Luego de haber intentado entre sus incoherentes acciones y por múltiples vías el derrocamiento del Presidente Constitucional Nicolás Maduro, ahora la MUD (llamada por muchos Mesa de la Ultra Derecha) lanza la propuesta de un plebiscito para este 16 de julio ante lo cual hay que hacer algunas consideraciones. Se viene diciendo, desde que la MUD hizo el anuncio de la consulta popular que el plebiscito, no aparece en la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, a diferencia del referéndum en sus varias modalidades. Es una contrapropuesta improvisada ante la propuesta de la Asamblea nacional Constituyente que ya está en proceso.
Ahora, no es que el plebiscito no aparece en la CRBV, sino que para realizar cualquier consulta al pueblo se deben cumplir los mecanismos establecidos en nuestra Carta Magna y si revisamos el articulado correspondiente cada referéndum requiere, para no hablar de otros actores con iniciativa de convocatoria, lo siguiente: Para el referéndum consultivo establecido en el artículo 71 y para cada convocatoria de referéndum en los artículos 72 (revocatorio), 73 (aprobatorio), 74 (abrogatorio), se establecen los mecanismos para la misma y quienes pueden hacerla. También para la Reforma Constitucional establecida en el art. 341 se establece que la iniciativa podrá partir del quince por ciento. Y, finalmente, para la Asamblea Nacional Constituyente se requiere, aparte de los actores que allí se mencionan, el quince por ciento de los electores.
Por supuesto que para la recolección de las manifestaciones de voluntad hay que tener una logística institucional que la proporciona el Consejo Nacional Electoral, ente que, según la Constitución a la que se dice defender, regula todo lo concerniente a los procesos electorales (programación de los mismos, registro electoral, condiciones para que se realicen las elecciones, sistema electoral, lapsos de campañas, normativa electoral de cada proceso, condiciones de validación, impugnaciones, proceso de votación, miembros y testigos de mesas).
Todo ello para garantizar la integridad, legalidad y legitimidad de las elecciones. Ver lo establecido entre los artículos 292 al 298 constitucionales donde están las atribuciones del Poder Electoral.
Pues bien, en este llamado a plebiscito por parte de la MUD SE ESTÁN VIOLANDO ABSOLUTAMENTE TODOS LOS PROCEDIMIENTOS ESTABLECIDOS en la Constitución y en la Ley Orgánica de Procesos Electorales. Por tanto valen las siguientes interrogantes: ¿Quién o cómo se garantizará este proceso sino es el CNE? ¿Cuál es el registro electoral válido? ¿Quién validará los cuadernos electorales, si es que los habrá? ¿Cómo se escogerán los testigos electorales y miembros de mesa? ¿Quién le dará la cualidad de votación en este proceso alocado? ¿Se podrá impugnar los resultados? ¿Quién y cómo se auditará el proceso, si es que se hace? ¿Qué validez tendría estas auditorías que se prevén en la ley, antes, durante y luego del proceso?
Para todo ello no hay respuestas, sino la intemperancia y la imposición, por supuesto con jugadas internacionales de trasfondo. De allí que estemos en presencia de un proceso ilegal, violatorio de todas las leyes, lo que lo constituye definitivamente en una oferta engañosa para la sociedad venezolana e internacional. Ya se sabe que no es más una puesta en escena, lo que en términos artístico se llama "performance" para poder decir que el pueblo votó contra Maduro y la Constituyente y tratar de generar matrices de opinión que sustenten sus llamados a desconocer la legitimidad del gobierno bolivariano Y así hay que denunciarlo.
Aún no hemos leído los pronunciamientos de la OEA sobre este llamado inconstitucional, ni de las universidades AVERUO que han publicado pronunciamientos contra la Constituyente, ni de los colegios de abogado que tanto dicen defender la Constitución y las leyes.
Pero es que tampoco hemos leído el rechazo a esta propuesta por parte de los grupos llamados "de izquierda" y que se oponen al presidente Maduro, como Marea Socialista, la Plataforma en Defensa de la Constitución, el "chavismo crítico", et. He allí el doble discurso de los grupos oposicionistas venezolanos e internacionales.