Ni que fuera pendejo y en estos tiempos menos, le satisfizo al
candidato Capriles y a sabiendas que a Venezuela la tiene Almagro como
en baile de san Jolgorio y él como un mismo Baltazar se fue de bruces
al pensar con malas intenciones joder también desde fuera y como buen
representante de la República del Este: se dirigió hacia el Sur y
hasta allá se llegó a la calladita que, cuando de importunar al
presidente Maduro o, a Madoro como lo encajó en las firmas del CNE,
entró al país más relevante de las Américas como lo es Paraguay y,
como buen baquiano de las tramoyas in situ, a su presidente se arrimó.
Por el mundo debió andar su fotografía en primera plana con su
sonrisita de acaudalado verbal con el título a todo dar: Candidato
Capriles toma la casa presidencial del Paraguay y, en atención a sus
méritos de político aventajado de insospechadas inquietudes como
luchador social al cien por ciento fue, recibido por el presidente
Horacio Cartes, quien destacó con su investidura de solvencia proclive
a desnaturalizar con su anuencia a nuestro país en la OEA , por lo que
afirmó que atendía al futuro presidente de Venezuela por revocación
del actual, bañado, perfumado y envuelto como se le ve de ser el
político más hidratado de conciencia e importante de las Américas y
del Caribe. Fue tajante y preciso y así se le informó al público
internacional.
En Venezuela como era de esperarse la noticia reventó a los medios que
colapsaron tempranamente y fue el diputado Julio Borges como
coordinador nacional de PJ que salió en vivo como vivo que es a
corroborar el presente inmediato de Capriles por tan fastuosa gira que
realizará en tres países del Sur penetrados por la fuerza del cambio
y, a su consideración de político moderado de justicia desató in
pectore sin dar razones, todavía un poco inflamado por sus ansias de
poder, le salieron de su rostro bien curtido de luchador, dos lágrimas
de conformidad cuando, aseveró y la gobernación de Miranda sola.
No es la primera que vez que el candidato Capriles sale al exterior a
"descuartizar" al gobierno de turno en Venezuela y con esa intención
se hizo presente después del Paraguay en Argentina que con reflujos de
vítores a su presencia por las avenidas de Buenos Aires refrescó en su
auxilio su alter ego hasta llegar a la casa rosada donde lo esperaba
Macri, un poco macilento al no poder disfrutar su siesta acostumbrada
por reunirse con él que de entrada lo invitó a visitar el estado
Miranda que goza de todo lo que le hace falta a Argentina para su
progreso (seguridad, conservación y una buena dosis de imaginación
caprilera) y con toda consideración y respeto le aseguró que le daría
las llaves de ese estado con la salud de que se recreara en el Paraíso
en que él lo había convertido y, además como el más rico de este su
país, pero que a cambio le solicitaba que apoyara la imposición de la
carta democrática en la OEA contra Venezuela por justa y necesaria
dinámica de imposición de Almagro y a su pedido Macri cabeceo de sueño
inoportuno.
Repleto de emociones y con todo un buen porvenir por delante por tan
buenos amigos visitados no de nuestro país sino de él y, sin bailar un
tango siquiera en Caminito a ver si cogía al menos una buena
distracción oportuna en el conjuro de su suerte que alumbre mejor el
camino de su inconsistencia a su enfado rutinario: se trasladó al
Brasil a reunirse con el canciller del gobierno interino actual que lo
complazca con alzar su voz en la OEA contra Venezuela y le den luz
verde no a la carta desgraciada de Gualberto y Ibarreto no, a la
democrática que es la que vale y pueda poner a valer nuestro país como
son los deseos de Capriles al lado de los yanquis como nuestros
protectores y, por eso y algo más, pero mucho más Capriles es el líder
de la oposición que enrumbará al país, ¡ay Dios mío!, yo no sé, para
dónde nos llevan con un cambio que sólo ellos sabrán cual es. Y
Capriles regresará al país como el gran triunfador de qué...