Este 30 de Julio de 2017, sin duda, fue un Domingo de héroes anónimos venezolanos, quienes ayudan a crear el ambiente de paz y de progreso que necesita nuestra patria.

Nosotros votamos en la escuela bolivariana “San Miguel”, ubicada en el sector San Miguel de la ciudad de Ejido en el estado Mérida. Las historias en la cola, mientras esperábamos nuestro turno para entrar a la escuelita, eran como para escribir un cuento, pero hay una historia que la vivimos en “vivo”.

Nuestra conversación se animaba por los cuentos de las peripecias de las señoras para evadir una barricada (en la mayoría de las veces), por evitar a un grupo de jóvenes encapuchados quienes te intimidaban con su mirada de odio y te exigían devolverte, o te preguntaban que para dónde ibas, o te exigían la cédula de identidad para quedarse con ella y negarte democráticamente tu derecho democrático a elegir. De repente un grupo de terroristas encapuchados provenientes de la entrada norte de San Miguel y de un sector que se llama Carlos Sánchez, se nos viene encima, con piedras y palos, y con al menos dos armas de fuego. Nos pusimos nerviosos, la ordenada cola se deshizo, las señoras corrían hacia la protección de algunas casas, otras se envalentonan de fuerza bolivariana y gritan que no había que correr, que había que enfrentarlos, que ya estábamos hartos de sus amenazas y desmanes. Los hombres nos paramos en seco; cogimos algunas piedras e iniciamos la defensa del centro electoral. Piedras, y piedras y piedras. Gritos de “cobardes”. El hastío actuando como gasolina nos “echaba hacia adelante” Logramos “recularlos” Nos disparan e impactan a nuestro candidato Wilsson García y a otra jovencita; otro es golpeado por una piedra en la cabeza. Desesperación, Impotencia, rabia. Contra-atacamos y ellos se retiran. Wilsson, herida en la parte alta del muslo con orificio de entrada y salida; la joven, herida con orificio de entrada y salida en la pierna; el sr, herida abierta en la cabeza.

Nos ordenamos de nuevo. Se auto-nombró un grupo que vigilaría mientras el resto votaba. Amor bolivariano.
Un nuevo ataque, más tarde, es repelido con éxito. A esta hora, camaradas, hay aún gente que evadió barricadas, que evadió a los demonios creados y criados por esta oposición, que caminó por veredas y caminos verdes para llegar, con el deseo firme de votar.

Conocí a una señora que “pagó” 800 bolívares (lo que cargaba!!!) como peaje para que le permitieran “pasar”. Ella les dijo a los jóvenes encapuchados que su hija se había caído y se había partido el codo y ella venía a visitarla. Les dijo, con el corazón lleno de amor, mintiendo, que ella no era chavista y eso la salvó.

Un viejo de unos 80 años, me contaba que a su edad, él no había conocido “gente tan maluca” como esos muchachos y que si él pudiera les daba unos “cuerazos” a cada uno de ellos. Y me dijo “¿Así es que nos quieren goberná?”

Otra muchacha se había venido caminando desde Aguas Calientes, con mucho miedo, con una blusa color crema y no con la franela roja que quería, y con el carnet de la patria escondido en el seno, sorteando rumas de basura, barricadas de alambres, y barricadas de odio, buscando las escaleras de la parte alta de San Miguel, evitando pasar por el foco principal en la entrada principal de San Miguel. Ya llegando, se le aparecen los señores terroristas y le piden 1500 bolos para dejarla pasar. Ella les dice que no tiene ni una locha, que este gobierno la tiene “pelando”, y eso la salva. La miran con odio, por tierra, por “limpia” y la dejan pasar.

Yo vivo en San Miguel. No tengo salida por San Miguel, pero tampoco puedo salir por Asoprieto. Estamos “trancados” por todos lados, pero …..VOTÉ!!

¿Es eso lo que queremos? ¿Son ellos los democráticos y nosotros los dictadores? ¿Podrá una clase de gente como esa gobernarnos algún día?