I
A mediados de la década de 1980 y 1990, la llamada década perdida y de la generación boba, todos éramos opositores. Pero hoy, aunque todos los gobiernos son malos, según el dicho del historiador larense Manuel Caballero, los sectores revolucionarios, críticos y progresistas, no podemos dejar de reconocer que la revolución bolivariana trajo sus vainas buenas. Aunque hay otras que no lo son tanto y persisten como rémoras de la vieja cultura política clientelar; pero, puestos a ponderar las cosas, sorprende que algunos de aquellos viejos sectores críticos y progresistas, como los religiosos jesuitas hay aparezcan por la calle de la amargura de la mano con la MUD, sin reconocer como La Verónica la revolución chavista al menos a enjuagado el rostro de nuestro pueblo sufriente.
Uno en la década de 1980 y 1990 que estaba seguramente "perdido" y era irremediablemente "bobo", admiraba sinceramente y sin aspaviento el accionar de los jesuitas en Venezuela, cuya "vocería" crítica la ejercían ciertas figuras egregias de entonces en el campo de la educación y la cultura.
O así nos lo parecía: Luís Ugalde, Arturo Sosa, Jesús María Aguirre, Miguel Matos, Eduardo J. Ortiz, Camilo Vilda de Juan, Alberto Micheo, entre otros )(antes de la diáspora ideológica que ahora padecen casi todos los nombrados, arrimados a las posturas políticas de la oposición venezolana y ciertas ONG; de las que seguramente obtienen dólares). Lo sabíamos entonces porque leíamos la revista "Sic" ocasionalmente y algunas entrevistas o artículos que aparecían en diario El Nacional, cuando era un gusto leer; de esa manera uno podía fiarse en las posturas de estos intelectuales y orientarse en la movediza realidad social.
Todos éramos "opositores", pues, como hemos dicho ya, a los gobiernos falaces de la IV República, de Luís Herrera a Jaime Lusinchi y bastantes palos llevamos, los jesuitas mismos inclusive fueron humillados en El Caracazo. Pero lo olvidaron, creo. Ni qué decir que nos opusimos férreamente, en tanto que estudiantes universitarios de entonces a CAP 2 (a quien hoy reivindica como un gran demócrata el cineasta Carlos Oteyza , historiador e intelectual orgánico de la MUD). Pero en los días que corren parece que los jesuitas y los laicos vinculados a sus obras sociales, educativas o de apostolado, son ahora abiertamente opositores a la Revolución Bolivariana, que tanto ha hecho por los más pobres. ¿Cuesta tanto discernir eso? ¿No es un pecado grave decir que lo bueno es malo y viceversa?
Pero desde hace tiempo, sería desde que don Arturo Sosa S.J. estaba en RCTV con Miguel Ángel Rodríguez, ¡nada menos! En una entrevista sobre la coyuntura del paro petrolero, el saboteo a PDVSA (2002) y daban las partes de aquella guerra, además de decir que Chávez estaba tumbado; entonces llegaron los militares alzados y aquel hombre dijo que la situación estaba muy movida, y cambió de colores (ideología). Y más nunca apareció sino en la frontera, como rector de la Universidad Católica del Táchira, elegido como ellos hacen: por una cúpula, para luego decir que son paladines de la democracia sin presos políticos, luego en sus campus universitarios dan cabida a cuanto guarimbero aparezca, cual tarambanas y líderes de medio pelo. Especialmente en el Táchira.
II
Resulta que por estos días y bajo la firma del inefable rector de la UCAB, Francisco José Virtuoso y también, válgame Dios, Viceprovincial de los Jesuitas en Venezuela, aparece un comunicado titulado: Los jesuitas ante la situación del país" (www.prodavinci.com; 30 de septiembre de 2016; Los jesuitas ante los desafíos del país/ www.revistasic.gumilla.org/2016/), allí denuncian entre otras perlas la gravedad de la situación del país y toda la culpa es del Gobierno revolucionario, no hay empresarios especuladores ni acaparadores, ni terratenientes que abusan de los campesinos (y donde hasta muertos han ocasionado en áreas campesinas estos desalmados), siendo la salida en referendo revocatorio. ¡Qué lindo! ¡Na’guará de discernimiento!
Hay "empobrecimiento, hambre y miseria, la inseguridad crece y violencia impune". "El tejido social se desvanece y la institucionalidad es sinónimo de corrupción, opacidad e impunidad", "crisis humanitaria en Venezuela"; "Las encuestas señalan que el 94% de la población dice que el país está muy mal y que más del 70% está a favor del revocatorio al Presidente de la República". ¿Tanto rodeo para cerrar con esa idea? ¿No están instrumentalizando la congregación jesuita para ponerla al servicio de la MUD? ¿No es que el ahora Prepósito General, P. Arturo Sosa, desde el año 2000 a la fecha se volvió moderado para no comprometer a todos los jesuitas con una perspectiva particular? ¿Ahora sí lo hace su colega Viceprovincial de Venezuela, Francisco Virtuoso con su "Ojo Electoral", perdón zahorí?
Igualmente dicen los jesuitas y sus aliados que Venezuela presenta una "violencia institucionalizada y de pecado", ¿se referirán también al empresariado corrupto y espoliador, acaparador y que no cesa en la conspiración? Luego, acotan que dedicarán "La atención a las víctimas de violencia política", ¿pero a quiénes en realidad se referirán? ¿A los guarimberos que están presos por promover esa violencia o a las víctimas? Creo que a los primeros, de los que el Prepósito General ha expresado que le gustaría ver sueltos en Navidad, y el tema de la promoción de la fe y la justicia ¿es de esa forma cómo lo van a hacer? ¿Promoviendo la impunidad?
Finalmente, en concordancia con la Conferencia Episcopal, también señalan estar de acuerdo con abrir un corredor humanitario hacia Venezuela, o sea la misma tesis de la MUD, ¿qué tal?
Sin contar que, cuándo no, dicen los jesuitas y sus laicos que "acompañarán las organizaciones sociales y ONG en la construcción de alternativas" (ídem) y así sueltan otra sarta de zarandajas por el estilo. Todo similar a los postulados, como hemos dicho ya, de la MUD. ¡Santo cielos! ¿Hasta donde han caído estos hermanos, antes tan admirados por su visión crítica y objetiva? Arturo Sosa III y Abascal, por estos días de visita en Venezuela, ¿no tendrá nada que decir al respecto o es esa la postura oficial de los jesuitas? Si es así, muy bien, con su bollo navideño se lo coman. Pero no la compartimos.
III
Ahora comprendemos el por qué estando estos días de vacaciones decembrinas una mañana leyendo en la Plaza Bolívar de Barquisimeto pasó que Voluntad Popular ¿o no sé si era Un Nuevo Tiempo u otro grupúsculo como el tal Alianza Bravo Pueblo? Estaba de aniversario y pusieron flores al Padre de la Patria; los acompañaban unas seis personas y leyeron ahí un comunicado de Antonio Ledesma e inmediatamente apareció una reportera de Radio Fe y Alegría para abrirle los micrófonos al diputado-empresario, (Fedecámaras-Lara), sus héroes ahora, Elías Bessi.
Qué pena me da esa postura reaccionaria ahora de los jesuitas, olvidan valorar que el Gobierno Bolivariano hace grandes esfuerzos por sobrellevar esta crisis y que sus amigos, los empresarios (amigos de los jesuitas, pues, se supone) hacen muy poco para cooperar en su resolución.
IV
Uno, que alguna vez también tuvo inquietudes religiosas o cierta "vocación oscura", esto es, poco claro y dubitativo, se imaginaba cómo sería ser un estudiante jesuita hasta llegar a ser un profesor universitario reconocido en la academia por su servicio al país, mediante análisis ponderados y exhaustivos , luego de obtener una o dos licenciaturas, en ciencias religiosas o seculares. Una cosa inimaginable para simples como el suscrito. Pero no estas posturas abiertamente sesgadas.
Tanto así que siendo aspirante en otra Congregación Religiosa, que por cierto tiene muy pocos sacerdotes venezolanos o ninguno entre sus miembros, porque sus vocaciones no cuajan, quien sabe por qué; o tuvo uno pero luego pidió la dimisión y cuentan sólo con un Hermano de votos perpetuos, cierta vez llegamos a expresar a un compañero la inquietud de solicitar ingreso en una comunidad jesuita.
Este luego de mirar de reojo espetó no sin ironía: no vale, ahí tienen puros candidatos talentosos. Intelectuales. Si no lo has notado muchos de los estudiantes de la Escuela de Filosofía de la UCAB, en realidad son los jesuitas jóvenes que siguen allí su licenciatura. Son muy exigentes. Ahí no admiten a cualquier "hocico tiznado" (¿?).
Al oír aquello apenas hubimos de mirar hacia la custodia del Sagrario de la Capilla al fondo de la sala de estudio, entre manos tenía el suscrito "Comprensión de Venezuela", de don Mariano Picón Salas, un libro fundamental para discernir cualquier vocación hacia los estudios sociales. Fue a finales de 1988 en Caracas.
V
Seguimos estudios de comunicación social, además de profundizar en tópicos religiosos propios del carisma de "nuestra" Congregación pero que abandonáramos luego hacia 1988-89; donde si algo aprendimos fue a valorar la formación humana -espiritual con la suficiente seriedad y plena libertad, cuestión que agradecemos con especial referencia al conocido escritor y educador Antonio Pérez Esclarín, también a los licenciados: Teófilo Pérez SSP, Pedros Cháves SSP, (así con S, un mexicano extraordinario experto en semiología, y los laicos Jacqueline Hurtado de Barrera, Marcos Fidel Barrera, famosos por sus contribuciones teóricas y metodológicas en la perspectiva holística; que fueron parte del excelente cuerpo profesoral, quienes bajo la coordinación de Pier Carlo Foconetti SSP, desarrollaron actividades docentes y de investigación entonces con un grupo de "aspirantes misioneros"; pero que finalmente uno vino a decantarse por el estudio de las ciencias sociales, mención historia en el Instituto Pedagógico de Barquisimeto, sin desligarnos de la vocación cristiana fundamental, uno de cuyos aspectos es el servicio a la verdad.