No cabe duda que los gobiernos están integrados por hombres y mujeres mortales, por tal razón es susceptible que de la actuación de los administradores se logren aciertos y también, se comentan errores susceptibles de corregir. Se avanza enmendado los entuertos, esto nos permite evolucionar hacia una sociedad mejor, lo cual constituye el sustento de las naciones en desarrollo, todo lo contrario a una colectividad estática.
De acuerdo con el párrafo anterior todo gobierno, por malo que sea, debe haber obtenido algún logro. Algo que la oposición venezolana no descubre, a pesar de los tantos avances obtenidos por la Revolución Bolivariana en sus quince años de desempeño. La oposición venezolana no reconoce ni una sola obra realizada en los años de gobierno chavistas, a pesar de que tales frutos son ostensibles ante la vista de millones de personas. Si el lector duda de esta afirmación veamos:
Cuando mi comandante Chávez solicitó un referéndum para la Constituyente, de inmediato los voceros de oposición expresaron que tal convocatoria era inconstitucional. Hoy, estos mismos emisarios, vociferan en escenarios internacionales que Maduro viola reiteradamente la mejor constitución del mundo.
Cuando el congreso aprobó la Constitución que regiría los de destinos de Venezuela hacia la Quinta República, de inmediato la oposición demandó ante la justicia de la ilegalidad de la Carta Magna recién aprobada. Hasta apareció por la tv un opositor, quien un arrebato de ira, despedazó el texto constitucional.
Lo mismo ocurrió cuando el presidente Chávez comenzó a referirse a nuestro país como República Bolivariana de Venezuela, contemplado en la nueva Carta Magna. Raudo los voceros empezaron a declarar que mi comandante estaba tergiversando la historia de Venezuela.
La alharaca de la oposición venezolana sonó como un estentóreo trueno al enterarse que mi comandante Hugo propuso, aprobado luego por el la Asamblea Nacional, la incorporación de la octava estrella en la bandera nacional. Pereciera que estos señores olvidaron que tal propuesta fue un mandato de nuestro Libertador, por decreto del 20 de noviembre de 1817 durante la realización del Congreso de Angostura por la incorporación de la provincia de Guayana a la de Venezuela. Quizás nuestros opositores tienen la esperanza que Venezuela se convierta en la cincuenta y un estrella en el blasón de los EEUU.
Pareciera que la oposición no tiene el sentido de la estética y prefería un caballo con torticolis en el escudo y no un brioso corcel blanco galopando hacia la izquierda. A esta modificación también se opuso los eternos negadores de todo.
Cuando mi comandante Chávez aprobó la misión Barrio Adentro, integrada en su mayoría por médicos cubanos, de inmediato surgieron los portavoces opositores certificando que los galenos de isla caribeña no eran más que unos brujos y otros, mentirosos insensibilizados, afirmaban que aquellos no eran más que unos vulgares paramédicos. Por fortuna, la gran Misión Barrio Adentro ha salvado la vida a millones de venezolanos, sin distingo de color político, etnia, tono de piel o posibilidades económicas.
¡Con mis hijos no te metas! Gritaron los emisarios de la oposición cuando el gobierno propuso la modificación del currículo en los programas de estudios escolares. ¡Chávez lo que quiere es adoctrinar a los estudiantes! Gritaban los curas, mientras ellos, en un país laico, adoctrinan a sus pupilos en la Fe Cristiana.
¡Los Chavistas se van a robar las barras de oro que Chávez retornó hacia Venezuela! Este fue el aullido de los opositores cuando Chávez decidió repatriar los áureos lingotes pertenecientes a nuestra reserva y depositados en bancos extranjeros, especialmente de EEUU. En la actualidad ningún opositor nada opina sobre las denuncias de algunos voceros de gobiernos europeos y asiáticos sobre los lingotes de oro falsos depositados en la Reserva Federal de los EEUU.
Cuando mi comandante Chávez propuso y la Asamblea Nacional aprobó la unificación de todo el contingente militar en la Fuerza Armada Nacional Bolivariana de Venezuela, la prensa opositora destacó en sus titulares: "Con la nueva estructura militar Chávez pretende eliminar la Guardia Nacional". En la actualidad la GNB está enfrentando las guarimbas que se niegan a desaparecer, combatiendo el contrabando y el narcotráfico… y los opositores calladitos.
Cuando Chávez y Maduro requirieron del congreso poderes especiales para legislar sobre áreas específicas, de súbito los emisarios opositores vociferaron la inconstitucionalidad de tal solicitud. Los opositores desmemoriados olvidaron que Carlos Andrés Presidentes y otros presidentes de la Cuarta República también hicieron uso del derecho constitucional, como es de proclamar Leyes Habilitantes para gobernar. De nuevo la memoria le falla a los opositores, quienes hoy le endilgan a maduro el calificativo de "dictador", ayer fueron los mismos signatarios del decreto de Carmona el breve para conformar un gobierno tiránico. Pura inconstitucionalidad.
Todos los venezolanos están al tanto de lo perjudicial para el país del contrabando de combustibles hacia Colombia desde los estados fronterizos de Venezuela. Cuando el gobierno bolivariano propició la adaptación de un chip en los vehículos para evitar la extracción de gasolina, de inmediato los herejes de la oposición criticaron tal medida con el argumento de su inconstitucionalidad.
Recién, para evitar el contrabando de los productos de cesta básica, el gobierno está proponiendo el registro biométrico (capta huellas), para que, a través de la huella digital, se impida la compra desmedida de los artículos. Una medida que contribuirá a frenar el contrabando de extracción de nuestros alimentos. ¿Qué chilla la oposición? "Maduro está proponiendo la venta racionada de los productos de la cesta básica" "Maduro está tratando de delincuentes a todos los venezolanos". "Lo del capta huella es peor que la carta de racionamiento cubana que viola nuestro derecho a comprar lo que nos venga en gana". Qué mala memoria tienen estos carajos. Estos mismos argumentos lo utilizaron para criticar el CNE para evitar que un mismo sufragante votara más de una vez; una mala praxis frecuente en la Cuarta República. Pero los exaltados opositores no rechazan la huella digital que se debe marcar en los cheques, un mandato de la asociación bancaria. Pero estos mismos protestadores de oficio cuando viajan a Estados Unidos, no reclaman cuando, en un aeropuerto gringo, una máquina le escanea su pudibundo cuerpo, exponiendo sus intimidades ante los ojos de un operario. ¡Ah…pero esto si es de pinga! La ley patriota les concede el derecho al FBI de mirarles las pantaletas y las castas vergüenzas de las venezolanas que frecuentan a Miami. Es decir, no les importa que las traten como malhechoras.
Sería imposible enumerar todas las negaciones de la oposición de cualquier medida del gobierno para conducir al país en una patria libre de delincuentes tantos de cuello limpio como de cuello mugriento. Simplemente, la oposición se opone a todo solo por joder, sin argumentos sólidos que justifique tal proceder. Y cuando los dan, son tan banales que sus seguidores deberían darles vergüenzas tener por representantes a unos individuos con tales miserias mentales e intelectuales. Los opositores no entienden que la sabiduría de los políticos radica en saber callar y, volver a callar, cuando se le presenta la oportunidad y no hablar permanentemente pendejadas.
Para tener una soberanía alimenticia hay que producir y combatir el contrabando. Me permito utilizar un viejo refrán venezolano con un cierto cambio: "pa´ bachaquero Nicolás".
Amigo lector, si estás interesado en los cuentos de un vago escribidor puedes consultar: notengodios.blospot.es
