El periodista Pedro Cuartilla, se encontraba dando, en su viejo Malibú, unas vueltas por las calles de Porlamar, entre huecos y basura, y pensó: "Aún no me explico por qué a esta ciudad marinera la tienen en este estado, siendo uno de los municipios más ricos de Venezuela. Es de verlo y no creerlo. Pero bueno, no se le puede pedir "peras al horno" como dijo el filosofo del Zulia".
Cuartilla, que como siempre iba oyendo su emisora favorita Mundial Margarita (1020AM, 92.9FM y www.radiomundial.com.ve), donde oía música gaitera y parrandera, en el programa: Gaita, Sabor y Tradición, quería comprarse unas cositas por ahí, pues mataba el tiempo, porque tenía pautada una cita más tarde con un connotado dirigente de la oposición, en un lujoso bar del lugar de la ciudad para hablar un poco de la situación política y compartir un momento entre amigos, porque la amistad no tiene color político:
Al llegar la hora, se llegó hasta el sitio convenido y ahí encontró al citado amigo, y luego de los saludos de rigor, se sentó y empezó la conversa y preguntó:
- ¿Dónde está metida la oposición?
- Para serte sincero, amigo Cuartilla, voy a decirte que ciertos candidatos de la oposición no quieren dar la cara, y por eso, se le recomendó que era lo mejor.
- ¿Si? No me parece, señaló el periodista.
- Así no te parezca, pero es así, mi estimado, pues si tú los saca a la calle, qué van a decir, qué van a ofrecer, y de paso no pueden hablar de cambio, porque como tú mismo, te podrás dar cuenta que no representan ninguna transformación, pues ellos vienen del pasado y el cambio sería para atrás.
- ¿A quiénes te refieres?
- ¿Qué pregunta, amigo? ¿A quiénes más? A Tobías Bolívar, Orlando "Nano" Ávila y Luis Emilio Rondón, por ejemplo. A ellos mismos, pues tú crees que esta gente, y te lo digo sincero, pueden, a estas alturas, ofrecer que van a trabajar por el pueblo. ¿Dime tú? No van a trabajar, y por eso es mejor tenerlos escondidos. Y yo estoy con ellos, porque soy derechista por naturaleza.
El periodista Pedro Cuartilla, compartió un rato más con el amigo, se despidió y se vino pensando: "Es verdad que con esos diputados no llegan a ninguna parte, tan es así, que ellos mismos lo reconocen y hasta los esconden. ¿Será por pena?
