Todas las percepciones que se tienen de la realidad, política, económica y social de Venezuela están acondicionadas por lo que a cada segundo transmiten los medios de comunicación. Este es un fenómeno altamente peligroso que muchos teóricos han intentado definir como la “massmediación de la política”.
No puede ser de otra manera en un país donde desde el mismo momento de la llegada de Hugo Chávez a la presidencia , en 1999, los medios de comunicación rápidamente asumieron el rol de los partidos políticos de oposición por la falta de liderazgo en organizaciones emblemáticas como que ostentaron el poder durante más de cuarenta años, a través del llamado pacto de Punto Fijo.
Los medios de comunicación, en su gran mayoría controlados por grupos económicos vinculados a la llamada cuarta república, fueron erróneamente puestos al servicio de la derecha que intentó deslegitimar al gobierno de Chávez, además de impulsar campañas de desestabilización y guerra sucia que condujeron al fracasado golpe del 11 de abril de 2002, que debilitó aún más a la oposición venezolana.
Las consecuencias políticas de ese golpe mediático fueron catastróficas para la estabilidad económica y social que estaba alcanzando el país para ese momento. La paralización de la industria petrolera y de todo el sistema productivo generó una profunda crisis, y pérdidas incalculables para el Estado que dejó de percibir miles de millones de dólares por concepto de exportación de crudo.
Más tarde, superada la contingencia política del 2002, seguirían los tiempos de alta confrontación, que sin embargo fueron hábilmente manejados por el gobierno, gracias a las reiteradas elecciones que ratificaron a Hugo Chávez.
Mientras todo esto ocurría los medios de comunicación, dirigidos desde laboratorios externos, en ningún momento dejaron de posicionar la violencia y el miedo, por intermedio de la guerra de cuarta generación, las operaciones psicológicas, la manipulación informativa, y un envenenamiento mental colectivo de tergiversación de la realidad, sin paragón en la historia política mundial.
Durante el gobierno de Maduro la oposición mediática ha visto mermada sus fuerzas por un desgaste natural, porque ha escogido el camino más difícil : el del golpismo. El triunfo político que alcanzó Capriles en las pasadas elecciones, el mismo se encargó de esfumarlo en pocas horas por actuar como el Dr. Jekyll y Mr. Hyde. No se puede ser demócrata y golpista a la vez.
Era de esperar un reordenamiento en la política de los medios. Eso lo estamos viendo. Lo que no quiera decir que se hayan apartado del camino de la desestabilización.