¡Oh ánimas del purgatorio adeco! Triquiñuelas de alcanfor.
¿Cien años de soledad como castigo son pocos?
Traidor al gentilicio venezolano desde que nació con el síndrome del
ofuscado y ahora como presidente de la AN a la Patria bolivariana.
Y, él bien ufano, llegó: tumbó, capó y, la puso que todavía NY está encendida.
En alguna parte del recinto de la OEA, el eco de la voz arrecha de
Chávez, se dejará oír, huele a ¡azufre, carajo!
La tierra neoyorquina temblará a sus pasos y, mire que no será Atila
quien se presentará, ni mucho menos un vergatario venezolano
atragantado de ideas, sino a decir de Roy Chaderton Matos, pudiera ser
por un patán que mal no le queda en consideración a lo imbécil que es
el personaje: nada comedido en su rosario de años como insulso que es
para su currículo de diplomático aciago a la ligera.
Y no tan a la ligera que se entorpece y gruñe con sus sarcasmos.
Almagro: se irradiará de cruces de maldades y, como un peregrino in
situ de la intervención yanqui a nuestro país se abrigará de esperanza
y con su carta democrática bajo el brazo de su condicionalidad,
esperará la orden de los votos de la imposición que es su mayor
consuelo como premio a su arrojo de traicionero con un adiós del Pepe
sin postdata de consuelo vulnerado.
Lo que antes era el Organismo de respiro tutelar de los EEUU, para
imponer sus políticas de impenitencias al país americano que osara
meterse con sus interéses intervencionistas de imposiciones
caprichosas por no someterse el país en cuestión penado a sus
decisiones imperiales, será castigado con la deshonra de aceptar oír
sus miembros las galimatías de un personaje propenso a la iracundia
como misógino de la mujer venezolana que atienda un cargo en cualquier
institución del Estado.
Y, ese personaje no es otro que el mismísimo Ramos Allup.
Mientras tanto: las campanas de la paz repicarán en Venezuela como
siempre con un soplo de alegría que el cardenal Urosa Sabino, no podrá
acallar con la turbulencia de su odio desde la CEV hacia Maduro y, en
alguna parte de su mente oirá a Pablo el padre de su iglesia decir:
cardenal, cardenal, es normal que el hijo de la carne guarde rencor al
hijo del espíritu y, desde que Chávez llegó al poder hasta ahora
Nicolás Maduro: somos hijos de la mujer libre como la Patria y,
posiblemente el mismo Pablo, lo reconforte con, hijo mío se cristiano
que Cristo es tu pan de cada día y no lo entendéis.
Y con su habitual comparsa de huéspedes de la AN que como compadritos
del mismo embrollo lo acompañan, Ramos Allup, le dirá al diputado Luis
Florido, hoy sí Luis, botamos la bola y, Luis Florido con la petaca de
sus sueños prendidos como diputado de VP, le responderá a, Ramos
Allup, hoy no -presidente- mañana sí.
Y la Tintori con la chequera en dólares en la mano le dirá, sí Luis.