Preguntas y repreguntas para la oposición

La mayoría de los venezolanos, la misma que le ha dado 18 victorias al chavismo, y que a pesar del fallecimiento de nuestro líder ha seguido ganando procesos electorales, está persuadida de los riesgos en que se encuentra la Revolución Bolivariana. Los últimos años, y con precisión desde el mismo momento en que Hugo Chávez asume la presidencia, se han caracterizado por el hostigamiento, el asedio y la puesta en práctica de todo tipo de recetario para desestabilizar a nuestro país y propiciar golpes de estado, como lo han intentado y logrado en algunas oportunidades.
Esta mayoría, hasta ahora victoriosa, tiene una visión positiva del país. Hombres y mujeres, jóvenes y adultos, concientes que hemos vivido tiempos de transición de una democracia plagada de vicios que a pesar del esfuerzo que hacen el gobierno, partido y dirigentes, ha sido difícil de lograr su desaparición. Al respecto, Chávez libró toda una batalla que aún se mantiene en manos del Presidente Maduro y que sabemos no es nada fácil. No lo ha sido en ninguna parte del mundo.
La otra visión, que no menospreciamos por los daños que ha causado al pueblo venezolano y de manera especial a la economía, asume el país en una crisis que desde su punto de vista amerita la inmediatez del relevo presidencial o la intervención. Para ellos, si suceden las dos es mucho mejor. Este sector ha venido demostrando reticencia e incapacidad para el diálogo, permitiendo seguramente que la manipulación con que actúa sean el norte que guía sus pasos.
Ahora, cuando nos referimos a estas visiones de país, el retrato que hacen las encuestadoras es evidente. Un noventa por ciento del país apoya el diálogo y quiere vivir en tranquilidad. Claro que preocupa que un diez por ciento no sea partidario. Por tanto es válido preguntarse: ¿Hay venezolanos que quieren que nos hundamos en la desestabilización y el caos? ¿Hay venezolanos que a sabiendas de la situación que vive el país y de las amenazas externas no sean partidarios de la búsqueda de la convivencia?
Con seguridad, la oposición tiene en su agenda muchas discusiones internas que debe realizar con urgencia. La identidad, su identidad, su legitimidad, su credibilidad, pertenencia. Tendrán muchas preguntas que hacerse: ¿qué y quiénes son?, ¿a dónde van?, ¿quiénes son los aliados pertinentes?, ¿por qué el pueblo chavista les gana una y otra vez, con el margen que sea, pero nos ganan? En fin, tendrán que preguntarse si están equivocados o no.


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Juan Azocar


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