El Consejo Nacional del Comercio y los Servicios (Consecomercio) critica las políticas económicas del gobierno nacional; así lo planteo en su última reunión de este 31 de agosto de 2014; donde no aportó ninguna solución. Es muy fácil hacerle el juego a sectores de la derecha y no aportar medidas razonables para someterlas al estudio y discusión de los técnicos especializados.
Para mejorar la economía el gobierno nacional ha comenzado a realizar una serie de inspecciones y análisis de la estructura de costos de las empresas, con el fin de colocar precios justos que beneficien a la población, den una ganancia razonable a las empresas y contribuyan a bajar la inflación, pero esto requiere el compromiso solidario de la empresa privada para cumplir las leyes.
Por otra parte se debe propiciar las inversiones para que ayuden a mejorar los servicios públicos y la producción. Aquí también es importante la participación del sector privado, el compromiso racional de los ciudadanos y el control ejercido por el poder popular.
En cuanto al aumento de la gasolina, lo considero necesario, pero el pueblo es sabio y aunque no conozca mucho de economía la escuela de la vida le ha enseñado. En este sentido me permito recordar, que el Presidente Chavez cuando pensaba implementar alguna medida que afectara al pueblo, primero echaba a rodar la bola de lo que pensaba hacer, y si la opinión mayoritaria era contraria a esta la dejaba sin efecto, pero si la gente la veía de manera positiva o indiferente la aplicaba. En tal efecto hemos visto que nuestro Presidente obrero planteo un posible aumento de la gasolina, propuesta que obtuvo gran aceptación en sus inicios, pero luego comenzó a bajar ese apoyo, y creo que el Presidente Nicolás Maduro decidió posponerla por los momentos, emulando al Comandante Eterno.
Otro punto álgido que considero se debe revisar es la venta de Citgo, que es una empresa refinadora de petróleo y comercializadora de gasolina, lubricantes y petroquímicos en los Estados Unidos y cuenta con alrededor de 6 mil estaciones de servicio abanderadas con su marca, 3 refinerías y unos 48 terminales de almacenamiento y distribución.
En lo personal no comparto tal negociación, porque vender Citgo puede significar para Venezuela que quien la compre no adquiera el petróleo pesado y extrapesado venezolano, por ser este petróleo de difícil negociación y es colocado en Norteamérica a través de Citgo; además tenemos allí un mercado cautivo, con una empresa que garantiza la distribución y venta de nuestra principal riqueza
Por supuesto, uno de los temores de nuestro gobierno es que los buitres del imperio implementen alguna medida legal para confiscar los bienes venezolanos en Estados Unidos, como el caso más reciente de Argentina, donde muchas de sus propiedades en el extranjero fueron confiscadas.
Es fácil criticar, pero si todos aportamos posibles soluciones el país se puede enrumbar con una fuerte economía, donde participen todos los sectores y el poder popular como ente de control.