Hace cosa de días, Ramos Allup como presidente de la AN, estuvo en
Mérida visitando al cardenal Baltazar Porras, a quien felicitó sin
rodeos en atención a su nobramiento desde Roma y, esto pudo haber sido
el diálogo entre los dos personajes, lo que nos atrevemos a decir que
nos acercamos a lo que pudo haber sido la textura de su encuentro:
-Buenos días excelencia, las campanas de la felicidad sacuden nuestro
honor al saludarlo- y, con la mayor premura, he venido hoy a este
estado a reconfortarlo como a bañarlo con mis palabras de estima y
respeto en consideración a su persona, por adornarnos sin conjetura
ninguna de la gran emoción que nos rodea en base a su designación como
cardenal de la República de Venezuela que, lo de Bolivariana, a otro
perro con ese hueso al querernos los chavistas meter a Bolívar como un
genio de la democracia, en vez de ser romulera que encaja mejor, ¿no
le parece a usted, cardenal? Bien dicho -amigo- por usted como
vanguardia infalible de las trancas en la AN que ha puesto las cosas
en su santo lugar, porque Dios está de su parte, ¿sabe? -eso se lo
aseguro-, primero que el pueblo que lo escogió como su diputado
protector sin pelos en la lengua y, además -el cardenal con su sonrisa
sarcástica de recelo, continuó-, yo lo bendigo como Cristo bendijo a
su mejor discípulo.
-¿Aleluya cardenal! Que sus palabras fletadas de valor dentro de una
eucaristía sin perdón, me dén la voluntad de seguir adelante
pastoreando mis ovejas dentro del rebaño que me asignaron que poco a
poco van entrando al redil político de mi consagración y, si no es
este año, será el que viene que uno nunca sabe que le tiene Dios
guardado como premio, porque el castigo es para los pobres que no
tienen paz con su porvenir y, no es como nosotros los políticos que de
cualquier palo nos pegamos hasta que florezcan la amapolas de nuestra
suerte que, entre usted y yo, la ambición es comedida y, más suya que
mía cardenal, al ser usted un paladín del bien que a bien tuvo el Papa
considerarlo hasta llevarlo al trono del la benevolencia cardenalicia
y, usted que me dice al respecto cardenal. Pues hijo mío, creo que
andas por el sendero de los aciertos y, tú bien sabes que los
chavistas me tenían trancado como tienen trancado ahora el RR, en que
ustedes se están jugando la democracia es sí y, te comprendo como
Pedro a Juan, doctor.
-Cardenal, no juego con cartas marcadas y mis cartas de la política,
están sobre la mesa y, es que como presidente de la AN, también quiero
ser presidente de la República, el poder me llama cardenal y, ya es
hora que el pueblo de mi país me juzgue con la precisión de lo devoto
y me dé su visto bueno que me ponga en el camino correcto de llegar a
Miraflores y, usted como amigo mío y, ahora cardenal, ruegue por la
satisfacción que Dios me cobije con su visto bueno a través de su
persona que siempre ha sido como un santo de mi devoción y, por usted
he luchado cuando rezo de noche con las velas de las tinieblas en que
el Padre y el Hijo se unen y los santifico sin crucificación ninguna
y, con la fuerza operante de su convicción, le prometo que la iglesia
estará siempre a mi derecha y usted en particular será quien nos
enlace y ore con piedad, para que el RR se dé este mismo año y,
estimúlelo con su verbo acertante que es acogido por fresco y límpido,
con la gran pasión de su entrega por la derecha venezolana que lo
respeta.
-¡Hijo mío! Tú eres un político fuera de clase que has aprendido a
jugar con tus ideas de disparar primero y averiguar después y, te has
internado por los caminos del bien y del mal que nos separan por igual
y, a veces Satanás se regodea por nuestros errores que son permanentes
y, bien sabes tú que en política todo es posible y, más cuando los
ánimos del pueblo están caldeados por tantas injusticias juntas, pero
no me pidas, lo que no te puedo dar ni asegurar que otros y en este
caso Dios te aseguro, escapa muchas veces de la compasión que le
rogamos, pero seguro estoy que estarás siempre en lista de espera como
posible candidato, pero de allí a que obtengas el poder, eso depende
del pueblo y, si no tienes pueblo el poder como el reino seguirá
siendo de Dios y, cuando puedas y a su debido tiempo ve a la OEA a
pedir la carta democrática contra Venezuela y que Dios te agarre
confesado, si lo logras.