Mayor desfachatez, mayor demostración de las carencias que tiene, de su incapacidad de poder hacer creer a sus seguidores que de vedad es un líder, que sí lo es pero mediático, de papel y pantalla, o sin sustentación ni ideológica, ni cognitiva de una realidad que ignora con flagrancia, se puede afirmar con propiedad que es imposible conseguirla en otro ser que pretenda aspirar a cargos de importancia y menos al más alto que es el de dirigir los destinos de un país.
El biperdedor o biborlado con dos derrotas, como muy bien lo afirma y argumenta Marciano, no es otra cosa que una inspiración para quienes escribimos nuestras opiniones, pues cada vez que abre la boca mete las de caminar hasta mas arriba de su entrepierna: la ultima barbaridad que ha dicho al referirse a la posibilidad cierta de que la justicia dé una demostración de fortaleza y se le hagan pagar sus crímenes, sin miramientos de que es un ex candidato, ha sido lo que algunos medios titulan: Capriles: “ si el gobierno me quiere meter preso que le eche pichón, no respondo por la reacción de los venezolanos”, chantaje puro, desconocimiento de una realidad que bien lejos se diferencia de un resultado circunstancial como el de la ultima elección en la que fue derrotado, irrespeto a la inteligencia de un pueblo y una demostración, ante la imposibilidad de poder probar que no es culpable de los hechos terribles del 14, 15 y 16 de abril como autor intelectual, que como todo fascista su primera prioridad es la violencia.
No entiende este descerebrado que no es el gobierno quien le juzgaría, sino el poder judicial a quien hay que reconocerle el gesto de haberlo multado por su irrespeto y ofensas a la majestad del TSJ, cuestión de gravedad evidente, pero nunca mayor que la que representa el derramamiento de sangre de inocentes con resultados tan tristes como el de 11 venezolanos asesinados, decenas de heridos y demás hechos de violencia patrocinados por este delincuente, vergüenza de este país ante el concierto de las naciones, donde seguramente muchos se preguntan cuáles son la razones para que esté libre aún.
Con lo que dice, ante la posibilidad cierta y que no puede ser otra, de ser juzgado, no sólo está desafiando la autoridad, obligada a actuar, sino que está sumando una nueva causa a su expediente, que es amenazar con la violencia, declarar prácticamente una guerra civil en una demostración más de su ego demencial y que debería precipitar las acciones de la justicia para no sólo aplicarle la ley con toda rigurosidad, sino dejar sentado que en este país, las instituciones son tan fuertes que no solo impedirían, que las pretensiones de este orate de la anti política se cristalicen, sino que además sentarían un precedente para que acciones como estas que nos avergüenzan, no se repitan jamás en esta la Patria de Bolívar y Chávez que no es cualquier cosa.
Es pues una oportunidad para que se demuestre que aquí si opera la justicia y que sea quien sea el delincuente, cuando comete un crimen, no pueden establecerse diferencias de ningún tipo, es la ocasión de darle respuesta a viudas y viudos, huérfanos, madres que perdieron sus hijos, que a diario lloran sus muertos y a los heridos que aun no sanan sus heridas, todos preguntándose por qué, el culpable mayor, el victimario mayor anda suelto y amenazando con una guerra.