Sin estabilidad, todo principio político se corrompe y termina siempre por destruirse. Simón Bolívar
VERDADERAMENTE TRISTE y lamentable todas las actuaciones puestas de manifiestos por representantes y seguidores ultraderechistas en algunos sectores del país con tal de tumbar el gobierno legítimo del presidente obrero y de todos los venezolanos, por mandato constitucional, Nicolás Maduro Moros. Los resultados hasta los momentos: 18 personas fallecidas y/o asesinadas, cientos de heridos, varios detenidos, daños a la propiedad pública, privada y al ecosistema, sin que hasta ahora se tenga cálculos cuantificados. Toda una alocada aventura que ningún o ninguna persona de ese bando conspirativo se ha atrevido asumir hasta el presente como responsable o responsables ante la opinión pública.
LA SITUACIÓN DE LA ISABELICA, en Valencia, es cosa bien absurda, pero no deja de ser tomada en cuenta para estos comentarios. Resulta, que esta urbanización con viviendas unifamiliar y multifamiliar de cuatro pisos fue un proyecto del Banco Obrero en los años 60 para que fuera una ciudad de vanguardia que permitiera albergar a la comunidad trabajadora de la naciente ciudad industrial de aquel entonces. Su fundación ocurrió en el año 1965 por el presidente adeco Raúl Leoni y la misma tomó auge para convertirse en ciudad satélite de Valencia y hasta lo llegó a ser de Sur América.
EN LA ACTUALIDAD FORMA PARTE de la parroquia Rafael Urdaneta del municipio Valencia, siendo vecina de tres importantes parques industriales de la ciudad capital. O sea, al lado de lomitos de grandes capitales como la Ford Motor, General Motors, Pfizer, Industrias Diana, Empresas del Grupo Polar, supermercados de red nacional, colegios universitarios privados, industrias petroquímicas, centros comerciales, el aeropuerto internacional y tantos otros sectores empresariales de marcas reconocidas a nivel mundial, lo que la hace la parroquia más apetecible de la gran Valencia por politiqueros -residentes de La Isabelica y de otros lugares- para llevar a cabo su desvinculación en materia de tributos con sus vecinas Santa Rosa y Miguel Peña.
POR ESO DE MANERA SOLAPADA existen las guarimbas en la urbanización otrora para obreros de La Isabelica, lo que refleja el estado de confusión entre quienes se preguntan: ¿Y desde cuándo en La Isabelica viven ricachones? Nunca. Y peor aún si removemos al fondo de esta urbanización pues existen viviendas en la que residen hasta tres generaciones bajo un mismo techo, las áreas verdes fueron aniquiladas; además de problemas básicos como el agua, la luz, la basura que en un tiempo colapsaron precisamente por no existir la organización entre vecinos que pudieran encaminarse en la búsqueda de soluciones bajo la supervisión de las autoridades competentes. Lo que quiere decir que no es una zona élite sino más bien de clase moderada.
LA AUTOESTIMA DEL SUR DE VALENCIA se elevará con la construcción de la Ciudad Chávez de la cual territorialmente no escapa la parroquia Rafael Urdaneta y, en cuyo proyecto, va unida a sus hermanas Santa Rosa y Miguel Peña. Localidades que en su momento visitó el caminante Comandante Hugo Chávez para dar a conocer su proyecto de país una vez salido de los barrotes del cuartel San Carlos y en la que visitó plazas, familias, amigos y grupos políticos identificados con los sucesos del 4 de Febrero de 1992. Como dato de conocimiento público, dichas comunidades no defraudaron al militar en cada contienda electoral a partir de 1998. Por eso se habla en estos tiempos que el sur de Valencia, capital del estado Carabobo, será una zona decente, donde los sectores populares gocen verdaderamente de los tributos que se corresponda con buenos servicios y una mejor calidad de vida a la par de los del norte. Tal redistribución de los impuestos es un clamor colectivo y no un atentado a la ciudad de los Tacarigua como lo hace ver la sociedad burguesa carabobeña que, desde hace tiempo abandonó el casco central y otros sitios de interés comunitario, para vivir como reyes en lujosas mansiones con piscinas hasta apoderarse de todo el valle de Camoruco.
Hoy, a un año de la siembra del Camarada, Comandante Supremo Hugo Chávez, la patria de Venezuela no se entrega en la prosecución de su pensamiento y obra al seguir firme a su legado: Con Maduro todo, sin Maduro nada.