En la Antigüedad la relación sexual entre hombres estuvo vinculada tangencialmente, al ejercicio del poder. En la Grecia antigua no estaba tan bien considerada, y eran regidas por un código de honor, y quienes no lo respetaban eran sometidos a la ignominia.
En Las vidas de los Doce Césares, se afirma que el único con una conducta heterosexual era Claudio. Adriano, enloqueció de amor cuando su joven amante Antínoo murió ahogado. Heliogábalo es recordado por vestirse de mujer, y por seleccionar a sus escoltas entre los mejores dotados.
En la América Precolombina aun cuando se encontraron estatuillas que representaban escenas de homoerotismo, y abundan las historias de conquistadores españoles, asegurando respeto y una tolerancia especial a las personas con estas inclinaciones, las voces más autorizadas como Bartolomé de las Casas, y el mismo Cristóbal Colon, nunca mencionaron estas costumbres entre los caciques y jefes de tribus.
En los tiempos modernos los Gobernantes se han apartado públicamente de este tipo de conductas, sin embargo éstas sobreviven ocultas en cofradías vinculadas al poder. En los Estados Unidos, y auspiciadas financieramente por un sector de la oligarquía financiera existen congregaciones políticas, donde se práctica el culto al homoerotismo.
La costumbre que se impuso en el mundo moderno está más vinculada a la actividad heterosexual en el ejercicio del poder. En Venezuela durante los ochenta se uso el término: Barraganismo político, para señalar la influencia de una amante sobre decisiones de un funcionario en ejercicio.
Un político avezado como Ramos Allup, conocedor de la vida y costumbres del venezolano abrió un debate público, al acusar a líderes de Primero Justicia de Mariposones, lechuguinas, y petimetres.
Las aseveraciones de Ramos Allup, no fueron reseñadas por la prensa privada, a pesar de ser éste el vocero de la socialdemocracia. El solapamiento de este debate tiene mucho que ver con una conducta impuesta desde las congregaciones más obscuras de los Estados Unidos, con el objetivo utilizar el poder para fomentar todas las formas de corrupción financiera, y liberalizar la sexualidad de los venezolanos.
En los Estados Unidos una de las dos corrientes en pugna, compuesta por grandes magnates del espectáculo, inversionistas petroleros, y gerentes de nuevas comunicaciones conocidos con el nombre de Las Palomas, en alusión a la connotación erótica del animal, son las encargadas de apoyar económicamente a sectores de la derecha que compartan estas inclinaciones.
Un informe preparado por el instituto FRIDE de España, con apoyo de la National endowment For Democracy, señaló que agencias internacionales invierten aproximadamente 40 y 50 millones de dólares para financiar a partidos como Primero Justicia y Un Nuevo Tiempo.
Este financiamiento incluye la imposición de una agenda ideológica, que pueda ayudar a difundir el pensamiento sexual de algunos neoconservadores en la juventud venezolana, no es de extrañar las vinculaciones de primero Justicia, con una red de prostitución sexual de jóvenes, para promover los valores más horrendos de la derecha estadounidense.
Jamás imagino Estraton, que un día sus versos <