Los juristas tienen como principio para la aplicación del derecho, en cualquier litigio, que a “confesión de partes, relevo de pruebas”. Es decir que cuando existe la confesión de una las partes involucradas, la discusión o trabajo en la consecución de pruebas, cesa, porque ya ha sido admitido el origen de la causa.
Es lo que se puede aplicar a la posición de la Conferencia Episcopal Venezolana, publicada a propósito del fracaso del golpe de Estado terrorista, que el pueblo venezolano civil y uniformado, con su sabiduría ha derrotado. El comunicado suscrito por los Cuatro Jinetes del Apocalipsis, no puede ser más grotesco, irrespetuoso y violento contra la voluntad de la inmensa mayoría del pueblo venezolano católico, practicante, y de la soberanía de la República Bolivariana de Venezuela.
El documento suscrito por los señores: Jorge Urosa Sabino, Arzobispo de Caracas, José R. Padrón Sánchez, Obispo de Cumaná. José Luis Azuaje Ayala, Obispo de Barinas y José González de Zárate, Obispo auxiliar de Caracas, es un bodrio fascista, que no tiene desperdicio.
Consta de 13 capítulos, pero como no les vamos a fastidiar y a quitar su tiempo leyendo semejante cosa, solo les traemos aqui lo esencial, el abreboca y comenzamos con el número dos, para que usted juzgue, como piensan los “representantes de Dios en la tierra”, del pueblo cristiano y honesto, que siguiendo los mandamientos y los pasos de Jesús de Nazareth, en su peregrinar, de acuerdo a la biblia, decidió hacerse libre a través de su conciencia y el ejercicio democrático, al escoger el programa de gobierno, que le conviene, como es EL PLAN DE LA PATRIA. Veamos lo que opinan estos “mensajeros de Jesucristo”, sobre esa decisión soberana de la mayoría absoluta, creyente, del pueblo venezolano.
2. Causa fundamental de la actual crisis es la pretensión del partido oficial y autoridades de de implantar el llamado “Plan de ”, detrás del cual se esconde la promoción de un sistema de gobierno de corte totalitario, que pone en duda su perfil democrático; las restricciones a las libertades ciudadanas, en particular, la de información y opinión; la falta de políticas públicas adecuadas para enfrentar la inseguridad jurídica y ciudadana; los ataques a la producción nacional, que ha conducido a que en nuestro país hoy se haga necesaria la importación de toda clase de productos; la brutal represión de la disidencia política; el intento de “pacificación” o apaciguamiento por medio de la amenaza, la violencia verbal y la represión física.
Esto lo dicen, en los medios de comunicación social de todo el país, donde impera una dictadura comunista que cercena la libertad de prensa y expresión. Luego frente a un hecho público notorio y comunicacional, como es el rechazo de la sociedad venezolana a la acción criminal de mercenarios entrenados y pagados por gobiernos extranjeros para crear terror y zozobra, en la población, en nombre de los estudiantes venezolanos, que nada tienen que ver con crímenes, ataques violentos a organismos del Estado, al transporte público, a universidades y bibliotecas incencendiadas y al intento por quemar vivos a 89 niños entre seis meses y cuatro años en un preescolar del Ministerio de Vivienda y Hasbitat, hecho aterrador y sat6ánico, veamos la justificación de la cúpula corrupta que no de la iglesia católica, que es de todos los cristianos.
3. Los estudiantes y otros manifestantes pacíficos, ejercen su legítimo derecho, previsto en la Constitución, y merecen, por tanto, todo respeto. Las manifestaciones se han visto a veces empañadas por actos de violencia que han dejado muertos, heridos y destrozos en instituciones y propiedades. Es difícil señalar el origen de todos ellos, pero es evidente que muchas acciones delictivas son originadas por personas o grupos infiltrados con el objeto de tergiversar o desacreditar las protestas y provocar su condena. El empleo de barricadas y el ataque hacia personas e instituciones, así como la quema de vehículos particulares y de servicio público, situación que no se debe aceptar ni aplaudir.
Si leemos con atención, vean como edulcoran la píldora y como preparan el terreno, para una vez más de manera grosera y soterrada, irrespetar al pueblo venezolano y como todo fascista endilgar al otro, lo que ellos practican y aqui en este párrafo de episcopado venezolano, tenemos de manera clara y meridiana la posición de la MUD, cuyos voceros, que son los mismos criminales de abril de 2002, en libertad gracias a la magnanimidad del Comandante Hugo Rafael Chávez Frías, vienen con el mismo dicurso de aquella fecha, entonces eran “Los círculos bolivarianos”, a quienes atribuyeron la matanza de Puente llaguno, preparada por ellos para justificar el golpe de estado. Ahora son los “Colectivos armados del gobierno”. Nuevamente las sotanas coinciden con los camisas negras y grises, de la esvastica. Veamos su vehemente increpación al gobierno:
4. Reiteramos nuestra firme exigencia de que el Gobierno desarme a los grupos civiles armados. Su actuación coordinada, siguiendo unos patrones determinados, demuestra que no se trata de grupos aislados o espontáneos, sino entrenados para intervenir violentamente. En muchos casos han actuado impunemente bajo la mirada indiferente de las fuerzas del orden público, por lo cual la actuación de éstas ha quedado seriamente cuestionada.
¿Porque no aclaran que esos grupos armados han actuado impunemente ante la mirada indiferente de las policías de: San Cristobal, Naguanagua, Valencia, Maracaibo, municipio Sucre, Baruta, Chacao, El Atillo, del Esatado Miranda y de otros espacios de la geografía nacional, donde gobiernan militantes fascistas, que han apoyado con sus gobiernos a las guarimbas?
No, porque para la mente retorcida de estos señores, dignatarios al servicio de un gobierno extranjero, son bendecidos, como siempre lo han hecho. Si no que le pregunten a los carabineros y militares de Pinochet, quien les daba su “Santa bendición”, cuando salían a masacrar obreros, estudiantes y pueblo en general que defendía sus derechos.
Esperemos cual va a ser la reacción del Nuncio Apostólico, que participa en la conferencia de paz, en calidad de testigo de buena fe, enviado por el Papa Francisco I, que dicho sea de paso su posición frente a los esfuerzos del gobierno bolivariano, por alcanzar la paz, son bien diferentes a la de estos señoritos, que deben abandonar la sotana, coger su molotov, su bazuca artesanal, los miguelitos, las guayas y motosierras, para incorporarse a las “manifestaciones pacíficcas,” como: La Guarimba purpurada.