Muchacho, estoy presente y te escuche, oí lo que dijiste en el debate de la Asamblea Nacional, así que te puse 100 puntos en la boleta; os digo porqué y más todavía.
Mientras se hable como tú lo hiciste ahí, en ese candelero, la fuerza de las armas no será necesaria porque, como dice la sabiduría popular, en guerra avisada no muere soldado.
Es hora de que hallemos soluciones previas a una confrontación sangrienta y tú has logrado descorrerle el velo de la corrupción a la Mesa de la Unidad Democrática Morbosa-MUDM- os ruego que no te disculpes ni de una coma de lo que dijiste, pero sí lo haces, haré como el que no se enteró y te dejo la nota en 100 puntos, es decir, en lo máximo, puesto que no debo empañar el desempeño de un muchacho clarividente y osado como tú.
Cuando se habla al pueblo con tanto remilgo el mensaje nunca llega pleno a donde debe llegar porque la mediática burguesa, que todo lo copa, encripta deliberadamente dicho mensaje y lo hace indigerible, entonces, el hombre del pueblo comienza a tratar de descifrarlo y como se le hace pesado, apela a “dejarlo así” y las cosas siguen iguales de pervertidas ya que el trabajador tendría que hacer un largo rodeo para descubrir una verdad evidente.
¿Oíste, Pedrito?-así que vaya el respeto y la admiración de mi patrulla, para vosotros, tú en primer lugar, y también para el resto de diputados patriotas que batallaron par hacer conocer la verdad, al pueblo trabajador, de modo bien bueno, sin esguinces, sin guabinear.
No le pares, muchacho, a la crítica de los pontífices de la hipocresía; sí antes cada ocasión se hubiese hablado con la más áspera crudeza, nuestro pueblo se habría puesto alerta y mucha gente que apoyó a los escuálidos amarillos no lo habría hecho y nos habríamos ahorrado tenerlos ahí en el Parlamento Venezolano, conspirando.
Mientras el pueblo ande claro clarito, plenamente consciente de la verdad, se puede ahorrar mucha sangre producto de confrontaciones estériles, es mejor hablar por todo el cañón, antes que modosamente, porque se evita la guerra que es producto de, entre otras cosas, de la manipulación de la ignorancia del pueblo.
Mucha guerra se puede evitar si se habla diciendo pan al pan y vino al vino, como Marcelino.
Pedrito, buen muchacho, te planteo la vaina desde la perspectiva lingüística para mejor abonar a tu favor:
Fijaos, vuestras expresiones, como toda manifestación del lenguaje, tienen significante y significado, pues bien, hay que pasearse por el significado del significante para saber lo que dijiste, así lo asumí.
Nadie reflexiona acerca de lo que desconoce, de manera que hay que decir la verdad para que el pueblo reflexione.
Don Pedrito estableció un manual para que todos los diputados patriotas abreven: “El Manual de Carreño” (para matarle los piojos a tanto vago).
¡Dad una patada en el qlo -culo- a los come flor!