eso no deja de orar con odio.
estebanrrojas@gmail.com