Para nadie es un secreto que la Constitución Nacional es la normativa legal principal de un país, la que le da existencia como Estado o Nación y, determina el sistema de gobierno que lo regirá, la forma de su elección, los derechos y obligaciones de los gobernantes y de los ciudadanos. Es determinante para que se produzca y, valga la redundancia, la salida constitucional del presidente. En efecto, ella contempla los artículos indispensables por los cuales se rige el destino político de la nación. Allí está plasmada la letra que guía los procesos a ejecutar para salir de un presidente. Ni más ni menos, solo hay que ceñirse estrictamente a lo que ella considera al respecto. En efecto, no es necesario formar una alharaca, si se sabe los pasos que hay que dar para tener un nuevo presidente.
Con una realidad como esta, no es necesario amenazar o fijar un plazo para que el presidente abandone el poder. Todo debe suceder dentro del marco de la democracia. Todo está escrito, solo hay que guiarse por lo que la Carta magna señala y tener por lo menos 8 meses de paciencia para que se dé el anhelado cambio que el país necesita.
Es decir, el próximo 8 de noviembre de 2016, se llevará a cabo la elección presidencial en los Estados Unidos de Norteamérica, para entonces faltan aproximadamente 8 meses y, eso significa que el presidente Obama saldrá constitucionalmente de acuerdo al tiempo que establece la Constitución Nacional de su país. Es de destacar que, la salida de Obama sucederá sin recibir amenazas e intimidaciones de nadie. El se someterá a lo que dicha Constitución establece. Mientras tanto, aquí en Venezuela, esperaremos el 2018 para celebrar nuestras elecciones presidenciales, tal como lo señala nuestra Constitución.