El domingo 18 de este mes amaneció con el sol que parecía una moneda de oro que resplandecía su luz dorada por toda Margarita y ésta, estaba alegre, aunque sigue implorando al cielo por la gota divina que le calme la sed al paisaje de las montañas y avenidas.
El periodista Pedro Cuartilla, salió temprano en su viejo Malibú y oyendo como siempre su emisora favorita Mundial Margarita(1020AM, 92.9FM y www.radiomundial.com.ve) y luego de hacer ciertas diligencias, que nunca faltan, se decidió a dar una vuelta por los centros de votación habilitados para el simulacro de las elecciones parlamentarias del próximo 6 de diciembre y cuando observó el grupo de personas concentrado en un punto rojo en la población de Santa Ana, rápidamente pensó: "Esta gente siempre está alegre, de todo hacen una fiesta, se ve que le gusta la alegría y la tranquilidad; nadie puede imaginar que estas personas sean capaces de hacer una guarimba, por ejemplo; ni mucho menos mandar a sus simpatizantes a descargar su arrechera para que después, ellos mismos, asesinen a venezolanos inocentes y acusar al gobierno de que es el culpable. Se ve, entonces, que esta gente quiere alegría, paz, amor, tranquilidad y feliz navidad para todos. No hay duda".
Estacionó su vehículo y ahí encontró a la alcaldesa del municipio Gómez Yannelys Patiño, siempre alegre y simpática, y le realizó una entrevista, y ésta habló con el entusiasmo acostumbrado, como se lo señaló su amigo Pedro Cachamay, quien estaba cerca y que también, por otra parte, agregó: "Es verdad, es lugar común, lo sabe todo el mundo, pero hay que repetirlo una y mil veces, Cuartilla, porque aún hay ciertos venezolanos, aunque poquitos, que creen en la oposición, y no conciben que la única propuesta que tienen esos apátridas es vender al país al FMI, ya lo demostró la conversación del cervecero y el ecónomo. Por eso privatizarán el petróleo, el hierro y otros minerales, la Cantv, los bancos, el agua potable, los mares, la tierra; quitarán las pensiones, las casas, los CDI y las canaimitas, y vendrán las masacres y desaparecidos. Ese es el único plan macabro que tienen, menos mal que lo sabe la mayoría y no van a ser tontos para autocastigarse y votar por ellos y perder todos esos logros y beneficios".
Pedro Cuartilla, oyó a su amigo, se despidió, observó la alegría que tenía la gente en los centros de votación de Juangriego y llegó cerca del mar y contempló su hermosura y frente a él, señaló: "Eso que dijo Cachamay es una verdad tan grande que no cabe en todo este inmenso océano".