En su trayectoria como gobernante, Capriles se acostumbró a ejercer los cargos sin rendir cuentas de su gestión, pues los órganos encargados de controlarlo, la Cámara Municipal de Baruta, dos períodos, y el Consejo Legislativo estadal, en el período anterior, por estar bajo su influencia política, no cumplían con su función contralora, y, por tanto, él actuaba por la libre. Con el actual CLEBM, Capriles, por fin, se tropezó con una piedra en el zapato.
Motivado al último viaje del gobernador Capriles al exterior, en esta oportunidad a Madrid y Nueva York, el Consejo Legislativo del Estado Bolivariano de Miranda, CLEBM, se ha visto en la necesidad de requerirle al consuetudinario viajero que dé una explicación razonada, al pueblo mirandino, del alcance y significación de ese viaje, pues, fue este quien lo eligió y a quien, constitucionalmente, le debe rendir cuenta de su gestión, todo ello en virtud de que su explicación inicial, ante la increpación pública que al respecto le formulara el Parlamento regional, velador del interés público, fue por lo demás escueta e irrelevante.
El antecedente del CEPLACOPP
Capriles, mal acostumbrado a desconocer la función contralora de la representación legislativa popular, asumió una actitud displicente, en correspondencia con su talante autoritario y antidemocrático, que en este caso prolonga su manera irrespetuosa de conducirse ante los Poderes Públicos; pero se ha encontrado con una sólida voluntad contralora de la mayoría socialista que ejerce la dirección del poder legislativo estadal.
Ya esa vocación del Cuerpo Legislativo, presidido por la Legisladora Aurora Morales, se hizo sentir ante la manera arbitraria como el gobernador Capriles pretendió manejar la instalación y funcionamiento del Consejo de Planificación de Políticas Públicas (CEPLACOPP), lamentable actuación que conllevó al CLEBM a recurrir al Tribunal Supremo de Justicia para reponer la juridicidad violentada por Capriles, al instalar, irregularmente, esta instancia con una pírrica minoría, intentando desconocer la normativa que rige el procedimiento del ente encargado de la concertación de las políticas públicas a nivel regional; con esta iniciativa del CLEBM, Capriles se vio obligado a someterse a derecho, convocando al CEPLACOPP según lo establecido en las leyes de la República, un antecedente que no debería olvidar el ciudadano gobernador.
A quién beneficia el viaje
Ahora, con motivo del comentado viaje le corresponde a Capriles responder los requerimientos del Poder Legislativo estadal en cuanto a los beneficios que el mismo le reporta al pueblo de Miranda, siendo, que, se supone, fue costeado con recursos de la gobernación, es decir, de los mirandinos; porque en caso de que los gastos ocasionados de ese viaje tuviesen otra derivación, igualmente, se impone una investigación.
Lo cierto es que el CLEBM, atendiendo a sus facultades constitucionales, vía oficio, le solicitó al gobernador que rindiera cuentas de la gestión del viaje y la respuesta del mandatario regional fue una foto “supuestamente en Madrid con el expresidente español Felipe González”, es decir, la respuesta fue “ninguna”.
Ante ello, el CLEBM, tomó la iniciativa de designar una comisión especial, integrada por los legisladores Marisela Mendoza, quien la preside, Luis Bello e Ismael Capinel, para que abra una investigación, documente el viaje y establezca las conclusiones a que hubiere lugar. Ha insistido la Presidenta del CLEBM que lo que se busca no es descalificar, sino que se gobierne, porque para ello fue que Capriles fue elegido, no para dedicar su tiempo a viajar, un rato afuera del país y otros tantos al interior, como sempiterno candidato; los mirandinos y mirandinas exigen que se haga honor al cargo que se ostenta.
Mientras tanto…
Una arista adicional a la trama del viaje o de los viajes de Capriles es que no evidencia disposición a cumplir con sus obligaciones como gobernador, mientras se ocupa de viajar, los problemas en el estado Miranda afloran y no se siente la acción activa de la gobernación para afrontarlos.
Desde el 2009 a la fecha, a Capriles por concepto de presupuestos ordinarios, créditos adicionales y excedentes petroleros le han sido asignados la bicoca de más de 26 mil millones de bolívares, y, lamentablemente, no hay muestra palpable, significativa, de una gestión que valga la pena, de una obra emblemática digna de mencionar, tal cual como sucedió en los ocho años que fungió como alcalde de Baruta que pasaron sin gloria pero con mucha pena.
Al regreso de este último viaje, llegó reclamando que como el país estaba en quiebra no se le asignaban los recursos que le correspondían, desconociendo que mientras estaba ausente, el gobierno nacional convocó al Consejo Federal de Gobierno, al que asistieron todos los gobernadores, excepto Capriles, por supuesto, para anunciar y hacer entrega de los recursos atinentes a los excedentes petroleros del segundo semestre del presente año; excedentes, en los que por Ley a Miranda les corresponde la nada despreciable cantidad de 1632 millones de bolívares fuertes, recursos que, por cierto, debería honrar en siquiera palear la cuantiosa deuda acumulada con los trabajadores y trabajadoras adscritos a la gobernación.
Mucho nos tememos que la pésima gestión de Capriles va ameritar de parte del CLEBM una posición contundente para determinar en qué y cómo se han invertido los ingentes recursos que le ha correspondido administrar; ni más ni menos, convertirse en la piedra en el zapato de Capriles, así lo requerirán las circunstancias, pues, la ineptitud de este gobernador no permite presagiar otra cosa; parafraseando al Gabo estamos en presencia de una crónica de un fracaso anunciado.
Nota: Y hablando de fracaso, hay otro que se asoma en el horizonte, que es el del flamante alcalde de El Hatillo, David Smolanski, que no puede con la inseguridad en el Municipio pero se ha dedicado a organizar fiestas estruendosas que atentan contra la tradición hatillana.
*miguelugas@gmail.com
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