S.O.S. Adicción a la violencia

Adicción se traduce en necesidad compulsiva de alguna sustancia o actividad. Cada día se hace tolerancia a la dosis y se requiere más cantidad para aliviar la ansiedad de la abstinencia. La adicción les hace salir a la calle a buscar su nueva dosis, cada vez mayor, cada día más desesperados. Ya la guarimba no les satisface, hay que hacer barricadas. Ya las barricadas no les satisfacen, hay que matar. Ya los muertos no les satisfacen, hay que hacer la guerra total.

En Venezuela estamos viviendo una adicción creada a la violencia.

Como toda droga, cada día se hace más indispensable. Se crean mecanismos para justificar su consumo y para culpar a otros. No estoy enfermo, yo tengo la razón, hay que estar en la calle “hasta que Maduro se vaya” es una decisión impresa en el subconsciente de los violentos, les han convertido en golpistas de esquina y lo peor, ¡es que se lo creen, ellos creen que así se tumba un gobierno: cerrando sus calles, levantando sus alcantarillas, quemando su basura y matando a quien se atreva a imponer de nuevo el orden!!

¿Quién la vende? ¿Quién suministra esta droga a Venezuela? Entren a cualquier etiqueta de la oposición en Twiter o en Facebook y encontrarán a sus traficantes. Laboratorios especializados en deformar la percepción, en inducir conductas, en promover el odio irracional, en manipular la psiquis de quienes se oponen al gobierno para que sobrepasen la constitución, las leyes, las normas establecidas y pretender que se haga lo que ellos dicen o no se detendrá la violencia.

A diario se les expende la violencia para seguirlos manteniendo en su consumo. La rabia exacerbada enceguece a quien ya la probó, solo quiere más muerte, más fuego y más violencia pase lo que pase. Están enfermos y no lo reconocen, como cualquier adicción. A cada segundo se pegan a sus celulares para ver la violencia aquí o allá, para encontrar nuevas etiquetas que seguir, para ver imágenes que los hagan seguir en su voraz consumo y ejecución de locura, Venezuela está llena de la droga de la violencia, así de simple es lo que está pasando. Nada los va a detener pues no escucharán razón alguna, solo escucharán las órdenes sicológicas para seguir adelante desatando su desquicio sobre las calles, gritando histéricos a quien se les opone, quitando alcantarillas, colgando guayas, derramando aceite en el asfalto o disparando. Para ellos eso es normal y los que no lo entendemos, los que decimos paz, somos los enfermos.

La mentira es un aditivo indispensable y existe quien les crea mentiras a cada minuto.

Allí hay que llegar, a los traficantes de violencia que impunes, cada día atizan los enfrentamientos, barricadas, guarimbas y asesinatos. Quieren llevarlos a enfrentamientos de pueblo contra pueblo, los preparan como pastores alemanes para una guerra total y la ansían con más desesperación. Debemos entender quien les da a diario órdenes a estos ejércitos drogados, hay que ir a sus raíces. Hay que detener a María Corina Machado, a Enrique Capriles y a Aveledo.

Que Twiter y Facebook tengan sus servidores fuera del país no puede darles la impunidad para que se usen sus portales para promocionar esta insurrección irracional, no pueden permitirse mensajes que instiguen a violar las leyes, a agredir a otro, a incendiar, a regodearse con heridos y con muertos. Es una incitación al crimen y por tanto es un delito que debe castigarse de inmediato. El gobierno ¿no tiene como exigirles que cumplan sus propias normas?

Ellos no van a reconocer que tienen un problema, para ellos nosotros somos el problema. Solo entregando el Poder del régimen se acabarán las guarimbas. Claro que si ese negado día llegara, serían ellos los mismos que se lanzarían a la gran cacería de chavistas y la muerte sería la reina de esta patria. Esa droga, que a diario consumen, se llama fascismo.

La MUD y su silencio cómplice son culpables de esta adicción desatada por su ultraderecha.

Obviamente las guarimbas no van a tumbar a Maduro, ni tampoco durarán hasta el 2.019, me pregunto entonces: ¿Qué violencia sustituirá las dosis necesarias para todas y todos estos jóvenes ya envenenados con su elixir? ¿A quién reclamarán sus padres cuando terminen convirtiéndose en bandas de delincuentes?

¡Basta de muerte y de violencia Venezuela quiere PAZ!!!!




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Raúl Bracho


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