El sistema capitalista hace guerra económica contra el pueblo todo el tiempo... Cuando se produce para generar plusvalía y acumular capital en pocas manos se está generando una guerra contra quienes no pueden adquirir productos que hacen falta para la vida. El estado burgués está al servicio de la burguesía, obvio, no puede ser de otra manera, de Perogrullo que el estado socialista y la economía socialista debe estar al servicio de la sociedad. La transformación de ese estado burgués a un estado social de derecho y de justicia es un proceso que confronta en la arena política dos modelos, el capitalista y el socialista. En este orden de ideas, la confrontación que hoy vive Venezuela tiene su raíz profunda en la lucha de clases que desató la revolución chavista-bolivariana en esta gran patria y que hoy llega a un punto de quiebre culminante en donde nos jugamos todo o nada. Mucho se ha dicho que cuando una revolución es verdadera "el agua tibia" desaparece, o es caliente o es fría.
La guerra económica estará presente entre nosotros hasta que el capitalismo desaparezca definitivamente del planeta, no solo de Venezuela, porque el mundo está interconectado para bien o para mal. Ahora bien, esta batalla es de todo un pueblo; por una parte creando consciencia, generando consciencia, educando y formando, quizás sea la más importante, por la otra ejerciendo control de los actores burgueses conque cuenta la economía venezolana que están "vivitos y coleando" y son el principal factor para a desestabilización, los partidos de la derecha se acabaron, ahora la batalla es entre el PSUV y los especuladores y acaparadores, tengamos eso claro. De acuerdo y en conchumpancia con estos factores se mueve una clase política que desestabiliza permanentemente, muy claro está, gracias a dios, Diosdado cabello, cuando señala que toda la oposición juega a destruir la revolución y por ende a la desestabilización, y es precisamente que "el agua tibia" está desapareciendo en la medida en que se agudiza la lucha de clases. Pero es muy importante que Diosdado Cabello esté claro en el asunto. Pensar que existe una oposición "buena" y otra "mala" es ingenuidad o mala intención. Esto es algo que los revolucionarios debemos tener muy claro. No significa que Maduro como presidente no convoque al diálogo sincero, hay que hacerlo, pero de allí a comerse el cuento de que Mendoza colocará sus empresas al servicio del pueblo es algo más que una utopía.
La revolución bolivariana es una enorme escuela para el universo; aquí estamos confrontando al imperialismo con sus propias armas, con sus propios mecanismos, rompiendo viejos paradigmas y vetustos dogmas... es posible un mundo humano sin que nos matemos en una guerra fratricida, porque en una guerra mueren los pueblos, nunca los burgueses, mucho menos el sistema por el hecho de que la forma de acceso al gobierno haya sido de una u otra forma. Eso no implica que no haya violencia, allí están nuestros muertos, incluso los del pueblo opositor, que son nuestros por el simple hecho de ser pueblo y mientras eso ocurre los burgueses están en Miami en un exilio dorado. Esta realidad nos debe llamar a la reflexión; la violencia siempre beneficia al que puede apartarse de ella pero sacar provecho político o económico de la misma. Eso hacen los burgueses que viajan al exterior pero con sus medios incitan a que el pueblo venezolano salga a las calles, de un lado y de otro a matarse como salvajes.
"La mano que mueve la cuna"... siempre está en el imperio, lógicamente que el imperio necesita de venezolanos apátridas que se vendan a sus intereses, allí están los empresarios opositores que se prestan para el sabotaje económico contra el pueblo, sin importarle para nada la vida del pueblo venezolano, verbigracia el decomiso de millones de insumos médicos en Tejerías, Aragua, allí se demuestra la desnaturalización del capitalismo y de lo que es capaz de hacer para sobrevivir y seguir usufructuando de la riqueza generada por el pueblo trabajador. Pero la guerra económica también se derrota con producción, una producción de nuevo tipo, de corte socialista, cuya ganancia sea la reinversión en el pago de la inmensa deuda social con todos los venezolanos y venezolanas. Así que no se trata solo de expropiar, se trata de producir para el pueblo que choca con el interés generado por el capitalismo en "la libertad económica", que es una falacia, una gran mentira, porque en el capitalismo no hay libertad económica, hay es una terrible dictadura en donde los más poderosos imponen sus criterios de acuerdo a sus intereses. Por esta razón la batalla es de todo un pueblo apoyado en las instituciones revolucionarias del estado socialista que estamos construyendo, construyendo con todas las dificultades que esto implica, para que los "radicales" no salgan a decir que la vaina es "pan comío" sin siquiera haber administrado una bodega o sembrado una mata de papas. El sistema capitalista nos ha llevado a unos niveles de corrupción jamás visto, no nos llamemos a engaño, son muchos los que andan detrás de "algún negocito" en medio de la escasez. Vemos al pueblo explotando al pueblo inmisericordemente en la comercialización de productos escasos... ¿Por qué ocurre esto? ¿Acaso es un capitalista el que compra desmesuradamente para revender? En la realidad no es un capitalista, es un pobre, pero piensa y actúa bajo la lógica capitalista que lo incita a explotar a su semejante sin importarle que sea su vecino.
El tema agrícola, por ejemplo, es una vitrina para que intentemos interpretar adecuadamente este fenómeno de distorsión de una economía productiva a una parasitaria, tal como lo concibieron para Venezuela… resulta que la agricultura mucho se habla de que está abandonada, pero toda la culpa se le echa al gobierno y esto no es así, el gobierno ha impulsado planes para el crecimiento agrícola como nunca antes, pero nosotros también contribuimos con el capitalismo cuando desviamos un crédito agrícola y se genera la escasez que afecta al pueblo consumidor, esto aunado a la especulación propiamente dicha hacen que los precios de los productos agrícolas se incrementen desmesuradamente, lógicamente que esto se exprese en lo electoral en un sector que mayoritariamente apoya la revolución pero que por esa cultura capitalista que tenemos en la mente muchos quizás se confundan y terminen apoyando a sus verdugos, ese es el juego sempiterno de los imperialistas. Seguramente hay mucho especulador pequeño que vota por el chavismo que ahora porque le controlan la especulación está bravo y sale a votar por la oposición o no vota y con ello abre las compuertas para que la derecha nos golpee. Habrán muchos y muchas cansados y cansadas de las colas que como ahora tienen apartamento de la misión vivienda, carro de Venezuela Productiva, profesión de la misión Sucre y se cree un conspicuo capitalista merecedor de número en el country y con derecho a vender su cupo en dólares para que un verdadero capitalista se gane el mil por ciento de lo que, el mente capitalista pero pobre en la realidad, recibe, son los fenómenos en donde debemos detenernos un instante y tratar de dar una respuesta adecuada. Pero resulta que el señor o la señora están molestos y no votan por el chavismo. O se cree el cuento de los radicales y brujos videntes que dicen que esto no es revolución sino "reacomodo de clases"... ¡Claro que es un reacomodo de clases! O es que no se trata de, nada más y nada menos, que el sistema económico capitalista venezolano desaparezca para que el pueblo gobierne y se cree un nuevo modelo económico productivo al servicio de la sociedad.
Pero surgen los inmediatistas que creen que hacer una revolución es "soplar y hacer botellas" y desde una oficina con aire acondicionado, sin problemas económicos de ningún tipo, leyendo los comentarios en twitter analizan y determinan que esto ya no es revolución porque se está haciendo una cola... ¡Por favor!
Maduro y el comando político de la revolución van por buen camino, la designación de un dirigente dinámico como Andrés Eloy Méndez en la superintendencia de precios justos causan un tsunami en las endebles estructuras de la burguesía parasitaria que recurren a los opinadores pro- burgueses para que confundan con falsas teorías. Las cosas van bien, como debe ser, como lo escogió Chávez, por la vía en donde la burguesía se entrampe de tal manera que no pueda justificar ninguna acción impopular.
Han intentado de todo y lo seguirán haciendo, pero si no tienen la forma de justificar sus acciones el mismo pueblo los aislará y les derrotaremos en todos los campos posibles. Que el pueblo se incorpore a esta batalla le da fortaleza al planteamiento revolucionario de depurar la economía venezolana y hacerla productiva, eso se dice fácil pero cuesta un camión hacerlo, pero no hay otro camino, hay que hacerlo, contra viento y marea hay que hacerlo. Quizás lo mas difícil de controlar son las bodegas en el interior del país, en los pueblos pequeños donde el especulador es el amigo, vecino, compadre y colaborador de la parroquia, el que te mira feo si lo visita el gobierno a inspeccionar el negocio, pero allí es donde se requiere de la mayor consciencia, del poder de la palabra. Con ese compatriota, que es pobre igual que uno, hay que aplicar un método de convencimiento especial, se trata de sacarlo de las garras del infierno capitalista que como colaborador actúa, así como se coadyuva a sacar un muchacho de la droga. Esa debe ser la labor. Ahora bien, ese pequeño comerciante desalmado está enfermo con el virus del capitalismo... cómo sacarlo de allí... pues con amor, con comprensión, con educación y con consciencia para que este mismo se incorpore de buena fe a la distribución y comercialización sana de bienes y servicios para la felicidad del pueblo. Es todo un pueblo unido que derrotará la guerra económica desatada por la burguesía parasitaria y el imperio y es lo que Maduro está haciendo, para que agarren mínimo los que dicen que aquí no hay revolución.