Os nos corresponde anunciar con bombos y platillos que España renace de sus cenizas y, por decreto expreso del nuevo rey que sin jurar se expresa y, conociendo como conoce los altibajos de los que antes como colonias eran sus súbditos de sus majestades enterradas que, ahora por mandato activo de sumisión y relámpago renuncia y pase del trono al príncipe de inmediato y, sin tener los favores de Cristóbal Colón, por andar éste en comisión permanente con otras tareas asignadas de descubrir tierras inhóspitas que aún siguen indómitas al poniente de su esperanza, se prevé.
Transfiérase sin resistencia ni impertinencia de malos deseos, todo el petróleo y el gas que posee Venezuela a la Madre Patria, antes que los EEUU dispongan de esos recursos por injerencia intervencionista y, más aún, debe entenderse que por los malos manejos que las sucesivas autoridades en el poder le han dado a favor del pueblo pobre a esos recursos y, en particular los actuales que, tiene que seguir siendo pobre tanto como el pueblo español y, no deben gozar los venezolanos de las prebendas de vivir en libertad de lo ajeno y de nuestro consuelo al ser contradictorio su bienestar con el que sustentará el trono con Felipe VI, rey de reyes, aunque España muera de hambre y rabia en soledad. Por tal motivo:
Se designa como embajadora plenipotenciaria a la señora, Maricori, sin sueldo fijo, ni voz ni voto, ni mucho menos se le permitirá en lo adelante atosigar a los estudiantes guarimberos a que actúen con oscuros procederes insidiosos en su arrogante cargo de moverse a plenitud bajo el sometimiento y tutela a la persona del rey, quien de inmediato, ruega a su merced que puede seleccionar ayudantes especiales que coadyuven en su auxilio sin perturbar la pasividad de la plebe que debe mantenerse entregada al trabajo creador por el reino español en su misión de perdurar más en el poder como la monarquía española. Se increpa:
Señora, María Corina, que para los defectos hacia adelante como futuro, siempre será usted llamada, Maricori a vuestros pies y, por tal causa con la urgencia del caso se requiere de su respuestas inmediatas que, tienen que estar acorde con las preguntas y, como así debe ser, se le exige y debe responder y repetir su aceptación, la acusamos:
Señora, Maricori a vuestros pies. ¿Está de acuerdo en respetar y hacer respetar con todo lo que tenga que ver con su misión emancipadora de sumisión y acato a esta monarquía? Sí. Estoy de acuerdo y haré respetar mi gran misión como interventora leal contra Venezuela con la devoción de hacerlo todo a sus favores y, siempre a vuestros pies como Dios Manda -respondió sin premisa.
Recuerde como consejo a sus inquietudes, señora, Maricori a vuestros pies, que su juramento no tiene vuelta atrás y, lo que deje de hacer o, haga mal la harán una indigna representante de la Madre Patria y de su soberanía que no depende del populacho a que se han malacostumbrado ustedes como colonia ancestral que perdurá aún más por incendiarios de malas voluntades y por principios inconstitucionales mal entendidos a vuestro deberes y sentires y mal practicados de dejar de usar los espejitos que le dábamos en el pasado, para verse y recrearse a futuro y, no salir de nuestro yugo y, caer en manos del imperio americano que los acosa por la energía de su subsuelo que pasa a nuestras manos con fluidez, para mejor distribución que, hará que España sea vista por Europa como un mercado común en su auxilio en dólares. Y:
Puede usted informar, Maricori a vuestros pies, quiénes serán sus ayudantes confiables a nuestro sentimiento y causa de fiel devoción y, ella responde, al compás de la exigencia que, serán sin menoscabo de otros en orden preferido, el ex embajador, Diego Arria, ex gobernador, Henrique Salas Römer, ex diputado, constitucionalista y profesor, Gustavo Tarre Briceño y, su secretario privado, Henrique Capriles por astuto inconforme y, mal perdedor. Y, se le reconforta con:
Alguna u otra cosa que agregar, señora embajadora plenipotenciaria, de agregar agrego y, así lo siento y, mucho lo he sentido y, es que siempre debimos vivir bajo el sol de la monarquía española, aún en el lapso de tiempo que dejó de existir, pero nunca es tarde cuando la dicha es buena y, que viva el rey, que el reinado ha renacido así como también Venezuela y, mi paz os doy y su paz exijo -finalizó, Maricori a vuestros pies. Y con tal de que los chavistas no sigan en el poder, María Corina, es capaz de todo.