Capriles tranquilo, modestia aparte, sacó del aire ese capricho que a
alguien se le antojó, meterlo en ese enredo de tirarse al agua con una
educadora a su edad de cuarentón curtido. No señor, no y no me caso ni
lo casan, alli el excandidato presidencial con dos derrotas encima se
puso terco pretencioso al decir y repetir al unísono, no hay tiempo
para eso, son rumores más que infundados molestos que me quieren sacar
del juego político como politico imponente que soy en sus andanzas de
nueva órbita de denuncias que le den frutos como se lo exigió Chúo
Torrealba, su nuevo orientador como consejero.

Capriles, el valiente el ataja consecuencias, el envalentonado sin
causas que le fomente el ego de la discreción dejó la olla de sus
sueños al vapor mediático y sin pelos en la lengua consintió en
primera voz que, el que se casa pierde público y, más en estos tiempos
difíciles de escasez y de acaparamiento en que añade con aplomo que el
gobierno esconde todo o, lo manda de contrabando para Colombia con una
facilidad de hace años.

Entonces con esa fila de problemas juntos por perseguir no se puede
estar casando como distracción oposicionista que no sumaría nada a
favor de pueblo que es el que sufre las consecuencias de los malos
politicos que andan por ahí y, él no quiere ser uno de esos sin
preocupación que desde que es gobernador de Miranda su desvelo es tal
que, come poco y duerme poco por su dedicación a tiempo completo en
resolver tantas cuesiones del día a día en que anda embarrado en
primera fila y, de allí nadie lo sacapor muchas mentiras que diga que
son en orden priritario parte de su drama público.

Si el poder ambicionado estuviera en el matrimonio él sin pensarlo dos
veces andaría de luna de miel en situación de servirle a los poderosos
que son los más necesitados del gobierno actualmente y, en esa
ambición de progresar lo ha llevado a consumir parte de su vida en
lista de espera permanente, a ver si el pueblo despierta y le pone la
banda presidencial que por culpa de Maduro perdió, pero para él perder
es lucha y, es tan así que de matrimonio no quiere que le enreden el
papagayo de su popularidad por una sarandada de placer emocional con
sexo que no ha pensado en serio y, libre se cree hasta la muerte que
es preferible morir señorito ecléctico que juntar apellidos con otra y
estar en caca matrimonial arruyando hijos.

Capriles en un acto de soberanía propia, se acoge a Montaine cuando
piensa: ¡Buena almohada la duda para una cabeza bien equilibrada! Y no
sólo eso, sino que no quiere, el iustae nuptiae que lo sumerja en el
ius connubium que lo ve bien difícil que ocurra pues, el tiempo
apremia y a él no le sobra está full compromisos ineludibles de no
llegar tarde, aunque se le ha hecho tarde estar donde ha querido
estar.

Y, su partcularidad como singularidad lo tiene en un vaivén de
críticas amortajadas de esperanzas que son su clamor político de ser o
no ser y como tal se acoge bien apegado a ese eigentümlichkeit que le
acomoda su realidad puntual que como político está donde quiera
actuar, no así casado formalmente que no le cabe en su agenda personal
y, tampoco va a complacer a quienes lo quieren ver en el rincón del
pasatiempo del olvido, eso jamás.

Capriles como politico anda tras del futuro que alli está su porvenir
administrativo de meter a la nación bolivariana en la sensa del
neoliberalismo de donde no debió salir y, no casado es más fácil
enrubarla al capitalismo, por que amor sin matrimnio acorta las
distancias y losalvan de muchos enredos que son el pan de los casado
y, él hace tiempo que dejó de ser tonto y como sus enemigos dentro de
la oposición están en decadencia es buen momento de arrear las velas
de la inconformidad que a lo mejor gana más de tiempo de acercarse al
poder con el que está en concubinato obligado y casado ni loco que son
sutilezas de solteros mal pensados y él, él piensa.

Entonces, no habra sorpresas, Capriles seguira soltero con el anillo
de la deslealtad que siempre lo acompaña buscando otra solución a sus
inquietudes personales.