En líneas generales, el cuadro electoral para el próximo 6 de diciembre ya está perfilado, los candidatos a la Asamblea Nacional por los dos grandes bloques políticos del país han sido anunciados y el cronograma electoral del CNE se encuentra en plena y efectiva ejecución. En consecuencia, la suerte está echada.
Ahora, cuando hablamos de que la suerte del próximo proceso electoral está echada nos estamos refiriendo, también, a ciertos hechos políticos que, como prolegómenos nos ilustran o, mejor, nos presagian cual será el resultado de esta importante batalla electoral.
Escogencia cogollérica
Hechos políticos en los que luce, como de bulto, el desmadre de la oposición venezolana, puesto en evidencia por el desbarajuste que en su seno ha producido la decisión cogollérica para la escogencia de sus candidatos. He allí una señal de la nueva derrota que le corresponderá afrontar a la ineficaz dirección que trae el hándicap de 18 reveses en 19 contiendas electorales.
Por una parte, en primer lugar, se empeñaron en no realizar elecciones primarias en los 87 circuitos electorales para la selección uninominal sino en apenas 32 de ellos, por otro lado, a los candidatos de esa consulta chucuta les impusieron, como condición previa, el filtro de tener que pagar 150 mil bolívares para participar; todo ello, naturalmente, por el temor de que las bases eligieran unos candidatos distintos a los de la preferencia cogollérica.
Machistas y misóginos
Por otra parte, cometieron la torpeza de intentar desconocer la resolución del CNE que establecía el criterio de la paridad de género para la escogencia de los candidatos y candidatas, aduciendo argumentos, por demás baladíes, que en el fondo pretendían esconder las concepciones arcaicas, ahistóricas, machistas y misóginas de los dirigentes opositores; pero, como les resultó infranqueable el dictamen del Poder Electoral, optaron por castigar a sus propias lideresas femeninas, luchadoras por la igualdad de género, que apoyaban la resolución, execrándolas de las listas candidaturales y dándole participación, de relleno, a militantes femeninas de poca tradición en las lides políticas.
Apabullante "huevo frito"
Por último, en el listado de candidatos y candidatas que finalmente terminaron de registrar ante el CNE, se observa una apabullante presencia de la alianza de Primero Justicia y Acción Democrática, la del "huevo frito", dejando por fuera o muy disminuidos a los otros factores que conforman la mentada Mesa de la Unidad Democrática, MUD, en realidad poca unida y menos democrática.
Ahora bien, si alguien piensa que estas contradicciones no hacen mella al interior del conglomerado opositor está caído de la mata, bastaría con sólo pasearse por lo que piensa la gente de Causa R (en especial su protolíder Andrés Velázquez); de Copei, excluido por sus desavenencias internas; la soberbia María Corina Machado, que inhabilitada por la Contraloría General de la República no pudo imponer a su postulada Isabel Pereira; Gómez Sigala, excluido en Lara, lo cual conllevó que optara por lanzarse por cuenta propia; y la gente de Bandera Roja y de los otros grupos, que han servido de comparsa pero que a la hora de las chiquiticas no son más que convidados de piedra; ni que decir, en los jóvenes estudiantes universitarios que sólo han sido utilizados como carne de cañón en las acciones desestabilizadoras y violentas alentadas por la taimada dirigencia opositora.
Falta de política
Pero el desmadre opositor no se circunscribe sólo a la manera sectaria e hipócrita de asumir la participación electoral, hay otras señales que son incluso más ilustrativa que la que llevamos reseñada, por ejemplo, la falta de política, de programa, si acaso su falla histórica, existencial más prominente en estos 16 años de proceso bolivariano. No han sido capaces de concebir una propuesta de país que no sea el trillado recetario neoliberal que, a decir verdad, ellos mismos no se atreven a enarbolar abiertamente.
Esta falta de política es lo que explica la ausencia de la oposición en las calles, en los centros de trabajo, salvo en los nichos en los cuales tienen una audiencia cautiva e ideologizada.
A ciencia cierta, esta oposición inepta, descansa su esperanza de triunfo, por un lado, en los efectos que aspiran generen en el seno de la población la situación de especulación de precios y la escasez y desabastecimiento de productos, inducidos por la burguesía parasitaria proimperialista que aún mantiene en sus manos, en significativa medida, los mecanismos de distribución y prestación de bienes y servicios; y, por otro lado, en la sensación de inseguridad, de caos y miedo colectivo que confían se incube en el pueblo como consecuencia de la acción desaprensiva de bandas criminales y de grupos de mercenarios y de paramilitares esparcidos en nuestro país.
Combinación explosiva con la que pretende el imperialismo, que es el inductor de toda esta estrategia, caotizar al país de tal forma que incida en las inclinaciones electorales a favor de los candidatos opositores para alcanzar la conformación de una Asamblea Nacional con mayoría opositora; y desde esa fundamental institución del país, desarrollar acciones conducentes a la destitución del Presidente Nicolás Maduro y al truncamiento del proceso revolucionario bolivariano. Ni más ni menos, el anhelo imperialista y de la parasitaria burguesía lacaya desde hace 16 años.
Siembra de Chávez
Sin duda, vano propósito, pues, a pesar de los avatares coyunturales, sin que se pretenda desconocer sus efectos negativos, ya a estas alturas, en el pueblo trabajador y en el amplio espectro del precariado venezolano, cuando se ha acendrado una conciencia soberana, de profundo sentimiento patriótico y de redención social, no hay posibilidad alguna de pasar por las "horcas caudinas" del retorno al pasado y negador de la vida y de la alegría que supo despertar y sembrar Hugo Chávez. Lo que sí está planteado, es que se profundice el desmadre opositor.