Y, ahora quién podrá salvar a ese alfarero de los espectáculos
sombríos, porque los leguleyos adecos se murieron todos y no dejaron
nada escrito frondoso que vomite un futuro levantino de que el
presidente de la AN tenga a que echarle manos que, le dé a él por los
menos un segundo aire que lo prevenga con iniciativa romulera light
que desarticule el engranaje legal del TSJ que no sea en lo político
de friolentos espejismo engatilladas de pendejadas inmunes que, le
permita llevar lo más pronto posible, al paredón de la Corte Celestial
a ese organismo que, desde inicio de debates, los tiene en un cricrí
de desafueros ni que Nacho lo capacite con delirios sordos en su
Canadá sureña.

La verdad es que la pelea es peleando y, Ramos Allup, es un veterano
incorregible que sin disparar un arma asusta a cualquier mortal y, más
si es chavista, quienes le crispan los moños de su reconforto anti
inflamatorio de lenguaradas vernáculas que muerde hasta cuando se ríe
y, a decir de sus contertulios que desde que derrotó a Julio Borges,
se maquilla de impenitente riguroso que donde ve un cuadro de Chávez o
de Bolívar se les crispan las neuronas de las dudas existenciales de
aténgase a las consecuencias y, tan peligroso es cuando toma un
micrófono en la mano que, él mismo Maduro tiene que entrar en cadena
nacional, para poder sopesar las ironías del poder legislativo contra
el ejecutivo que tiene sus días contados en la agenda de Allup, y en
ese correr de los días ambos se van de las manos como el que vive en
otro país bien diferente al nuestro, alejados de tanto problemas.

Los aforismos políticos en la AN son tan preocupantes como
avasallantes que su presidente, Ramos Allup, en cada sesión se ata a
Max Weber cuando lo aconseja que, “Quien hace política pacta con los
poderes diabólicos que acechan en torno a todo poder” y, él lo
disfruta al máximo consciente como está si fuera el tutelaje diario de
su proceder de diputado rencoroso que no deja de saborear sin
dificultad su Dukkha personal, de ensortijado descontento y desilusión
con el régimen actual, para su malestar e irritación todos incluidos
sin enmienda en su agonía de buscar un vacío sin frustración nacional.

Quien no pierde tiempo es Capriles, anda ensimismado con el poder de
ser, lo que no ha podido ser con votos y, ahora lo busca por enmienda
o por referendo y, sin darse cuenta que por malos hábitos de mal
manejos que pueden ser de corruptelas que con el tiempo pensó podían
ser borradas y la Contraloría que jamás controla, lo ha descontrolado
en los gastos públicos que desde el 2011 se deben revisar por malos
manejos de partidas en partida, lo cierto es que, el agua aunque
escasa corre en la gobernación de Miranda y,..., hay que atenerse a
las reprimendas legales del poder.

Si la AN, se ocupara de investigar con algún fin que determine su
capacidad, tal cual Ramos Allup, la quisiera encaminar hay, un caso
que nadie le para y es La Conferry, la quebraron, la desmantelaron, la
pervirtieron después que Fucho Tovar, la puso a valer y le sacó todo
el provecho del mundo, llagaron a ella no sé si ejecutivos, gerentes o
que, y hoy navega a la deriva, no hay nadie del gobierno ni de la
oposición que meta sus narices allí y saque todo a flote de cómo fue
la perversión de tragársela íntegra, la arruinaron y siempre sus
barcos viajaban full y adentro gente maquinando y llenándose y por
supuesto el presidente Maduro no tiene tiempo para eso y, para qué si
ahora le toca al oro, el petróleo marrón y, unos poderes enfrascados
en la desidia total, en la complicidad, ya que ese caso hiende desde
todo punto de vista, pero...mejor es luchar por el poder de la
negligencia y del desacato. ¡Vaya usted a saber!