William Dávila: Me rasguñan las cejas, y para completar no voy a cobrar mi sueldo en la AN ¡Qué bolas!

Los enemigos del pueblo venezolano, son y siguen siendo los enemigos de Chávez. Sí, esos delincuentes que quieren llegar al poder cueste lo que cueste, con el asesoramiento y financiamiento económico de EE.UU. importándole un culo, asesinar al pueblo venezolano para lograrlo. Los hemos visto, por sus televisoras privadas, llamar a sus violentos a que descarguen toda su arrechera, en contra del pueblo que no voto por él. Llegar a quemar los CDI, los mercales, los pedevales, hasta asediar las viviendas de algunos dirigentes Chavistas, y las casas del PSUV, prenderles candela con el firme propósito de quemarlos vivos con personas adentro; esto se llama fascismo puro, el mismo fascismo que desarrolló Hitler. En contra de los que pensaban diferente a él.

CAPriles Radonski, compenetrado con todas las formas de la maldad y de la mentira, pareciera que este odio fue inoculado por la CIA, para que actuara igual que lo hizo, la criatura de Franqueasteis. Quiero denunciarlos definitivamente a CAPriles, a sus secuaces y al dueño del circo que no es otro que EE.UU. Sí, CAPriles, sus secuaces y EE.UU. Serán enemigos eternos de Chávez y del pueblo venezolano; como ha pasado a nivel mundial donde se levante la bandera de la justicia y la libertad, son invadidas por el que se cree dueño del mundo, que no es otro que EE.UU.

La gran mayoría del pueblo venezolano los hemos vencido con votos, pero ellos pertenecen a una raza que nunca morirá definitivamente (Burgueses). Todos llevamos en la sangre la semilla del egoísmo que nos puede hacer enemigos del pueblo y de su causa. Es necesario aplastarla donde quiera que brote si queremos que alguna vez nuestra República Bolivariana de Venezuela alcance su definitiva independencia. Lo decía nuestro eterno y amado comandante presidente Hugo Chávez: “candelita que se prenda, candelita que se apaga”, si no queremos que la gran mayoría del pueblo venezolano, volvamos a caer en la oscuridad, en la cual estuvimos sumergidos por muchas décadas, preparémonos para la Paz y estaremos rodilla en tierra preparado para la guerra.

A los enemigos de Chávez los hemos conocido de cerca y de frente. Los hemos enfrentado en cualquier escenario, los hemos vencido o mejor dicho lo hemos revolcados, hasta el punto que no le ha quedado otra alternativa que salir cobardemente corriendo ante sus incoherentes fundamentos (Asamblea Nacional). El pueblo jamás se ha quedado en la retaguardia de sus luchas. Como lo hacen otros, que utilizan a los estudiantes como carne de cañón, mientras ellos esperan en sus oficinas con aire acondicionado degustando una buena comida y un güisqui 18 años. La gran mayoría del pueblo venezolano, siempre ha estado en la primera línea de combate; peleando los días cortos y las noches largas con estos fascistas de mierda que se creen dueño de Venezuela, simplemente por ser burgués.

El legado de nuestro eterno y amado comandante Hugo Chávez, infinito como su amor, que cumplió y sigue cumpliendo con los compromisos de su pueblo. Ese ¡LEGADO! Digno de una vida digna dejada a su amado pueblo; incondicional pero comprometido por pelear y defender los derechos del pueblo. La otra, cuidar la Revolución. En esa doble tarea, inmensa para el pueblo venezolano, que no tiene más armas que el legado de Chávez, que enardeció a los corazones de la gran mayoría de los venezolanos, conoce a sus enemigos y a los enemigos de Chávez. Son los mismos. Que desde el 4F de 1992 arremeten contra Chávez y su pueblo. De esta clase (burgueses) A veces los he visto fríos e insensibles. Cuando reciben un rasguño (William Dávila, en la AN) Declara con toda la fuerza de su fanatismo fascista que siempre al pueblo venezolano le ha repugnado.

La gran mayoría del pueblo venezolano, ha sentido el frío de estos sapos, al momento de declarar, asesinando estos fascistas 10 chavistas, con todo sangre fría declaran que fueron agredidos (rasguño en la frente) obviando o minimizando estas vidas que fueron cruel y cobardemente asesinados, simplemente por no pensar igual que ellos. Lo único que los mueve es la envidia y las ansias de poder. No hay que tenerles miedo, decía Evita Perón: “La envidia de los sapos nunca pudo tapar el canto de los ruiseñores. Pero hay que apartarlos del camino. No pueden estar cerca del pueblo ni de los hombres que el pueblo elige para conducirlos. Y menos, pueden ser dirigentes del pueblo. Los dirigentes del pueblo tienen que ser fanáticos del pueblo. Si no, se marean en la altura y no regresan. Yo los he visto también con el mareo de las cumbres”.


Solo el pueblo salva al pueblo.

Patria Socialista o Muerte… VENCEREMOS

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José Antonio Velásquez Montaño


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