Resulta, por lo demás, obvio que los últimos "dardos envenenados" que del extranjero han lanzando sobre Venezuela avizoran para los próximos días una nueva y más feroz escalada mediática en contra de la revolución bolivariana, por supuesto, con el sempiterno afán de preparar escenarios de confrontación y desacreditar, principalmente, al gobierno y sus instituciones (sobre todo al "árbitro") para los próximos comicios legislativos de este 6 de diciembre ( Por supuesto: SI, Y SOLO SI, SUS CANDIDATOS PIERDEN).
Si bien este hecho no es nada nuevo y ha sido una constante obligada durante estos 15 años desde que Chávez asumiera por vez primera el gobierno, en que el electorado venezolano ha venido siendo sometido a toda clase de injerencias, difamaciones, y guerra sucia, especialmente proveniente de los oscuros rincones donde se fraguan las intervenciones militares, las guerras y saqueo de todo los países que como Venezuela, poseen inmensas y codiciadas riquezas; el chavismo y el pueblo venezolano no por simple casualidad ha salido airoso y campante sino que ha creado el músculo necesario para soportar y hacer frente este tipo de truculentos embates.
Los candidatos de la Oposición, por lo general fósiles del período jurásico de la Cuarta República, no ofrecen "calentura" alguna, muchos han tenido que emigrar hacia otros circuitos electorales por haber descaradamente abandonado a sus electorados y sus promesas de campaña de la forma más irrespetuosa y ofensiva posible, mientras que los verdaderos líderes que realizan el trabajo diario en los barrios y ciertamente gozan de una merecida popularidad y arrastre, deben soportar y esperar con estoicismo que algún día su suerte cambie. La única oferta de campaña que pretenden capitalizar electoralmente es el descontento generado por una Guerra Económica que ellos mismos han creado y vienen descaradamente aupando. La caída de los precios del petroleo (como expresión de una componenda internacional en contra del gobierno revolucionario) aportan aditivos que de alguna u otra manera podría esperarse influyan sobre el elector cuando se encuentre al borde de la historia escogiendo en el tarjetón lo próximo de su destino. A pesar de esta reconocida merma presupuestaria el gobierno revolucionario no ha sacrificado ni un centímetro su compromiso político con su pueblo y gracias a que no está solo internacionalmente ha incrementado su atención y dedicación reivindicativa del trabajador venezolano (igualmente ha sido la atención hacia los estudiantes, los abuelitos, las ama de casa, etc.), hecho que gracias a la misma Oposición, que aseguraba lo contrario, hoy en día no solo se le reconoce sino que se le aplaude al presidente Maduro.
Los mismos Opinadores de oficio asalariado que hoy a través de las encuestas, herramientas claramente para acreditar y propagar supuestas y estratégicas tendencias electorales, afirman que el gobierno este 6-D saldrá estrepitosamente derrotado, que el voto castigo a consecuencia de la Guerra Económica por fin lo demolerá. Con idéntica estridencia, apocalíptica, igualmente lo decían y lo repetían, a gañote tendido, cuando precisamente llevaban a cabo sobre Venezuela (y sobre todo criminalmente en contra del venezolano "de a pie) uno de los más terribles boicot económicos de los últimos tiempos vistos en latinoamérica. Donde, a diferencia de esta Guerra Económica, con pasmosa crueldad lograron paralizar casi por completo el país, con un salvajismo aun mucho peor que en el presente, dándose a la tarea de imponer un caos y una zozobra psicótica de manera permanente y cotidiana. No solo paralizando la industria petrolera y el suministro de gasolina sino que lo intentaron igualmente contra la electricidad, el agua y las telecomunicaciones, y buena parte del sector privado, sumergido en esta debacle, tuvo que asumir cuantiosas inversiones para su posterior recuperación. A pesar de todo esta catástrofe, mucho más atormentadora y criminal que lo que hasta el momento han logrado, el electorado y el pueblo reconoció de dónde le venían los "tiros", y como muestra de ello más que castigarlos los ajustició en el referéndum que se convertiría en un verdadero e histórico revolcatorio..
Hoy más que nunca la Oposición juega y pone sus esperanzas electorales en el OLVIDO. Sus argumentos parecieran tampoco tener memoria, apuestan que ese mismo pueblo al que han estado permanentemente haciéndole "blanco" de sus embates contra el gobierno los favorezca y los apoye, en su permanente propósito de destruir la nación. Resultará poco probable que el electorado venezolano, por más que sea su arrechera acumulada por las colas, voté en contra de lo que de seguro le garantizará el cementerio de todas sus conquistas y reivindicaciones, como lo pretende hacer el fantoche de Macri en Argentina.