No me perdí ni una sola de las intervenciones del diálogo por la paz que ante la presencia de los cancilleres de Mercosur y un enviado del Papa Francisco, voceros de la oposición y el gobierno, se dio en el salón Ayacucho, si, el mismo, en el cual quitaron el retrato de El Libertador Simón Bolívar, para que no hubiese testigo presencial en el autojuramento del fugaz Pedro Carmona Estanga, el “micro breve”, y frases famosas y para la historia, como “Te queremos, Pedro”, que al final reconoció Roberto Hernández Montoya, como suya, cuando nadie la quería asumir.
Lo cierto, es que la oposición nunca ha entendido que se asemejan al famoso cuento “El traje del emperador” de Hans Cristian Andersen, cada vez que abren la boca salen con el mismo cuento: que si el hambre que pasamos los venezolanos, que si las colas, que si la pobreza crítica, que si la gasolina está muy barata, pero que si le aumentan el precio habrá explosión social, que atravesamos por una crisis insuperable y pare de contar, con lo cual evidencian su pobreza mental y su falta de estudio, y sus carencias en el discurso que se niegan cambiar, con la creencia que todavía estamos en los tiempos en que la vocería del bipartidismo, que se rotaba en los programas de opinión genuflexos: Canache Mata, David Morales Bello, Sánchez Bueno (comisión eterna de finanzas), Gonzalo Barrios (Inintelegible), Carlos Andrés Pérez, Reinaldo Leandro Mora y por el otro lado (Copei), Edecio La Riva Araujo, Pedro Pablo Aguilar, Abdón Vivas Terán, obviamente Caldera, Eduardo Fernández, Oswaldo Alvarez Paz (ya libador permanente de whisky de 18 años). Bueno, esos eran sus voceros, básicamente.
Se olvidan que en este país, durante 40 años, y sobre todo los que habitamos en Cabimas y tenemos las costas del lago de Maracaibo al frente, solo veíamos pasar los supertanqueros cargados del estiércol del diablo, mientras los meritócratas se hacían los locos y eramos el país “amigo y confiable” para los intereses del Imperio. Por ello, no es casual que la frase de Carlos Andrés Pérez, cuando la rebelión cívico-militar del 4 de febrero de 1992, fuese: “Que pena con el presidente Bush”. Claro que le daba pena. Cuentan que cuando CAP le mostró al editor Miguel Angel Capriles, el texto del “paquetazo neoliberal” de 1989, éste le dijo (Palabras más, palabras menos): “¿no te parece que esto es demasiado para una población tan depauperada? Y CAP replicó (con su acento gocho): Miré Miguel Angel, en América Latina, los únicos que nos podemos dar el lujo de hacer lo que nos da la gana, somos el General Pinochet y yo”.
Unos días después, se dieron los sucesos del 27 y 28 de febrero y esa solidez del CAP, quedaba en entredicho y lo demás es historia. Pero sirve para evidenciar el desprecio que sentía la democracia representativa por el pueblo, que solo era consultado mediante el voto, que a la final era birlada por la famosa “Acta mata voto”.
Pero volviendo al diálogo por la paz, sería bueno establecer un ranking llamado “rídiculometro”, para ver cuál de ellos luce con mayor nivel de desfase con respecto a los nuevos tiempos que vivimos, y no comprenden ni soportan que el pueblo, sea visibilizado, respetado, apreciado, consultado, y que los beneficios de la renta petrolera, dolorosamente para ellos, se invierta en el desarrollo social y en el crecimiento de la población para darle respuesta a esa inmensa deuda social, que acumularon durante 40 años, dejando al país en el esterero con un petróleo a $7 el barril, y con planes de privatización de haber ganado las elecciones de 1998, el “señor de los caballos” Henrique Salas Romer, quien al igual que la rectora García Márquez, rectora de la UCV, quien insiste en ser llamada García Arocha, por considerar que ese apellido Arocha, tiene más caché y prosapia. (allá ellos con su alcurnia con olor a naftaleno). Eso si, no nos llamemos al engaño, ellos trabajan su discurso a la manera goebbeliana, tanto va la mentira a los medios, hasta que termina siendo cierta.
Por ejemplo, el “Yanomami puyao”, Andrés Velásquez, como lo llama mi camarada Evaristo Pérez, se presenta con un proyecto de Ley de Amnistía para los malandros políticos presos (Léase, Leocoldo, Simonovis (¿Lazaro Forero y Henry Vivas, no existen?), Ceballos, Escarano y otros niños inocentes. Entonces, ¿nos pasamos al sistema de justicia por el forro para complacer esos muchachos malcriados?
Para mí, el más coherente, Henry Ramos Allup. por su cultura política y por estar esperando en la “bajaíta”, a los efebos de Primero Justicia, yo diría, Primero Guarimba. El sabe que los días de esos “bichitos” están contados, “los lechuguinos petrimetres y mariposones” no son más que un accidente de la historia desde los tiempos en que fueron los “mataperros” de las urbanizaciones del este caraqueño, porque se aburrían, luego con su “Tradición, familia y propiedad”, buscaron una forma de malandrear más excitante: la política, es por ello que el señor Enrique Capriles Radonski, a los 26 años se convierte, billete de por medio en el último presidente de la Cámara de “diputados” del extinto Congreso Nacional, y para colmo por el estado Zulia, al cual ni conocía.
Pero volviendo al Ramos Allup, recordamos el viejo refrán, parafraseado: “Adeco pendejo, se muere chiquito”, se ha tomado su tiempo para que los niños malcriados, se “autosuiciden” políticamente, y queden en evidencia ante el pueblo venezolano, como lo que son unos metidos a brujos sin conocer la yerba, aparte, claro está de la “cannabis cativa”, conocida en los bajos fondos como la marihuana. Reconoció, por lo menos que hace doce años un golpe de Estado, claro, pasando por el vacío de poder obligatorio (¿así quién no?), por eso muchos lo miraron con malos ojos, pero el señor Gallup, sabe lo que está haciendo, total, “perro viejo late echado”.
El Enriquito “arrechera”, indudablemente se había dado su “pase”, esos ojos estaban más alborotados que nunca, y no tuvo la decencia de llamar Presidente Maduro, sino que siempre lo llamó Nicolás, muy a propósito como para darle a entender de luego de un año y a pesar de la arrechera, todavía no lo considera su presidente, dedico a echar cuentos a falta de discursos de contenido, total, como diría el filósofo del Zulia: “No se le puede pedir peras al horno”.
Pero Jorge Rodríguez, se encargó de hacerle una consulta gratuita y en cadena nacional, lo dejó totalmente a expensas, y sobre todo cuando le dijo, que era tan bruto que había impugnado 5.000 mesas electorales en las cuales había ganado, evidenciando claramente que para ellos la verdad estorba y que más les vale crear sus verdades, total hay un poco de gente que se las cree, primero porque necesitan creer que “los deseos empreñan” y segundo, porque esos 15 años de mierda mediática han hecho su trabajo, y que ahora se refleja en los estudiantes hijos de papi y mami, los poquitos que acompañan a los mercenarios terroristas, y los mandan como carne de cañón y si llegan a morir, mejor para ellas, total, para tumbar a este gobierno hace falta muertos, y ¿por qué no aportar uno salido de sus propios vientres? Los 15 minutos de fama llegarán y hasta saldrá por CÑN, cogiendo fama mundial, mientras llora por su “querido hijo” tan mártir de la libertad como lo fue Antonio Ricaurte, en la lucha independentista.
Pero volviendo a Jorge Rodríguez, le dio con su magnífico verbo hasta por la “green card” al “caprichito”, quien decía para sus adentros: “Si yo hubiera sabido que se podía hablar así tan sabroso, hubiese asistido más a clases, en vez de fugarme con Briquet, a ustedes saben qué”. Indudablemente, que estos opositores jamás asistirán a una convención de cerebros, porque ninguno calificará para tal por carecer de la materia más importante: la gris. Pero lo que si tienen bien negra es el gen de la maldad y todos sus aditamentos. Esos si no tienen empacho en usarlos, total, si tienes algo que puedes usar, úsalo, para eso lo tienes, pero “coño es que el carajo no cae, y nos dijeron que el Nicolás estaba blandito”. Se les olvidaba que nuestro presidente, no es un simple chófer, es un conductor, por eso la mayoría del pueblo venezolano ha depositado su confianza en él, sabedores que es depositario y ejecutor de ese hermoso legado que nos dejó el comandante Chávez, quien conocedor de su capacidad de trabajo y del sabio manejo de situaciones difíciles, le encargo tan hermosa, aunque pesada tarea.
Mientras tanto, esperamos por los acontecimientos y veremos en qué momento los “nasty boys” de la oposición patean la mesa, porque el presidente Maduro insiste en no abandonar el país y no quiere soltar a los malandros presos.
Y como la fábula del alacrán y el sapo en el río, esa es la naturaleza de la oposición y después de todo, ellos no se mandan solos.
Pero, la patria sigue construyéndose, muy a su pesar, por eso nuestros niveles de conciencia deben crecer hasta la construcción del estado Comunal, el único que nos puede blindar, porque SOLO EL PUEBLO SALVA AL PUEBLO.