Ya está perfectamente descifrado, los derechofascistas, los que marcan la pauta en la oposición, saben que no tienen oportunidad de derrotar al Proceso Bolivariano, bien demostrado como está, por vía electoral, militar, política, internacional, podemos decir, ni siquiera mediáticamente; por mucho que se esfuercen aparentándose democráticos, o disfrazando el discurso, moviéndose entre golpe de estado, paros patronales y guarimbas, o llamando a diálogos y vistiéndose de corderos pero escondiendo las garras, más aun, no estando el Comandante Hugo Chávez, les volvimos a ganar electoralmente.
De estos bien degenerados antipatria, apoyados desde los sectores más retrógrados, fundamentalmente de la política y la economía, nacionales e internacionales, convencidos de que el avance de la Revolución Chavista, inevitablemente significaría que ellos están estancados o en retroceso, asumen que no les queda otra que seguir intentándolo; cuestión que se evidencia en las diversas acciones que vimos y seguimos viendo, antes y después del 14 de abril recién pasado.
Cuando el Radonsky, siendo fiel cumplidor de los lineamientos del Pentágono, asomó y concretó el desconocimiento del CNE y demás instituciones de la República, sabiendo que perdería las elecciones, no hizo más que poner en ejecución el plan, en la pretensión de acabar con el chavismo venezolano, convertido ahora en un complemento del bolivarianismo que sigue recorriendo América Latina y el Mundo.
Ahora, en mi humilde criterio, la anunciada arrechera está concebida con dos objetivos bien pertinentes, según lo que persiguen; por una parte, está el mantener a su gente y sus recursos mediáticos bien activos, de allí las cambiantes exigencias ante el CNE, no es más que procurar mantener distraídos o en suspenso al chavismo, mientras prepara el escenario para la intervención extranjera, como ya lo ha anunciado. En lo segundo, con sus fuerzas de choque, al mejor estilo de los camisas mostaza en la Alemania de Hitler, pretendiendo amilanar o amedrentar a los revolucionarios, con toda una gama de acciones de violencia que, como ya vimos, vino desde la cacerola, el caucho quemado, la tranca, quema y destrucción, hasta los asesinatos.
Estas acciones violentas no son otra cosa que la táctica de la provocación, que en todas circunstancias de confrontación, no es más que la intención de conseguir que el contrario reaccione para hacerlo caer en el error que les permita pasar a la ofensiva. Las provocaciones se realizan en diferentes formas, escenarios y participantes. Veamos entre otros medios usados por los caprilistas: Aparecen trabajadores y funcionarios del Estado en todas las instancias, algunos disfrazados, otros bien identificados que, jugando para los intereses contrarrevolucionarios, abiertamente provocan al gobierno aduciendo inamovilidad; acusan de ser amenazados con despido por “pensar diferente”, mientras, y lo saben, están generando un alto malestar y rechazo, en la militancia de base revolucionaria, que, conociéndolos bastante bien, con toda justificación, pide a grito que sean sacados de la administración pública por traidores.
Igual pasa con los productos alimenticios escondidos, que siendo otra provocación, pretenden que la gente se amotine y saquee los establecimiento para luego, instando a los organismos e instancias internacionales, para actuar porque, según, habría ingobernabilidad.
Así, la Asamblea Nacional, donde la provocación opositora, con premeditación, alevosía, sincronizada y sin tapujo, actuando los diputados fascistas, llegó al límite donde no se debe tolerar más, de allí la respuesta certera de los camaradas diputados, se hizo el escenario que nos permite precisar que el aguantar no es para siempre, porque, actuando al contrario, si no sabemos hasta dónde, cuándo y cómo responder y lo no hacemos, dejándonos apabullar, aguantando que nos miren mal, luego que nos griten, que nos empujen hasta golpearnos al extremo sin que les demos su merecido, pudiera ocurrir una u otra situación, Una, nosotros mismos desmoralizados, nos derrotamos por la inacción o parálisis; Dos, ellos, se crecerían creídos en la oportunidad para tomar la ofensiva y avanzar.
Esta reflexión tiene por objeto dos aspectos: 1) Invitar a los chavistas en general, fundamentalmente a los directamente provocados para estar pendiente siempre, no debemos quedarnos solos en el momento, ni al pasar la provocación; ante tal situación, buscar a los otros camaradas y dirigirse, dependiendo del daño o los hechos a la Fiscalía del Ministerio Público para denunciar a los provocadores, no se debe dejar las cosas así; 2) Llamar la atención para que sean enérgicos, a todo aquel o aquella, que tenga de una manera u otra, alguna responsabilidad, institucional y/o política, ante los hechos planteados y ejecutados por los fascistas, que no cabe duda, se tratan de hechos delictivos, para que no se permita la impunidad, porque los realmente perjudicados son los chavistas de a pie, quienes son los que más sienten y defienden con el Corazón de la Patria, la orden y legado del Comandante Eterno.
Sí, ustedes son mayoría y reconocemos que ganaron
…en La Isabelica!
Después de haber pasado varias semanas de la elección Presidencial del 14 de abril y estando las aguas tranquilas, los chavistas hacemos la presente reflexión: No cabe duda, los opositores ganaron, …en La Isabelica. Por Ahora, a nosotros no nos queda más que revisarnos para encontrar las causas verdaderas y así reponernos por los senderos del triunfo, para ello, autocríticamente no dejamos de reconocer, por una parte, que en ello influyó la problemática social no resuelta por irresponsabilidad gubernamental, y por la otra, la poca capacidad que tuvimos para exponerles a los habitantes de esta importante urbanización valenciana, acerca de los distintos logros y diversos cambios a favor de la mayoría de l@s venezolan@s excluid@s por políticos y gobiernos anteriores.
Asimismo les decimos, quedamos impresionados por la forma cómo se condujo la reacción de una buena parte de hombres y mujeres, nuestros vecinos de toda una vida, quienes, recibiendo ordenes del candidato perdedor, desde una oficina con aire acondicionado y por Globovisión, de salir a la calle para manifestarse con arrechera, solo por el hecho de no reconocer la victoria de Nicolás Maduro. .
Los chavistas sabemos de euforias porque hemos tenido bastante, sin embargo, viendo a los opositores, mezclando furia y violencia descontroladas, cómo tocaban las cacerolas, sin importarles ni pensar en las consecuencias penales, en algunos casos utilizando a sus propios hijos menores, destrozaron, quemaron, lanzaron botellas, y amenazando a los chavistas, llegamos pensar que por la mente llena de odio y venganza, algún fanático o dirigente escondido, pasó la idea de asesinar todo aquel “oficialista” que se atravesara en el camino de los caceroleadores, sin pensar que nosotros también somos Venezolanos.
De todos modos, les decimos a los opositores sensatos, los que piensan más allá de la rabia, que, tampoco les quede la menor duda, los chavistas no salimos a la calle la noche de las cacerolas, porque recibimos instrucción de no hacerlo, pues, el Presidente Maduro, y nosotros lo asumimos, no queremos un enfrentamiento entre vecinos, pero eso sí, téngalo seguro, que si los opositores de pensamiento rabioso y asesino, aun siendo minoría, arrastran a los demás haciendo creer que tumbarán al gobierno con cacerolas, no piensen que nos dejaremos joder sin responder, pues, deben saber que el Comandante Chávez, como parte de sus legados por la Patria Querida, nos preparó y como tal, sabremos cómo defendernos.
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