Es su guerra ejecutada por turbas negociadas y financiadas por USA con mucho paramilitar del país vecino…repasemos en la finca Daktari el alto número de colombianos paramilitares que vestidos en uniforme de la FANB asaltarían a Miraflores.
En su batalla caraqueña, los supuestos legisladores Freddy Guevara, el mismo que afirmó su gusto por la marihuana, Luis Florido y Daniel Paparoni, se escabullen entre sus manifestantes y con twitter o mensajes por celular, los guían a sitios y situaciones de confrontación y peligro para sus vidas y la de los habitantes, menos la de ellos. Los de la MUD.
Ahora, David Smolansky inventa que "el Gobierno de Venezuela usa "armas químicas" contra las manifestaciones "
Acusación propia del operador político al servicio de intereses de EEUU, que valiéndose de su cargo de alcalde, posiciona su irresponsable versión en redes sociales. Este cachorro de los gringos, prepara terreno para justificar bombardeo contra su país Venezuela.
Grave acción, que lo llevará ser investigado por los organismos competentes.
En su guerra contra la ciudadanía anda una muchachada sifrina de 15 a 20 años, ya convertidos en forajidos asaltantes, y sus cuantos ancianos, incluso de la oposición, que gozan de varios beneficios del Gob Bolivariano, pero son arrastrados por la ignorancia inducida, y mediática desde el poder hegemónico del Gobierno Norteamericano contra Venezuela.
Acompañan en vergonzante campaña contra Venezuela, los Presidentes de México, Colombia, Paraguay, Argentina y Brasil, sin autoridad moral, ni de obra positiva en sus países. Todo lo contrario: hambre, represión, y asesinato a sus opositores, a periodistas, sin libertad de expresión, violación permanente a los Derechos Humanos. Abandono a la educación, cultura. Abunda la prostitución y el contrabando... y sus pobladores huyen... verbi gracia los 5 o más, millones de colombianos refugiados en Venezuela… al país que quiere invadir el imperio…
Pero… EEUU y esos gobernantes bien conocen y temen a la reacción genética del venezolano libertario.
¡Y la Carta Democrática no se ha aprobado arbitrariamente, ni se aprobara!