Un captahuella para chavistas sospechosos

“En verdad no es extraño oír a muchos compatriotas que hay determinados opositores, que están ocupando puestos claves del gobierno y eso permite que tomen decisiones contrarias a la línea propuesta por el gobierno”.

  Pedro Cachamay, había llegado callado al grupo como nunca, más bien parecía enfermo de esos virus que nunca faltan por ahí. Sin embargo, al oír cierto comentario, dejó atrás su silencio y lanzó esas expresiones anteriores. Y luego agregó:

  “Y lo más grave de eso es que como si estuviera de anteojito, pues si usted se consigue a un compatriota que trabaja en un organismo gubernamental, no es extraño que te diga que ahí los jefes son escuálidos y de paso descarados, porque no lo niegan y hasta arrinconan a los que están con el proceso y hasta los maltratan”.

  En verdad Cachamay no estaba descubriendo el agua tibia, pero como se la da de sabedor y analista, el grupo opta por oírlo, como para confirmar un dato que saben o que le han oído a dirigentes o a compatriotas de base, quienes lo han dicho no sólo públicamente, sino que hasta lo han escrito.

  Cachamay, luego de una pausa, volvió por su camino: “Con eso que se ha planteado de que todo aquel que opte un cargo público, debe realizar un curso de formación ideológica, estamos de acuerdo, ¿pero qué sucede? Que los opositores, son tan hábiles que son capaces de hacer ese curso y hasta otros y hasta ponerse (como hasta ahora), hasta mil franelas rojas y hacerse pasar por ser más chavistas que Chávez. Y ahí está el problema, amigos”.

  Con estas reflexiones, nos suponíamos que Cachamay venía con una de sus soluciones prácticas que a veces ha señalado, por eso sin preguntarle, expresó: “Aquí lo que debe plantearse es poner unas captahuellas capaces de descubrir quiénes son opositores y así descartarlos para ponerlos en cargos de confianza, donde lo que hacen es sabotear la gestión de gobierno y de paso realizar irregularidades administrativas. Eso puede ser una solución, digo yo, aunque, insisto, son tan sagaces que para burlar dichos artefactos, no dudarán en buscar la manera de operarse para quitarse las huellas dactilares y dejarse los dedos lisos”.

  Dijo Cachamay, y como siempre se marchó por donde vino.



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Emigdio Malaver

Margariteño. Economista y Comunicación Social. Ha colaborado con diferentes publicaciones venezolanas.

 emalaverg@gmail.com      @Malavermillo

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