Continuando con nuestro análisis pasemos ahora a desmitificar la segunda afirmación de los secuaces criollos de Milton Friedman.
La falsedad de dividir la Liquidez Monetaria (conocida como M2) entre los Activos de Reserva para estimar la tasa de cambio Bs/US$.
La liquidez monetaria está conformada en su mayor parte por el dinero creado por los Bancos Comerciales a través de los créditos que otorgan o mediante adquisición de emisiones de obligaciones públicas y privadas. Es decir estos últimos hacen la magia de multiplicar el dinero que emite el Banco Central de cada país, por factores que pueden llegar hasta 50 veces del monto originalmente emitido, como ocurre en los EEUU.
Este dinero creado por los bancos comerciales de la manera antes indicada jamás es respaldado por las reservas internacionales. Cada banco verá cómo se las arregla dentro del marco legal en que se encuentre, para avalar esas emisiones de dinero. Lo que suelen hacer los bancos comerciales es pedirles a sus deudores una garantía, como una prenda o una hipoteca, de allí el nombre de préstamos o créditos quirografarios, por estar respaldados solo por el patrimonio del deudor.
Las 100 unidades monetarias que le prestaron y usted garantizó con una hipoteca sobre su casa, las devolverá si todo va bien, luego de transcurrido cierto tiempo así: las 100 unidades monetarias que le dieron más los intereses, por ejemplo 30 unidades monetarias más. Es decir las 100 unidades monetarias originales sirvieron para producir 30 más. Si usted no entrega este dinero en las condiciones estipuladas, el banco hará ejecutar su garantía. De eso sabe bastante Rajoy y sus desahucios masivos en España.
Operaciones similares a estas le permiten a la banca comercial de cualquier país del mundo crear montañas de dinero todos los días. Este dinero puede exceder con mucho a las reservas internacionales de los países evaluadas a las tasas de cambio establecidas. En el caso venezolano, el BCV solo puede incrementar las reservas adquiriendo divisas u oro, pero siempre emitiendo nuevo dinero base (a este dinero emitido por el BCV se le denomina Base Monetaria), de modo que aquí no existe ese efecto multiplicador. El resultado final es que el señalamos al principio, en cualquier momento la cantidad de dinero circulante es principalmente obra de la banca comercial y no del BCV.
Este último al igual que cualquier otro banco central del mundo, no va a salir a responder por lo que son riesgos propios de las operaciones de la banca comercial. En todo caso, a lo más que se puede llegar en un país como el nuestro es a establecer alguna cobertura con las cuales responder por el dinero de los ahorristas venezolanos y será responsabilidad de SUDEBAN velar porque los bancos comerciales cumplan con la normativa bancaria vigente.
Pero hasta allí. Cuando se pasan los límites y los países se ponen a rescatar bancos quebrados, es que se producen los llamados “auxilios” financieros, como los que sufrimos durante el gobierno de Caldera-Petkoff o como lo sufrió el mundo entero con la crisis de los eufemísticamente llamados “activos tóxicos” del 2008. Gracias a estas “ayudas” tuvimos: bancos quebrados, pendejos paga-impuestos más pobres y banqueros fugados y mucho más ricos que antes. La excepción ha sido Islandia, pero de eso hablaremos en otra oportunidad.
En palabras de Piña Torres1
…suponer que la Liquidez Monetaria puede ser comparada contra las RIN ignora que la mayor parte de dicha liquidez es tan sólo dinero quirografario, generado por los bancos comerciales mediante Expansión Secundaria, sea como créditos directos o mediante adquisición de emisiones de obligaciones públicas y privadas; y como tal no puede ir contra las RIN, porque mucho antes se agotaría la Base Monetaria (BM) que es el dinero emitido por el respectivo Banco Central de cada país. Pocos saben y menos dicen que la mayoría del dinero es creado por los bancos comerciales públicos y privados mediante emisión de deuda, los créditos que conceden.”
De modo que cuando ciertos monetaristas nos dicen que el valor del bolívar frente al dólar vendrá dado por la cantidad de bolívares existente dividido por la cantidad de reservas internacionales, lo que están es confundiendo peras con manzanas, lo cual no resulta tan increíble, si ya sabemos que algunos ni siquiera saben de porcentajes.
Su afirmación acerca de que la devaluación se origina por el aumento del numerador en bolívares y la disminución en el denominador en divisas, sería risible si no fuera por lo peligrosa que pueden llegar a ser las conclusiones en política económica, tal como ya lo denunciara Piña Torres al cuestionar el establecimiento de la Tasa SICAD II bajo este fundamento.
En próximos artículos continuaremos desmontando las falacias monetaristas y su carácter encubridor al servicio del capital.
1 http://www.aporrea.org/actualidad/a190073.html