¿Quién le dijo, a ese señor que desde que se fundó la OEA, ha sido, el
secretario general más inepto de toda su historia, a que metiera el
pico de la discordia en el enredo electoral del 14-A? Así se expresó
el líder que comanda la oposición venezolana en un ataque de rabia
seca cuando se enteró de las declaraciones que diera el actual
secretario general de la OEA en México.
Nadie le ha solicitado su opinión –señor, Insulza- con respecto a las
pasadas elecciones presidenciales en que yo como líder de la
ultraderecha de la burguesía apátrida, no reconozco ni reconoceré que
perdí esas elecciones con el candidato Maduro para entonces y, es
tanto así que las pruebas del fraude todavía aletean en el aire y, nos
viene –ese señor, inoportuno- a decir que acá no ha pasado nada.
Claro, como él es un inepto, se pone a propulsar el aire de la
controversia que pueda impeler el falso desconocimiento de mis razones
que son el claror de mis angustias desatadas que me mantienen con un
palpito secundario e incesante por el poder que se ha ido de mis manos
por otras manos invisibles en que el odioso y escandaloso Insulza no
me quiere reconocer y, aúlla como un vertebrado para el otro lado.
Menos mal que usted no mete sus narices en la CIDH como Comisión ni en
la CIDH como Corte en que pueda afectar la pulcritud que afama y
recubre de bondades a ambas y sí por él fuera no llegaríamos nunca a
presidente de la república como es y debe ser después que consideren
positivamente nuestro caso que todavía mantiene a la opinión mundial
en un hito de inconformidad que le tuesta la paciencia de las malas
elecciones que se hacen en nuestro país que, descalabran en particular
nuestras voluntades de seguir adelante con toda la buena intención de
ejercer el poder del Estado para las minorías como debe ser.
Mi arrechera no es tal como debería ser, pero la es y, más cuando
estamos cerca de pisar en firme la realidad de nuestro devenir
histórico que no es nada pintoresca por más novelada que sea y, con
atrevimiento meticuloso he armado con paciencia selectiva las diversas
piezas que envolvían a ese rompecabezas fraudulento en que por
poquísimos votos perdí –según ellos y el CNE que no hizo caso de mis
apropiadas denuncias que por demás les di pruebas y, obligado como
estoy después que el TSJ desacató mis motivos y mis pretensiones
legales que me dejaban al rescoldo de un mal veredicto por el cual nos
fuimos con nuestras pruebas a otras instituciones con más visión
futurista que en los miles de folios presentados esté el meollo de la
causa-efecto hacia mí sin saltos inciertos.
Hoy en día quién puede creer y aceptar las opiniones desconcertantes
de ese señor, Insulza, que está más cuestionado que la MUD en
Venezuela de la soy fiel representante como su líder en que adecos,
copeyanos, masistas y todo ese enjambre de mini partidos obsoletos se
arriman en su afán de lograr cuotas de poder llegado el momento de mi
ascenso al mismo.
No sé si pierdo mi afanoso tiempo de viajes y demás circunstancias
coloquiales en dedicarle algunas palabras de regaño cautelar a quien
finge, porque ha dejado de ser por temerario, secretario general de la
OEA por ineptitudes sucesivas que lo ponen al descubierto de mal
intencionado y no acompañante de nuestra oposición, por lo que
i-nep-to le dije e inepto no dejará de ser y, por favor, señor Insulza
vea para otro lado y no juegue con mi paciencia que es tanto el
trabajo pendiente que tengo en la gobernación de Miranda que por su
culpa he apartado el rocío de mi valioso tiempo en solucionar como es
mi preocupación, todos los problemas que el Gobierno Nacional, nos
crea y que por compromisos internacionales a veces descuido en su
pronta ejecución que no hemos dejado de ser ejemplo cerrado a los ojos
del mundo de lo necesario que somos como mandatarios regionales que
afronta todas las situaciones de reacomodo de más participación al
lado de su amado pueblo mirandino y nacional que nos aceptó para
siempre.
Así que –señor Insulza-, usted para la oposición venezolana no cuenta
ni para este líder siete estrellas de bandera particular tampoco, ni
lo tomaremos en cuenta para nada ni que se vista de cimarrón chileno y
de inmaduro no dudo que lo sea que por algo nadie lo quiere en la OEA.
Yo, Capriles, viviré de irregularidades hacia un futuro que está ahí,
esperándome, pero a usted, señor Insulza, no lo espera nadie por
inepto. Y, recuerde que águila no caza moscas.