Cuando ganan los ricos con toda seguridad pierden todos los que no lo son. Y un gobierno de la oposición sería un régimen de los empresarios, es decir, sujetos inescrupulosos, que como lo estamos viendo, son capaces de todo. Incluso, hasta de las acciones más ruines y criminales como son, aparte de especular, esconderles los alimentos y medicinas a la población. Ofensiva homicida que como modernos Nerones, la han extendido también hasta los niños, quienes han tenido que renunciar a sus tetes, sus medicinas, sus pañales, sus talcos, etc. Y todo, porque lo que desean es complacer a sus amos del norte en su espurio afán de apoderarse de Venezuela y sus riquezas. Sin embargo, esto es sólo parte de sus siniestros planes. Porque en el fondo de sus almas, o lo que tengan por tal, es derrocar las autoridades y quedar en libertad de de hacer con los consumidores lo que desde siempre han venido haciendo, esto es, lo que les da la gana. Son en resumen, macrófagos que, con tal de lograr sus perversos fines, no les importa recurrir hasta el infanticidio.
Pero para que se tenga una idea exacta de la índole infame del empresariado nacional, involucrado en estos momentos en una cruel guerra económica contra los habitantes de este país, quiero referir la siguiente anécdota de la cual formé parte de manera involuntaria.
Yo no sabría decir si eran los laboratorios o las droguerías las que de vez en cuando solían realizar ofertas en beneficio de las personas que necesitaran algún medicamento. Pero sean los unos o sean las otras, el hecho es que unían dos envoltorios o cajas del mismo medicamento para que fueran vendidas al público por el precio de una. Las pegaban bien -las cajas-, les colocaban el código de barras de manera que unieran los dos envoltorios, de tal suerte que estos no se pudieran separar sin que la etiqueta del código se rompiera. Pero, además, como si lo hecho fuera poco les colocaban por todas partes un sello con la palabra "OFERTA" bien visible.
Un día tuve la necesidad de adquirir una medicina en FARMATODO un medicamento sin el cual no pudiéramos estar escribiendo estas líneas, porque sencillamente los que han dejado de pestañar no pueden escribir nada. Solicité la medicina a un dependiente, y cuando le pido el precio al sujeto éste me da uno que era el doble del que yo acostumbraba pagar por el mismo fármaco. Le pregunté por qué, y me respondió que me estaba llevando dos en lugar de uno.
Pero esta es una oferta, chico, ¿no estáis leyendo aquí o es que no sabéis leer?, le dije bastante alterado. Sí, pero ese es el precio, me contestó. Entonces, arrojándole el paquete y diciéndole un montón de vainas, me largué de ese negocio. Y no era por lo que me estaban pidiendo por la medicina, sino por la forma tan desvergonzada cómo estafan a la gente estos ladrones encorbatados.
Y a propósito de este tema de las medicinas, aquí está ocurriendo algo verdaderamente insólito y completamente sin sentido. Porque resulta que estaba usando -y digo que estaba usando porque ya la desaparecieron- un medicamento que costaba 80 bolívares. Pero sucede que el mismo no puede ser vendido sin receta médica. ¿Y cuanto cuesta una receta médica? Lo que cuesta una consulta médica, es decir, 800 bolos. O sea, que vale mucho más el récipe que la misma medicina. ¿A quien beneficia esta kafkiana situación? Por supuesto que no es a la persona que necesita, y en muchos casos de urgencia, el medicamento, sino a los médicos mercenarios que engordan y robustecen sus rubicundas papadas a costa de las necesidades de la población.
Pero hay algo más acerca de esos negocios que trafican inmoralmente con las medicinas, vale decir, las farmacias. Estas vulgares vendutas se niegan despachar las medicinas prescritas en un récipe de Barrio Adentro, así este esté sellado y firmado por un médico venezolano, egresado de las universidades autónomas del país y debidamente inscrito en el Colegio Médico de Venezuela. ¿Qué alegan los dueños de estos establecimientos comerciales? Que los médicos de Barrio Adentro son unos incapaces. Como el argumento carece por completo de validez, porque no es el infeliz dueño de una farmacia el más indicado para evaluar la idoneidad de un profesional de la medicina, entonces esa excusa tiene que estar basada en consideraciones políticas. Y como el que se mete a político tiene que estar dispuesto a correr con las consecuencias que de ese hecho se puedan derivar, entonces un cierre de 48 horas no estaría mal como escarmiento, puesto que con la salud de las personas y muchos menos la de los niños no debe jugar.
Quien esto escribe piensa que una solución a este problema de las medicinas, podría estar en la creación de una empresa que se encargue de la importación de las mismas y utilizar los módulos de Barrio Adentro como sitio de atención al público. Los precios serían los que rigen en el mercado o un poco menos. Esta es, creemos, que es la única manera de derrotar la conspiración que se adelanta desde este sector y de garantizar la existencia de los medicamentos.
2.- Ayer, mientras almorzaba, tocaron a la puerta de la casa. Y cuando salimos a atender el llamado, nos conseguimos con unos militantes de la oposición que andaban repartiendo unos volantes en los cuales pedían la libertad de Leopoldo López. Este grupo no es el único. Todo lo contrario, porque ya están formando parte del paisaje y uno los encuentra por todas partes, especialmente en los sitios muy concurridos. Y mientras la oposición realiza este intenso trabajo para difundir su mensaje, qué hace el PSUV para difundir el suyo. Aparte de utilizar a VTV, cuya audiencia es demasiado pobre, no utiliza otros medios para comunicarse con la gente. Resultado, una desinformación completa de quienes, por su significación para el Proceso, debían estar suficientemente informados. Por ejemplo, los golpistas, según pude conocer vía Telesur, habían elaborado un documento en el cual llamaban a desconocer las instituciones del país y que además estaba firmado por Borges, María Corina, Ledezma, etc. Eso es lo único que he podido enterarme de ese comunicado. Y eso por el interés que puse en conocer lo más posible acerca del mismo. Entre las diligencias que hice por tener una copia de ese pronunciamiento, que debía estar en las manos de todos los venezolanos, fue solicitárselo a unos militantes del chavismo. Y la respuesta que obtuve fue que no sólo no sabían de su existencia sino tampoco de su contenido, Lo cual nos parce el colmo, pues si esto ocurre con quienes debían tener un interés particular en un asunto de tanta importancia como este, hay que imaginar lo que sucede con quienes no tienen ese interés.
Esta es un área de la actividad partidista, el de la publicidad y propaganda, que ha venido fallando dese la aparición misma del Proceso. Jamás se le ha dado la importancia estratégica que indudablemente tiene. De allí que a cargo de ese frente o actividad se hayan venido colocando gente sin la más mínima idea lo que en relación con esta materia se debe hacer. Gente muy ligada por fuertes lazos familiares y de amistad con los dirigentes del gobierno y del Partido, pero incapaces de hacer lo que se tiene que hacer para derrotar al adversario en el campo de las ideas. Esta situación tiene urgentemente que cambiar, porque Venezuela está en un momento en que mono no carga a su hijo y los terrorista pueden dar una indeseable sorpresa.