De tanto pensarlo y sin intimidación ninguna él creyó posible que,
antes las fiestas carnestolendas un golpe le quedaría a su medida y,
sin mucha trifulca mejor que desde el aire imposible, la dimensión
planificada, sería el mejor plano, para tomar Caracas y, como un decir
de pases de carroza, mejor quedaria vocear, aqui es, aquí es.
Alquiló su traje con esmero y a su medida y, sin encono ninguno, se
repetía con disfrute: calvo que no es golpista no debe militar en la
oposición, porque en la oposición venezolana se piensa a lo yanqui que
son sus políticas tercermundista de desarrollar golpes que le hagan la
vida imposible a los líderes que se esfuerzan en aparentar y
jugárselas de socialistas y socialismo para los ideólogos del imperio
es una desilusión que no tiene cabida dentro de los gobiernos
capitalistas y, para muestra un botón tenemos a Cuba, castigada por
demás y, aislada y embargada sin justificación ninguna.
Julio Borges, un líder chismorrero de PJ que se pinta su rostro como
un edecán de las interferencias plausibles que lo mantienen en la AN
en apariencia de un representante elegido por una parte del pueblo que
le vio hábitos imprecisos de luchador social, al que le incomoda que
los chavistas se mantengan en el poder y ha realizado los disparates
más comunes dentro de ella con tal que lo tomen en cuenta como
alborotador de enredos entrecruzados que María Corina se queda corta
en ideales frenéticos de perversidad frente a él que, desde hace años
tiene a Diosdado Cabello loco de calenturas inoportunas e impúdicas
Y ahora de la noche a la mañana se encarama ese tatuaje de golpista
que le va a pesar por los vientos que soplan, agotadores años de
seguir a la deriva gritando como un fanático de las tinieblas, yo
pienso por lo tal existo y jugando a la candelita, dirá él, se llega a
Miami, a sumar grupos de fascistas que lo pongan a valer a buen precio
como uno más de la enguerrida oligarquía que por tumultuosa
representación de sus capacitados hacen vida en la MUD que, por
sigilosa habilidad de su actual secretario ejecutivo, le dio la vuelta
al mundo cuando sofisticado de caprichos y deseos se lució de infinita
sabiduría política cuando, determino con solidez abstracta al
preguntar y responder, “Quién va a querer tumbar un gobierno que está
cayendo solo” e inmediatamente desde Miraflores pusieron la bandera a
media asta por la ocurrencia de un inocente alejado de diciembre, pero
con ganas de alborotar la paz de los venezolanos que siguen a Maduro
y, Maduro astutamente se forró de rojo y, les advirtió, vengan por mí
y todavía su gobierno no ha caído.
Y, lo más espectacular del caso es que a decir de algún gracioso, para
nada maracucho, sólo le quedó expresar como sentencia, ¡ay Chuo
Torrealba que mal te veo! Tú, eres más pavoso que el anterior
secretario de la MUD como lo fue, Ramón Guillermo Aveledo, que salió
del cargo por distraído e interesado en proyectarse como uno más con
opción de aspirar el poder que los embarga en su lastimosa procedencia
de enredador cómplice entre ellos.
No así el terrible, Julio Borges, que anegado de rumores con el agua
de sus pretenciones al cuello, esperará hasta último momento por la
decisión que se cocina lentamente entre diputados afectos al proceso
de mandarlo de vacaciones con gastos pagos hasta que olvide que con
golpes, aunque sean suaves, no llegamos a ninguna parte y más cuando
se dejan llevar por militares mal formados por ideólogos que todavía
están al servicio de la Escuela de las Américas de acuerdo al catálogo
de sus antecesores que hacían vida en común militarmente con los
militares americanos que por allí pasaban.
Pero, Julio Borges, para no quedar mal y, con una sana intención de no
brincar la cuerda de la AN por gustos de otros (y en particular de
Diosdado Cabello) y con el visto bueno de, Leopoldo López, están en
común acuerdo de solamente solicitarle a la buena de dios al
presidente Maduro con todo respeto y nada considerados gritaron:
Maduro renuncia ya.