La irracionalidad y la locura de los afectos al oposicionismo ha llegado a límite patológicos, resulta que ahora no quieren que nadie ande en las calles o que la gente se presente a sus centros de trabajo por el fulano paro cívico de 48 horas, quieren imponer el pánico como estilo de vida, resulta que estos sujetos con caras amargadas, de actitud prepotente y sin el más mínimo atisbo de respeto por los derechos civiles y derechos humanos, trancan las entradas y salidas de los urbanismos con el pretexto que "Maduro va a caer pronto"; poco les importa que las personas que intentan retener, deben cumplir con su familia, su país y consigo mismo. Esos elementos colocan objetos en las vías y no les importa sin dañan a un niño recién nacido, una mujer embarazada, una persona con discapacidad motora o simplemente a alguien que solo quiere entrar o salir de su casa.
El colmo es que han llegado a decir que todos los uniformados de la Policía o Guardia Nacional son asesinos o esbirros de este "régimen castro comunista", por el solo hecho de cumplir con su labor: mantener el orden público, más allá que son seres humanos con virtudes y defectos, pero no se detienen a pensar si con las acciones que realizan atentan contra la vida de un inocente; para ellos la única verdad es la que ellos profesan, lo único valedero son sus consignas pro yanqui, consignas atentatoria contra todo lo que representa la revolución, el chavismo y el bolivarianismo y por contradictorio que parezca, uno de sus atuendos favoritos para cometer terrorismo, es la gorra tricolor que popularizó el comandante eterno: Hugo Chávez en el 2006 y que diseñó la gente de Clase Media en Positivo, con Titina Azuaje a la cabeza. Los insurgentes se colocan el pabellón nacional -de siete estrellas- como si fuera una capa y en ocasiones la bandera de 8 estrellas la muestran invertida, entiendo que es un trabajo bien remunerado -en dólares- que realizan, pero le hacen un flaco favor a la oposición con esas acciones, debido a que sus mismos seguidores le tienen miedo por lo violento que son.
No están de acuerdo con la constituyente y no quieren a Nicolás Maduro, esta bien, pero por qué obstaculizar el paso de las principales calles y avenidas sin tomar en cuentas que eso lo que causa es el rechazo de la inmensa mayoría de los venezolanos que quieren paz, tranquilidad, que quieren que se realice la constituyente, que quieren igualmente al presidente Maduro. Deben dejar de actuar como niñas malcriadas, aun cuando están recibiendo una pelota de real para afectar la paz ciudadana y el orden constitucional, ya que desde el punto de vista sicológico está acabando con la paciencia de un pueblo que sabe reclamar sus derechos y en algún momento se puede producir el efecto bumerán: que a la postre se convertirá en una guerra fratricida, entre hermanos, vecinos, amigos. Si los cabecillas de la MUD invirtieran ese tiempo y esa plata en acciones sociales a través de campañas educativas a favor del medio ambiente, o en jornadas infantiles para enseñar el amor por la patria, incluso actividades con la juventud para sembrar hortalizas, legumbres, cereales, o cría de animales domésticos como gallinas, pavos la gente los vería como una alternativa política social al chavismo; pero como respaldar a personas que fomentan y patrocinan la violencia, el caos, el terrorismo, la desesperanza y por consiguiente el odio hacia Venezuela y sus hijos.