El artículo de Francisco Rodríguez, El Nacional, 16 octubre 2006; pudiese ser un ejemplo utilizado por Darrell Huff en su libro: Como Mentir con las Estadísticas. (1954)
Las mentiras de Rodríguez se presentan enmascaradas con una doble estrategia:
Primero con un argumento a la autoridad, una falacia: el medio de comunicación propone al supuesto especialista como un súper científico que se unió con otros dos cerebros de Berkeley, para producir un trabajo. Nombres, títulos y lugares con los cuales tratan de impresionar y de dar por sentado que es algo serio y responsable: tratan de decir que está hablando Berkeley, el IESA y la Universidad de Maryland.
Segundo se engaña con una supuesta medición que ni a un estudiante de estadística básica se le justifica equivocarse de tal manera.
Queda claro que tratándose de tales consumados, meritocráticos científicos, el asunto no puede ser error sino mala intención. Hay formas de descubrir estadísticas falsas. En este caso podemos analizar el problema a través de:
-dos condiciones prejuiciadas: gente que debe probar algo, probablemente por un gran odio, una remuneración, o ambas; unida con la necesidad que tiene un diario de presentar noticias impactantes para perjudicar al gobierno.
-la selección consciente de datos que son favorables para lo que quieren demostrar, y por lo tanto el eliminar o no proponer los datos que serían desfavorables para lo que quieren demostrar.
Es relevante notar ver como el raudo científico deja bien claro cuándo comienza a medir y cuándo concluye su medición, lo que no aclara para nada es el efecto que este rango de medición tiene en sus conclusiones.
El autor de la nueva propaganda contra el gobierno afirma: ¨el desastre venezolano es de dimensiones incalculables ¨ lo cual él puede ¨asegurar sin tener la información completa¨; nosotros creemos que sí, que es un desastre que el país haya producido profesionales sin ética que pueden asegurar cualquier cosa sin tener la información completa o haciendo uso de información incompleta.