Tenemos dos personajes perdidos sin señal alguna que mantienen al
pueblo de Venezuela en ascuas sudorosas y, los dos son eminentes
políticos del mismo bando de la oposición y, por uno de ellos como
general en retiro, el cardenal Urosa Savino, anda de rezo permanente
en un viacrucis de lamentos antes que Trump nos ataque que, a decir,
del mismo cardenal, primero el magnate tiene que confesarse delante el
Vaticano, a ver si tiene opción del perdón por ser nuestro salvador ad
honórem.
Son dos casos que llaman la atención y que tienen el horizonte
internacional pataparribas con una fuga de perplejidades que sólo en
nuestro país ocurren y que mantienen desorientado al pentágono, porque
la casa blanca no ha solicitado evaluar opciones como estado fallido
en que nos encontramos dentro de la dirección incorrecta y, la única
forma de ponernos a bailar suavecitos con pasitos tun tun al no
dejarnos correr con nuestra política divisionista hacia otros países
con ANC incluida como anti...
Se sabe, porque lo han vociferado los medios dentro de la "dictadura
madurista" que, al general se lo llevaron de su casa sin su permiso y
suman muchos días que ni presentan la fe de vida que les dé a sus
familiares, la razón y el consuelo de saber como hombre de bien que ha
sido, preocupado por la buena salud política del país y, enemigo
consumado del comandante Chávez y de los chavistas que está vivito y
coleando, avales que lo aceleran a ser bien tratado y no vigilado, por
lo que es vox populi su reclamo a la consideración y respeto del
régimen de por lo menos, deban informar dónde lo tienen que, lo mismo
hacían con Leopoldo López, lo que ponía a temblar a su esposa, Lilian
Tintori, de preocupaciones escalofriantes indebidas de su mala vida
con su Cristo como su salvador en el pecho.
Pero más preocupante aún, es la desaparición de Capriles Radonski de
las calles de Venezuela que, con su ausencia se ha perdido el clamor
de victoria y de antagonismo al natural contra la dictadura de Maduro
de marchas y de trancas con su apetitoso candelero que le daba llama
de vida a la República Bolivariana y, de la noche a la mañana: nos
deja solo a la deriva como barco sin bandera, peregrinando de ocultos
entusiasmo por su bajo perfil de activismo político de salir de
urgencia de Nicolás por cariño de no verlo sufrir más de lo que se
debe que, él como el envalentonado gobernador del estado Miranda lleva
la política de sus acciones con calma y, más ahora que lo han dejado
sin alcaldes con todos huyendos por acción recíproca del TSJ como un
mal sueño sin ilusiones, en que se ha convertido el país desde que
perdió el hilo constitucional, razón por la cual Trump está arrecho
con nosotros por desobedientes y criticones y, ahora con Capriles
ausente más.
Existe la posibilidad que descabellada (no por Cabello) no es, que,
Capriles Radonski, después de tanto ajetreo de lucha por nuestra
libertad en las calles, esté agotado y, por lo tanto se haya cogido un
descansito que, pensar que anda de parranda es traición y, tambien es
calamitoso para el país sin fundamento alguno que, sus preocupaciones
por el pueblo es el pan que no se consigue en toda panadería y su
valentía está registrada sin parangón alguno en su participación
electorera de buscar el poder a todo poder con votos o sin ellos que,
el amor y la intención es la misma y, vernos sufrir como sufrimos
actualmente por su desaparición no tiene perdón de Dios ni del
Cardenal Urosa Savino tampoco, que conoce de sus angustias y sus
desvelos, porque seamos felices y libres bajo la tutela del imperio
yanqui.
Estamos tan confundidos en el plano emocional que tal situación, nos
embarga sin conformismo, por no saber el paradero de Capriles Radonski
que su inocencia juvenil sin transfondo nos hace falta y, oírlo más
que verlo es una necesidad de las calles que lloran contaminadas de
ansiedad por su ausencia y, un pueblo ansioso es un pueblo inconforme
que ni duerme ni sueña y, a toda desesperación clama por quien siempre
lo ha orientado a vivir en paz, aunque sufra por dentro por culpa de
Nicolás de no hacerle caso y, no es posible que en estas horas de
lucha estén ociosas, por lo que su presencia es un clamor nacional y,
en contra de la ANC más lo necesitamos, para que temple con su
esfuerzo verbal y físico el valor del venezolano de no ser agredido
adentro, pero desde fuera sí como país amigo el que sea.
¡Te queremos Capriles, vuelve pronto! La voz del pueblo es la voz de Dios.