Mear u orinar, es lo mismo, solo que la primera palabra suena algo feo, pero está aceptada por el Diccionario Usual de la Real Academia Española. Sin embargo "hacer pipi" también conduce a expeler la orina, por lo tanto, pueden existir tantos términos o frases que al final significan lo mismo. Pero, lo que no se sabía y se comprobó durante el golpe del 2002, es que ‘hacer pipi" es una necesidad fisiológica que de alguna manera se relaciona con el acto político. Es decir, la política es tan impredecible que hay que asumirla con la vejiga vacía, por si acaso ocurren sobresaltos derivados del acontecer diario que provoque por miedo o susto, orinarse los pantalones.
Al respecto, debo decir que, todavía recuerdo el golpe de Estado del 2002, cuando la oposición en el Palacio de Miraflores celebraba con furor los anuncios que hacia un orador respecto a eliminar los poderes públicos constituidos. Ante cada mención del poder a eliminar, enseguida un racimo de manos en el aire, se agitaba violentamente, en consonancia con el énfasis que hacia el anunciador. Se notaba un auditorio eufórico, embriagado por un poder que al final fue efímero, menos de 48 horas. Quizá daban por hecho que el gobierno ya había caído, sin percatarse que la unión cívico militar hizo posible el retorno del presidente Chávez al poder.
Recuerdo también, la carrera que pegaron unas acérrimas enemigas de Chávez, para huir del palacio. Apretaban sus carteras contra sus cuerpos y corrían dando trancos enormes que no dudo, hayan estado cerca de romper un record mundial. Otro zángano, como venado asustado, veía hacia los lados y se montaba rapidito en un carro que lo esperaba. En fin, la gente chavista, debió sentirse satisfecha cuando vio un gran desfile de personas que huían: Almirantes, generales, curas, empresarios, sindicalistas, políticos y afines.
También recuerdo, la sonrisita de medio lado que tenia Carmona "El breve" con aire de satisfacción, mientras parecía succionarse una muela llena de restos de alimentos exquisitos, acordes con la fecha. Recuerdo la banda presidencial que Pedro no pudo atravesarse diagonalmente entre pecho y espalda.
Asimismo, recuerdo cuando al final de la jornada, apareció el fiscal general de entonces, e hizo el comentario sobre las personas que fueron encontradas en el sótano del palacio con actitud de lástima, sobre todo el orador, que antes enardecía a la audiencia, con su mirada perdida y sentado como niño regañado, como si estuviera esperando que le dieran un "coquito". Ya no era ni bocón, ni guapo y, para colmo se había hecho pipi en los pantalones y ¡tan grandote él!
Nuevamente, aparece otro bocón cuyas intenciones son dar un nuevo golpe, pero esta vez amparados en una mayoría en la asamblea nacional, con la cual también pretenden eliminar todos los poderes públicos, pero de manera solapada y a plazos, como los 6 meses que le dieron al presidente Maduro para sacarlo del poder. Sin embargo, el pueblo ya vio sus intenciones, por lo que se está congregando y organizando y, de seguro actuará en defensa de los logros obtenidos en revolución. Es preferible que este viejo bocón de la política, no tenga la vejiga llena cuando el pueblo nuevamente se arreche y le haga mear los pantalones en algún sótano de la asamblea, y entonces cualquiera puede decir y ¡tan viejo él!