Ante el comportamiento de la derecha uno queda perplejo. La capacidad de sorpresa parece inagotable ante tanto caradurismo conque se nos presentan. Aquí y más allá son iguales. Rajoy, sigue con sus iracundos ataques en contra de nuestro país, mientras, por su mal gobierno, ya le es imposible lograr otra investidura y en pocos días será un ingrato recuerdo para los españoles. Más acá, en el sur, un tal Macri, antes y después de ganar la presidencia de su país no deja de lanzarnos sus venenosos dardos. Como ven, para nombrar solamente dos joyitas.
En estos días el premio del cinismo y caradura es para el diputado Julio Borges. Desmemorizado, patán, chabacano y engreído como sus compinches. Piensa él que los venezolanos son desmemorizados como él. Se olvida, como sus compañeros de partido de cuanto han dicho en contra de la Misión Vivienda y del resto de las Misiones, que tanta satisfacción les han dado a los venezolanos en estos años de Revolución.
Tanta descalificación y burla de este diputado a la Misión Vivienda para pretender liderizar una Ley que convertiría, según él, en propietarios "de verdad" al más del millón de beneficiados. De viviendas, entonces, y no de las maquetas conque hizo campaña electoral.
Pero hay más perlas de estos patiquines. No asumen ante el país su responsabilidad como mayoría en la Asamblea Nacional. Ya el sólo hecho de ser diputados los involucra en una función constructiva, positiva y no destructiva como lo hacen. Ser mayoría los compromete más, pero ocurre que tienen manía opositora.
Mientras el Presidente Maduro, en correspondencia con la crítica situación que vive nuestro país, presenta en su seno un Decreto de Emergencia Económica. Ellos, comportándose como los mismos zagaletones, no solamente lo niegan sin proponer nada al respecto, sino que responden con la aprobación de una Emergencia Sanitaria. ¿Qué tal?
De manera que nada positivo podemos esperar de quienes integrados en la llamada MUD y siendo mayoría en la A.N. no tienen otro propósito que acabar con la Revolución Bolivariana y emprender un plan mercantilista con sus logros. Vienen por el plan de eliminar las misiones y privatizarlo todo. Al menos esa es la orden que les viene del norte y el compromiso adquirido con los Macri, Rajoy, entre otros mercaderes que los financian.
Así, a ellos los conocemos porque históricamente han demostrado sus ímpetus antipopulares. Peor aún, vienen por el revanchismo. Continúan con aquella amenaza a Diosdado en el 2002, creyendo que estaba en la Embajada Cubana, de comerse los cables y los muebles. Ya en el 2016, no cambian, y su plan es que todos los venezolanos comamos lo que Diosdado no llegó a comer. Para ellos se frotan las manos deseando que el precio del petróleo llegue a cero. ¿Cínicos, perversos, qué más son?