María Corina educadora in situ

Lo que nos faltaba que, María Corina, nos reventara los tímpanos del
desorden al soltarse los moños de la desesperación en un aquelarre de
vivacidad al querer armar una marcha de educadores que junto a los de
la UUUCV, se planten en Miraflores a demostrar que en este país no hay
democracia ni socialismo que la cubra y, que ella como una campeona de
las cosas inciertas con un título sin concluir de educadora a destajo
que, le dé dentro de la MUD, la ponderación activa de una gran
luchadora sin ganar ninguna batalla política por demostrar que, la
coloque al lado de Capriles o de Leopoldo López como un sustento
atractivo que le dé vida de arisca denunciante contra este régimen que
boquea de problemas sin solucionar.

María Corina de mujer inteligente peca en grado sumo, pero muchos son
las actividades que la distraen dentro de la oposición como política
que no la dejan avanzar hacia un campo abierto con la bandera de la
victoria por mostrar y, aunque se esmera por aducir que de ilusiones
también se vive y, como esa profesión da y quita dividendos, ella
sigue aferrada al lema existencial que, más vale tarde que nunca, cuyo
soporte es valerse por sí misma, pensando que quizás, Freud, alguna
vez lo dijo, Venezuela abrirá los ojos al mundo a través de una mujer
con agallas de la alta sociedad que quien quita, sea ella la esperada,
una vez que desenvaine la espada de su capacidad ahora como educadora
en veremos.

Lo que se cocina bien hierve pronto y, María Corina, conoce a fondo la
problemática venezolana como señora y ama de casa que trajina todos
los atajos que la distraen pacientemente y donde se mete sale
trasquilada de emociones y, como una campeona del salto sin garrocha
sigue adelante, pensando en el mañana que si Pedro Carmona fue
presidente, por qué ella no si también sabe hilar en la rueca del
entendimiento pedagógico que da una marcha bien afilada de consignas
que pongan en apuros lo que ha de venir de ríos revueltos y, Maduro
vete ya, no sería mala consigna a sus fines de educadora a distancia.

Siempre que, María Corina, sale a la calle, la calle se calienta que
con su fervor de patriota oposicionista que vive más afuera que
adentro y que una vez quiso ser la representante alterna de Panamá en
la OEA, para hablar mal de Venezuela como eran sus deseos odiosos que
por votación mayoritaria quedó en el limbo de morir callada muerta de
rabia infecciosa de ese “país de mierda”.

Quien quiera distraer su atención con, María Corina, en acción debe
relajarse un poco mientras ella arma su placentera entrega de
educadora bañada de rumores que, la acercan al plano ortodoxo de
alborotar las calles mientras se pueda mejor, no vaya a ser que Maduro
prohíba mediante decreto visitar Miraflores y, entonces sus malas
intenciones como agitadora quedarían pendiente, para otra ocasión en
que de nuevo se vista de profesional meritoria con las luces de la
moral de contradecir lo que no encaje en su pensamiento de mujer libre
que, cuando no miente hace el intento o, se estresa y, le dan palpitos
de malcriadeces que la hacen vomitar, la paz del Señor esté con todos
ustedes, mientras ella se viste de luto, para una nueva faena que la
ampare como soñadora a destiempo y la aparte de este régimen.

 



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Esteban Rojas


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