¡Al fin! Con la imputación que el Ministerio Público le ha hecho a María Corina Machado Parisca, conspicua representante de la derecha local, por el delito de conspiración, la justicia venezolana ha dado un paso concreto, determinante, en la lucha que está planteada en nuestro país en contra de quienes atenten con destruir el sistema político que nos rige, consensuado ampliamente por los venezolanos, y contemplado en la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela.
La derecha venezolana ha venido actuando con absoluta impunidad en contra de la CRBV, prevalida de su soberbia de clase, del poder mediático que la avala y del apoyo obsceno que ostenta del poder imperial; siendo este el caso de la ciudadana recién imputada que a lo largo de los últimos 15 años se ha dado a la tarea de irrumpir, una y otra vez, en contra de la democracia participativa y protagónica instaurada en nuestro país desde el 15 de diciembre de 1999, cuando, en referéndum, el pueblo venezolano certificó la vigente Constitución.
Imputada por conspiradora
El acto de imputación a María Machado se llevó a cabo ante la Fiscalía 20° nacional, a cargo de Katherine Harington, quien le imputó el delito de conspiración establecido en el artículo 132 del Código Penal que dispone que "cualquiera que, dentro o fuera del territorio nacional, conspire para destruir la forma política republicana que se ha dado la nación será castigado con presidio de ocho a dieciséis años".
Es pertinente aclarar que, en esta oportunidad, como ha señalado la propia Fiscal General, Luisa Ortega Díaz, se descarta la idea de imputación por delito de magnicidio como han querido hacer ver algunos medios de comunicación; no, a María Machado se le imputa es el delito de conspiración, referido a aquellas personas que conspiran contra la forma republicana que nos hemos acordado los venezolanos.
Se entiende que el Ministerio Público al momento de tomar esta decisión cuenta con suficiente elementos de convicción, de indicios criminalísticos como para formular la imputación que, luego, ha de conducir a la respectiva acusación penal.
Postura anticonstitucional
Porque a ojos vistos y a oídos claros, María Machado ha dejado toda una estela de su postura y predicamento antidemocrático y anticonstitucional, todo una madeja de peripecias y ocurrencias, a cual más evidente, que denotan una actuación definidamente conspirativa e insurreccional en contra del régimen político legítimamente constituido.
Desde los inicios del período chavista, el pueblo venezolano ha observado a una María Machado comprometida hasta las vísceras con todas las intentonas de los sectores apátridas, antinacionales, que se han planteado el derrocamiento del gobierno bolivariano y el derrumbamiento del Proyecto Político concebido por Chávez y ahora liderado por Nicolás Maduro.
Para el pueblo venezolano, está clara como una película su rabiosa oposición a las Leyes Habilitantes promulgadas por Chávez en los inicios del gobierno, su ostensible apoyo al golpe de estado de abril del 2002 y su participación como firmante del Decreto de Carmona, el breve, en el que dictatorialmente se derogaba la CRBV, se eliminaban los Poderes Públicos y se instauraba un gobierno usurpador de la soberanía popular; su comprometida complacencia con el paro empresarial- petrolero del 2002-2003; su manifiesta directriz de una organización mendaz como SÚMATE, financiada por el imperio para perturbar y enturbiar los procesos electorales pautados constitucionalmente en el país; su impúdica relación con personeros imperiales, enemigos declarados de la nación venezolana; y así, sucesivamente, su destacado involucramiento con todas las nefastas iniciativas guarimbéricas que han significado pérdidas de vidas humanas, destrucción de bienes públicos y privados, deterioro del ambiente, alteración de la vida cotidiana de la ciudadanía, dentro del despropósito de pretender truncar un proceso político que le ha resultado imbatible, electoralmente, a la clase burguesa y pro-imperialista a la que pertenece.
Y en particular esta obstinada práctica anticonstitucional, de la ex-parlamentaria y ahora imputada María Machado, se ha puesto en el tapete del escenario nacional, en el transcurso del presente año, con su abierta y reiterada declaratoria de llamar a la Salida por cualquier vía, del gobierno constitucional, bajo el pretexto de que se está ante un régimen dictatorial, el mismo que le permite hacer uso de las más amplias libertades para expresar sus destempladas proclamas.
En su asistencia a la audiencia, estuvo acompañada por un grupo de dirigentes de derecha, tales, como Antonio Ledezma, David Smolansky, Alfonzo Marquina, etc., de esos que han estado tan comprometidos como ella en el despropósito insurreccional y que se hicieron presentes para testimoniar su identidad con la política que la Machado ha encarnado. Igualmente hizo acto de presencia un funcionario de la embajada estadounidense en nuestro país, como para decirlo en criollo, más claro no canta un gallo, un gesto que además de injerencista habría que interpretar como de protección de la potencia norteña a una de sus más dilectas y postradas pupilas.
Bufonesca incongruencia
Pero, a decir verdad, el gesto que nos llamó más la atención es el del gobernador de Miranda y ex-candidato presidencial opositor, Capriles Radonski, que, si bien, no hizo acto de presencia declaró a los medios que se hacía solidario con María Machado aún cuando de refilón señaló que no compartía su línea política. Es decir, una declaratoria en la que se pone de bulto, una vez más, la bufonesca incongruencia a la que nos tiene acostumbrado el gobernador ausente, haciendo gala de una cantinflada, con el permiso de Don Mario Moreno, del sin querer queriendo. No entiende, todavía Capriles, que de lo que se trata es de marcar distancia total y definitiva con un método y una concepción política que no cuenta con el respaldo del pueblo venezolano.